Don Beto emprende el vuelo

GUADALAJARA, JALISCO (07/NOV/2011).- Cuando Don Beto fue seleccionado por Alejandro Sanz en el programa La voz… México para formar parte de su equipo, supo que estaba por cumplir el sueño que lo ha acompañado por más de 50 años: grabar un disco, pero al ser expulsado a la siguiente semana su anhelo se desmoronó otra vez… mas no sabía que apenas comenzaba a cumplirse.

“Yo pensé que ahí llegaba todo, pero mira dónde nos encontramos, creyeron en uno y hay que demostrar de qué estamos hechos para hacer un buen papel”, pues a sólo unos días de su expulsión Universal Music le propuso lanzar su propio álbum.

Fue así como en sólo cuatro días de trabajo con la disquera produjo La voz del pueblo, una placa con 11 clásicos de la música ranchera mexicana que ahora se encuentra promocionando a lo largo y ancho del país. “Échame a mí la culpa (uno de los temas que incluye) fue la primera canción que comencé a cantar a la edad de ocho años, tiene mucho significado para mí y todos los temas son hermosos”.

Y únicamente con los conocimientos empíricos que tiene sobre música es como grabó su álbum,  ya que toda la vida Don Beto se ha dedicado a la agricultura de papa y maíz en su pueblo natal, Ayahualulco, Veracruz, y claro, echó mano de los consejos que  Alejandro Sanz, su ex coach, le ofreció durante su estancia en el programa.

“En lo poco que estuvimos para mí fue mucho porque con la asesoría del señor Alejandro Sanz, que le agradezco que me haya elegido para ser su alumno, aprendí mucho, porque él no se anda con rodeos, y uno de los principales (consejos) que yo tengo bien presente es que me dijo: ‘mira Beto, tu sombrero nunca te lo quites, pórtalo con dignidad’, y eso es lo que hago”, comparte.

“Vamos a prepararnos más porque ahora sí no me justifico pero técnicamente yo no sé de cuadratura, no sé de tonos, de nada, excepto ahora que estuve en Televisa 20 días por ahí me apoyaron, pero en 20 días no puedes aprender todo, hace falta prepararse y es lo que vamos a hacer”.

Aferrado al campo

Norberto García Villa, nombre completo de Don Beto, comienza a experimentar las mieles y sinsabores de la carrera artística que lo ha sorprendido y le ha cambiado la vida de un momento a otro, y aunque lo disfruta no está dispuesto a dejar su oficio de agricultor.

Ahora, en esta vorágine que lo ha envuelto en el último mes, la gira de promoción y la fama que ya está notando, sabe que está vulnerable a ser víctima de sus efectos, pero se mantiene firme. “Sí tengo miedo, porque yo siento que a veces las circunstancias te pudieran obligar a eso (a cambiar), pero trataremos de poner los pies sobre la tierra, eso es lo que le he pedido a Dios, que me mantenga firme”, lo atrapa un nudo en la garganta, “no es tan fácil”, dice mientras sus ojos se llenan de lágrimas.