Desfile de tradiciones recorre el Centro tapatío

GUADALAJARA, JALISCO (07/OCT/2012).- Entre el vapor de los tacos de canasta, champurrado y tamales, con 20 minutos sobre las 10 de la mañana, se escucha lejano el rugir de las motos de Vialidad que sólo puede anunciar algo: ¡ahí viene el desfile de las Fiestas de Octubre!

Para cuando los agentes de Vialidad aparecen en 16 de Septiembre y Alcalde haciendo acrobacias sobre sus vehículos en movimiento, la atención de las miles de familias jaliscienses se clava en su recorrido, y se apresuran a afinar los detalles de su breve estadía en la calle para tener la mejor visibilidad posible durante el popular espectáculo: suben a los niños a las casetas de teléfono, árboles, paradas de camión, y los adultos se acomodan en sillas y bancos al filo de la banqueta.

Flanqueando la avenida en dos gruesas columnas a lo largo de seis kilómetros, el domingo, los tapatíos atestiguaron el paso de dos mil personas, entre artistas, músicos, bailarines, malabaristas y anfitriones, a pie y a bordo de los 22 carros alegóricos que anunciaban el inicio de la edición 47 de las Fiestas de Octubre 2012.

Este año, el patronato de la segunda feria más grande del país (seguida de la de San Marcos, en Aguascalientes) dedica su actual edición a celebrar sus 47 años de historia coloreando el mes de octubre en la ciudad, por lo que su primer carro alegórico fue una especie de anuario que trajo a la memoria los carteles e imágenes de la festividad de años anteriores.

La reina de las Fiestas de Octubre 2012, Adriana García Pinedo, también abrió la andanza posando sobre un ornamental vehículo digno de la realeza, donde estuvo acompañada de sus princesas.

De ahí en adelante, los alegóricos representaron un resumen de los ejes temáticos que ocuparon a las Fiestas de Octubre a lo largo de su historia, como si se tratara de hojear un viejo álbum al que le faltan las fotografías de algunos años, pero que aun así mantiene la cronología del evento.

América nos une, por ejemplo, el tema del 2011 a propósito de los Juegos Panamericanos en la ciudad, fue de las estampas más jóvenes que colorearon el desfile, recreando en flashazos la diversidad cultural del nuevo continente.

Y el deja vu empezó. Aquel 2010 cuando Fiestas de Octubre dedicó su tema a las tradiciones mexicanas se hizo presente en un vehículo representativo de la cultura Azteca. Así como cuando hace tres años se dedicó a los carnavales del mundo y hace cuatro a la mitología griega. Todo volvió en dimensiones pequeñas.

Abajo, en las banquetas, los niños celebraron la destreza de los prestidigitadores, zanqueros y los regalos que salían proyectados desde los carros alegóricos -algunos de ellos ya con buenos trozos de turrón adheridos a sus dientes (sí, el dulce rosa que se despacha a machetazos, altamente satanizado por odontólogos)-.

Los más grandes también se divirtieron. Las ejecuciones de los jóvenes gimnastas, los extravagantes bailes extranjeros y los tradicionales mexicanos, así como el ritmo de las bandas Limón y Cuisillos les valieron buenas dosis de ánimo, sobre todo a aquellos que la andanza matutina significó un respiro a sus pesares, pues a la altura de la calle Hospital, a unas cuadras del Civil viejo, se dieron cita algunos pacientes y familiares de enfermos, así como quienes pernoctan en los albergues cercanos, que se sintieron con ánimo para despejarse. Adultos y niños de aspecto desmejorado sonrieron con las atracciones del desfile.

Una vez que hicieron lo propio los alegóricos que recordaban El universo de los sueños, temática del 97, y Maravillas del mundo, que mereció ser el tema del año 2000, el carro que promueve los eventos en el foro principal del Benito Juárez y del Palenque, los tapatíos se apropiaron de la avenida haciéndola peatonal por más de una hora, mientras el Ayuntamiento limpiaba para reabrirla a la circulación de automóviles. Un breve regalo para los transeúntes. Un botín para los ambulantes.

Para saber

Las Fiestas de Octubre mantienen su esencia, su oferta lúdica y precios de ingreso. Será hasta el 5 de noviembre cuando se clausuren y, en tanto, el costo por acudir es de 30 pesos adultos y 15 niños.

EL INFORMADOR/ VIOLETA MELÉNDEZ