Disfrutan el día como si fueran niños

GUADALAJARA, JALISCO (30/ABR/2013).- Es la edad de la inocencia. El momento en que todo parece más brillante, más hermoso y más colorido. Es esa época cuando las únicas preocupaciones deberían ser ir bien en la escuela, cumplir con los deberes académicos, obedecer a papá y a mamá y hacer amigos entrañables, de esos que se quedan para el resto de la vida. Es la niñez.

Convertidos en figuras indiscutibles de la música, los artistas que hoy dominan los escenarios de toda América Latina recuerdan con una sonrisa aquellos años de crecimiento, instantes que terminaron siendo fundamentales en su formación, y claves para lo que se convertirían en el futuro.

Desde Fey hasta Diego Verdaguer, pasando por los integrantes de Playa Limbo hasta Julieta Venegas, todos, reflexionan sobre la niñez actual, cómo fue que disfrutaron la suya, y cómo la pueden ver a través de sus hijos. Todos ellos lanzan una mirada al pasado, lejos del  glamour y los estudios de grabación, cuando se la vivían haciendo vagancias en la escuela o travesuras en casa.

FEY

La niña eterna

“Yo hacía música juvenil, y siempre me sorprendió cómo es que mis temas terminaban siendo adoptados por los niños. Es algo que no me explico, y que sin embargo, agradezco mucho”, asegura Fey, quien con el paso del tiempo entendió que lo único mejor que ser “reina de los niños”, fue tener a su propia niña en casa: Isabella.

“Me pasan cosas hermosas con mi hija -agrega la intérprete de 'Gatos en el Balcón'- Isabella cree que me llamo 'Frío' (por la canción, sencillo que se desprende de 'Primera Fila'), y cuando paso cerca de ella, me canta el coro (risas). Bueno, le haré entender algún día que no me llamo así (risas)”.

Sobre cómo se siente con la celebración de este día, Fey confiesa que ella lo vive no sólo el 30 de abril, sino en cada concierto que ofrece. “Cuando me subo al escenario me convierto en una niña, tengo una conexión muy especial con ellos. La transformación y energía que me invade es fantástica, y me siento feliz”

JULIETA VENEGAS

La mamá preocupada

Que no se acuerda. Julieta Venegas puede que no tenga una memoria privilegiada, porque confiesa que casi no se acuerda de cómo fue su infancia. “Y es la verdad. No me acuerdo de cómo me pasaba el Día del Niño cuando era pequeña. Tengo que reconocer que mi memoria es muy mala para eso y otras cosas. A veces mi hermana me dice que si recuerdo haber hecho esto o aquello ¡y yo le tengo que confesar que no! Me da mucha vergüenza, pero tengo una pésima memoria... ¿ya había dicho eso, verdad? (risas)”.

Pero donde Julieta Venegas sí gana muchos puntos es en su perspectiva de defensa de los niños, demostrando que cuando se trata de cuidar de su pequeña Simona y a cualquier pequeño, es capaz de convertirse en toda una guerrera.

“De que a los niños hay que celebrarlos en su día estoy de acuerdo, pero no sólo en ése. Me hace pensar en la cantidad de niños pobres que hay en México, la cantidad de niños que necesitan ayuda, y estaría bien que toda la gente que se reúne, junte juguetes para darle una alegría a los niños más necesitados.

Cabe señalar que Venegas participó en 2011 con la Unicef en la campaña “Juntos tú, yo y Unicef”, enfocada a la protección de los niños contra la violencia, el trabajo infantil y la escuela. En ella también participaron el Hijo del Santo, César Costa y Jaime Camil.

PLAYA LIMBO

Los aplicados, traviesos y olvidadizos

Como si fuera salón de clases. Así es la interacción, el cariño y la carrilla que se vive al interior de Playa Limbo, banda pop tapatía donde la memoria por el Día del Niño sigue fresca en unos... y bastante oxidada en otros.

María León, la vocalista del conjunto, confiesa que ella ya sabía desde pequeña que lo suyo era estar sobre el escenario. “Yo era la típica niña que cuando se hacían los festivales en la escuela, siempre quería cantar, siempre quería salir en las fiestas (risas). Los compañeros de mi salón ya me alucinaban, decían, ‘¡Ay no!, otra vez ella’ (risas)”.

La vocalista asegura que fue cuidadosa con sus muñecas y juegos de té, y apunta que “mis papás me daban juguetes ese día, incluso hay algunas cosas que conservo de esas fechas, hasta hoy”.

Por su parte, Ángel, bajista del conjunto, confiesa que, siendo pequeño, en su escuela en España “también había festivales, no solamente por el Día del Niño. Se organizaban obras de teatro y esas cosas, y me gustaba participar, aunque no tanto pensando en que algún día estaría sobre el escenario. Lo que recuerdo es que cuando era pequeño me regalaron unos muñequitos para jugar vaqueros contra apaches. Claro, en mi versión, siempre ganan los apaches (risas). Con cajas de cartón construía los fuertes donde se enfrentaban. La verdad, fue una época donde me divertí mucho”.

El que tenía alma capitalista era Jorge, tecladista y arreglista del grupo, que afirma que en algún Día del Niño se organizó una kermese en su escuela, “y recuerdo que en una edición hicimos un buen dinero, porque convertimos uno de los salones en una discoteca, y cobrábamos la entrada (risas), que por cierto tuvo mucho éxito, y yo allí puse la música. Creo que desde entonces supe que había posibilidades de hacer carrera haciendo shows”.

Servando, baterista de la banda, anota finalmente, que él todavía es un niño, y al intentar hacer un esfuerzo por recordar sus años mozos reconoce que “¡yo no me acuerdo de nada! Tengo muy mala memoria (risas)”.

DIEGO VERDAGUER

El bien portado

Feliz y pleno. Como niño lo fue, y como papá lo sigue siendo, asegura el cantautor Diego Verdaguer, quien explica que en su natal Argentina, pese a no provenir de una familia acomodada, siempre disfrutó de este festejo.

“Tuve una infancia hermosa. Éramos una familia humilde, pero mi papá siempre se las arreglaba para que en casa hubiera un regalo, un detalle ese día”, explica el creador del disco Mexicano hasta las pampas, quien agrega que si algo caracterizó a su progenitor, fue la creatividad.

“Recuerdo que en esa época estaban de moda los juguetes sencillos, como los carritos, los trenes. Y mi papá siempre me regalaba un tren de juguete, maravilloso. Es algo que recuerdo con un cariño inmenso”.

¿Y ahora? Ahora Diego es papá, y su “bebé”, Ana Victoria, es la niña de sus ojos y su alegría. “Ella es un regalo de la vida. Ya no le puedo dar nada por el Día del Niño (risas), pero con gusto le produciré su próximo disco, que estoy seguro va a quedar fantástico, como lo es ella”.