Diego Verdaguer, con puro folclor mexicano

GUADALAJARA, JALISCO (08/ABR/2013).- Con una carrera que ya supera las cuatro décadas sobre los escenarios y un amplio catálogo de éxitos a su disposición, Diego Verdaguer es uno de esos artistas que entra en la categoría de “clásicos”. Su nombre es una marca, pero clásico es una denominación que es tanto un privilegio como un peligro.

Es un privilegio, porque quienes pertenecen a ella, pueden “darse el lujo” de vivir de sus viejas glorias. El aplauso es seguro. La gente lo recuerda con cariño y todas sus giras se convierten en “tour de grandes éxitos”.

Pero es un peligro porque el clásico corre el riesgo de estancarse. De dejar de innovar. De asentarse en la comodidad. De vivir del “fue” y abandonar lo que será.

Sin embargo, Diego Verdaguer decidió romper con la zona de confort. Y hace unos años comenzó a experimentar con un género que durante muchos años se consideró alejado de su estilo: el ranchero.

En 2009 lanzó ''Mexicano hasta las pampas'', un material donde demostró que “si no tengo la mejor voz, si tengo el sentimiento y el estilo para cantar rancheras”. El éxito en ventas y la nominación de la placa a los premios Grammy apoyan su idea.

Hoy, el intérprete promueve ''Juego de valientes'', que llegó al mercado discográfico en diciembre de 2012, y donde se aventura a entrar aún más en el género ranchero, con varios toques de balada e incluso con sonidos pop.

Con luces y sombras, el disco se ha posicionado como otro éxito para el cantante, tal como lo explica Verdaguer en entrevista vía telefónica. “El primer single fue El marinero, una canción preciosa, que no funcionó como esperaba. ¿Por qué? no sé, la radio no la tocó como lo esperaba. Era un tema alegre, fresco, con un mensaje optimista, pero como que no le encontraron la vuelta, todos, para hacerla más atractiva ante la gente”.

Franco y de buen humor, el cantante se recupera de una enfermedad que lo mantuvo alejado de los micrófonos en semanas recientes. Será el próximo 20 de abril cuando retome la gira de promoción de Juego de valientes (esperando anunciar una fecha en Guadalajara), y con eso, afianzar el romance que ha sostenido por décadas con el público mexicano.

—¿Cómo marcha la promoción “Juego de valientes”, luego del paso discreto del primer sencillo?

—Muy bien. El segundo corte del álbum es No volverás, que se lanzó en una versión ranchera y otra de sonido pop, lo que permite que suene en dos tipos de estaciones muy distintas. Ya le hicimos un video y está empezando a funcionar en los canales especializados y en YouTube, lo que nos tiene muy contentos.

—En una época donde los artistas apuestan poco por el disco, ¿es fácil seguir arriesgarse con un material físico?

—Para mí, sí. Fue un disco cuidado, afinado, protegido. Estoy convencido de que la música es cultura popular y creo que es muy importante para la gente que hace música, saber que es así, y respetarlo.

Me acuerdo que antes, en los discos, venía una frase que decía: “El disco es cultura” (sic), y los que hacíamos y cuidábamos la música sabíamos la responsabilidad que eso conlleva.

—¿Qué detonó su interés en la exploración de la música ranchera?

—Fueron varios factores. Me supe rodear de gente muy capaz para hacerlo, comenzando con Joan Sebastian, que fue quien me movió a este punto en mi carrera con Mexicano hasta las pampas. Y a partir de allí hemos trabajado juntos algunas cosas, otras ya no.

Creo que cuando un artista tiene estilo para decir las cosas, cuando tiene una voz peculiar, como es mi caso, y un productor como Joan Sebastian, que sabe poner esa voz en el lugar indicado, el resultado es maravilloso, como lo fue el disco anterior.

—¿Volverá a trabajar en un futuro con Joan Sebastian?

—De hecho, ahora mismo estoy trabajando un disco con él nuevamente. Espero grabarlo este mismo año, aunque hay otras cosas más que quiero hacer, como producir el próximo álbum de mi hija, Ana Victoria. Será una experiencia interesante.

—Su carrera está muy ligada a la balada y el pop, ¿le preocupaban las opiniones que surgieron entorno a su incursión en el género vernáculo?

—Primero, respeto mucho la música folclórica de México. En mis discos le agrego detalles, que tienen que ver con mi personalidad, mi forma de componer, como Pídeme, Quién de los dos será, que son temas míos, y que les ha ido muy bien.

—¿Ya se acostumbró a tener siempre al mariachi a su lado?

—Sé que a la gente le gusta. Sé que esperan el momento de mi show en el que aparecen los mariachis. Y yo los disfruto muchísimo, y me alegra que el público joven me tenga en sus teléfonos, en sus computadoras. Es, realmente, muy bonito seguir presente en ellos, en las nuevas generaciones.

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