Demián Bichir disfruta el momento

CIUDAD DE MÉXICO.- Demián Bichir, hijo del actor y director de teatro Alejandro Bichir y la actriz Maricruz Nájera, se ha convertido al paso del tiempo en un actor internacional. “Mi mamá siempre me llamó ‘pata de perro’. Desde chavo he andado de un lado para otro, me salía a jugar futbol con el taco en la boca. Mis hermanos son más hogareños y defeños. Yo ando en todos lados y nada más por las ganas de conocer cosas, soltando anzuelos por aquí y por allá”.

Ha estado en Bolivia, donde filmó la cinta American Visa; en España para Bendito infierno, al lado de Victoria Abril, y luego decidió establecerse en Los Ángeles, al lado de su novia, la también actriz y cantante Sandra Echeverría. Hace unos meses se le vio en la pantalla grande de varios países encarnando a la leyenda cubana de Fidel Castro en Che, dirigida por Steven Soderbergh.

Y ahora también en Estados Unidos trabaja en las grabaciones de la serie televisiva Weeds, donde interpreta a un político mexicano con nexos con el narcotráfico. La nueva temporada, donde participa en nueve de los 13 episodios que la conforman, llegará a México en poco menos de un mes por la señal de paga Cityvibe.  “Cosa curiosa. Las primeras audiciones que hacía allá era sólo de entrar y para afuera. Ahora hay una diferencia, me reciben con cariño, casi respeto, de alguna manera conocen lo que hice. Saben que si estoy ahí, es porque pasé por una audición muy grande, entre varios actores”.

El año pasado explotaste en Estados Unidos: la serie, El Che, una obra de teatro. Llegar a Hollywood pasados los 40 años, es increíble...

“(Risas) Hay gente que dice que mi wow fue con Nada personal (telenovela, donde interpreta a un policía honesto), otros que fue Todo el poder (película sobre la inseguridad en la Ciudad de México); en fin, ahora dirán que es el Che. La edad es un estado mental, la verdad de las cosas es que sigo haciendo mucho ejercicio. La diferencia de cuando tenía 25 años es que invierto más tiempo en el calentamiento, es la única manera de evitar lesiones”.

¿A qué jugabas con tus hermanos Bruno y Odiseo?, ¿a actuar?

“Raramente jugábamos, yo estaba más clavado en el futbol, de hecho, tengo un pasado oscuro: jugué en las fuerzas inferiores del América”.

Hubo un tiempo que decían que aparecías en todas las películas...

“(Risas) Eso decían, ahora habrá gente que celebre que no estemos en ninguna, pero eso es natural. Básicamente tú no puedes pedir permiso a la gente para hacer tu carrera y tomar el mejor proyecto posible. A veces me ha tocado estar en vitrina y camita, a veces en la oscuridad”.

¿En qué película no te gustas?

“No veo mucho las que hago. Digo he visto esta cara toda mi vida. A veces cuando haces tour de prensa no te toca de otra más que verla, pero incluso cuando las pasan por la tele, tomo el control y le cambio”.

¿Pensaste en dejar de actuar?

“Cuando los jóvenes me preguntan si se puede vivir de esto, de la actuación, pues les digo que yo soy feliz con unos escamoles, aunque algunos prefieren caviar. Depende de cómo quieras vivir, esa es la clave, lo mejor de la vida es gratis”.
 
De hecho antes de ser actor, trabajaste en un restaurante.

“Hace unos 23 años, cuando fui por primera vez a Estados Unidos para comenzar a masticar el inglés, trabajé un año preparando guacamole en un restaurante de comida mexicana llamado El rosa mexicano. Trabajé en muchas cosas, menos en actuación”.