El FICG 27 enciende sus motores

GUADALAJARA, JALISCO (06/JUL/2011).- La edición 27 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) ya comenzó actividades, con la apertura, a través de internet, de la convocatoria de inscripción para las cintas que aspiran a formar parte del encuentro fílmico que se realizará en marzo próximo. Iván Trujillo, director del certamen, asegura que de esta forma “damos el banderazo de salida al evento”.

Además, dio a conocer que finalmente llegará a las pantallas la cinta El vampiro y el sexo, película que por problemas legales no fue exhibida en la edición más reciente del encuentro cinematográfico.

Por ahora, la tarea del comité organizador es la de inspeccionar las cintas que buscan competir en Guadalajara y que ya se han inscrito en otros certámenes, como Cannes (Francia) y Huesca (España). En esa misma línea de espíritu internacional, se están planeando llevar varios ciclos cinematográficos y actividades del festín fílmico a la ciudad de Los Ángeles (Estados Unidos), contemplados para septiembre próximo, “soy de la idea que existan actividades cinematográficas permanentes o por lo menos ocasionales del FICG y que no sea solamente en marzo”, agrega Trujillo.

Una de las novedades que presentó la edición 2011 del Festival fue el convertir Expo Guadalajara en su sede principal. La dinámica en el recinto de avenida Mariano Otero continuará el próximo año y se sumará una sala digital en el Hotel Hilton, “contemplamos tener dos salas de dimensión similar a lo que se montó en 2011”.

Además, la próxima edición, según los organizadores, tendrá una oferta más amplia y variada de productos a sus visitantes, ya que habrá venta de libros y películas en DVD.

En el ojo del huracán
La figura de El Santo ha sido clave en la iconografía cinematográfica mexicana, y en los últimos meses se vio inmersa en una polémica debido a que en la pasada edición del FICG se anunció la exhibición de la cinta El vampiro y el sexo, una versión alterna de la cinta El Santo en el tesoro de Drácula del año 1969 dirigida por René Cardona, filme restaurado en conjunto con New Art bajo la supervisión de la filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Dicha película levantó polémica ya que incluye escenas subidas de tono que durante décadas fueron censuradas, al ser protagonizada por “El Enmascarado de Plata”, considerado un ícono del cine de acción familiar.

La programación de la película en el FICG 2011 propició una disputa entre Jorge Guzmán Rodríguez, mejor conocido como El Hijo del Santo, y Cinematográfica Calderón, quienes tienen la película en su poder.

Con objeto de no dañar ningún derecho de autor, a petición de la productora, la proyección fue cancelada, Guzmán argumentó en ese entonces que las escenas de desnudos en el filme dañarían la imagen del ícono del cuadrilátero, además de que su progenitor y el productor Guillermo Calderón (padre) tenían una sociedad como coproductores para siete películas, y El vampiro y el sexo no estaba contemplada. “Calderón le dijo a mi padre que harían esta película, pero ambos acordaron que no se exhibiría, pues mi padre deseaba seguir con una carrera familiar y creo que debe respetarse ese acuerdo. Ahora se dice que El Santo hizo una cinta para adultos, pero yo lo único que busco es proteger la imagen de mi padre como él me lo pidió”, comentó el luchador ante su negativa de enfrentarse a un proceso legal.

Por su parte, Trujillo señala que “nuestro acuerdo siempre fue con Cinematográfica Calderón, especialmente con Guillermo Calderón (hijo), dueño de la compañía, quien aceptó nuestra propuesta de hacer un trabajo de restauración de la cinta siempre y cuando se estrenara en el FICG; se concretó un programa amplio sobre vampiros, del que incluso Guillermo del Toro había hecho la selección”, manifiesta Trujillo, quien en recibió de Calderón el compromiso para reparar el daño que le propiciaron las declaraciones de El Hijo del Santo al impedir la exhibición de la misma.

El “tropiezo” en la exhibición de El vampiro y el sexo en el pasado encuentro cinematográfico quedará subsanado, toda vez que la película será exhibida el próximo 15 de julio en el Teatro Diana. Iván Trujillo afirma que se llegó a un acuerdo para exhibir la película “y si existiera un desacuerdo futuro por parte de El Hijo del Santo, será la productora y no el Festival quien afronte las consecuencias”.

El valor del cine de luchadores
Un género único
“Creo que la importancia del cine de luchadores radica en su originalidad, en términos de la forma en cómo se arma una narrativa de ese talante. Sobre todo porque si las analizas bien resultan de una incoherencia histórica notable”. Quien habla es Juan Soto Ramírez, profesor titular del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Iztapalapa, quien dedicó su tesis doctoral a la Lucha Libre en México.

“Yo coincido con Rafa Aviña, el cine de luchas es el único género, o en todo caso subgénero, que México ha aportado a la cinematografía mundial”, anota el académico, quien señala que la vida religiosa, las danzas, las canciones, las creencias y las fiestas de este país formaron un collage cultural que permite que un luchador pueda confrontar a un personaje de la literatura del siglo XIX como Drácula o personajes de la superstición medieval como El hombre lobo sin que les importe a los espectadores.

“El cine de luchas fue el resultado o el encumbramiento de la lucha libre como fenómeno cultural. (…) La primera transmisión de Lucha Libre por televisión, en nuestro país, ocurrió en 1952 y salieron del aire en 1953 para regresar hasta 1982. El cine de luchas comenzó a exhibirse en 1952. (…) En la década de los cincuenta El Santo y  Blue Demon se convierten en los héroes populares que conocemos y, obviamente, necesitaron de muchísimos antagonistas. De ahí que se haya echado a andar esa maquinaria poco coherente de las temáticas que abordó el cine de luchas”.

Al preguntarle a Soto Ramírez su opinión sobre la cancelación de la proyección en Guadalajara de El vampiro y el sexo en el marco del FICG señala. “Creo que no debió haber sucedido. No creo que los asistentes fuesen a mirar la película como supuso El Santo que se iba a mirar. Un cineasta no piensa en la imagen del personaje. Creo que fue una exageración de su parte (de El Hijo del Santo)”.