Definitivo: Madre sólo hay una

GUADALAJARA, JALISCO (14/MAY/2014).- "Como yo, ninguna”, expresa Susana Alexander al describir su faceta maternal. La consagrada actriz nacida en la Ciudad de México se considera estricta en este ámbito en donde sus dos hijos la han hecho valorar su desempeño como jefa de la cuna familiar.

Tras 18 años de haber visitado por primera vez Guadalajara, la histrión retorna a la ciudad para hablar justamente de eso, las madres, esos seres que a su perspectiva, alcanzan la perfección cuando la vida llega a sus últimos suspiros.

“Madre sólo hay una y como yo, ninguna” es el título que acompaña a Susana Alexander en su más reciente producción teatral y en la que la figura maternal es su tema central para entablar un diálogo cercano con los espectadores, y recitar poemas a la menor provocación. Hoy 14 de mayo la actriz deleitará al público tapatío con dos funciones en El Teatro Galerías. “Es un recital compuesto de textos de poesía, prosa y cuentos. El tema principal es la madre, ya sea vista por los hijos y a la vez la madre les habla a ellos. Los textos son maravillosos, vengo bien acompañada por creaciones de Carlos Pellicer, Jaime Torres Bodet, Abigail Bojorquez, Arnold Cohen, entre otros importantes poetas y escritores que no son tan conocidos, pero son sensacionales”.

La puesta, ideada del ingenio de Susana Alexander, presenta a una actriz totalmente independiente basada en su vasto conocimiento literario y su rendición a la madre: “es una necesidad de compartir con la gente, diferentes textos y temas. Tiene otro ambiente, muy distinto”, destaca al recordar otras producciones formuladas y realizadas por ella misma como “Las mujeres no tenemos llenadero” o “A mí la muerte me pela los dientes”.

PERFIL

Siempre con los mejores

Susana Alexander (Ciudad de México, 1943), inició su carrera en el teatro a partir de 1960 con la puesta "Variaciones para cinco dedos", bajo la dirección de José Luís Ibáñez. A partir de entonces, la intérprete se ha consagrado a través de obras como "Hamlet" de Shakespeare, "Electra" de Eurípides, "Las 4 estaciones" de Sir Arnold Wesker, entre otras.

En TV, su talento se ha plasmado en melodramas como "No tengo madre" y "En carne propia". En el cine también ha figurado en "Yo soy Chucho el roto".

INCANSABLE COMO MUJER Y TEATRISTA

Para Susana Alexander no existe la madre perfecta en vida. “No para los hijos que siempre la criticarán hasta que se muere y entonces uno dice que mi madre era sabia, una santa. La madre perfecta es la muerta. Pero la relación sí se va perfeccionado con el tiempo; sobre todo, cuando los hijos tienen a sus propios hijos”, puntualiza la actriz.

“Yo fui más estricta, porque también era más inexperta, nadie le enseña a uno cómo ser madre. Y ahora como abuela me la paso más relajada”, reconoce al explicar que parte de sus vivencias se reflejan brevemente sobre el montaje escénico: “entre un poema y otro hago comentarios, lo que siento de ese poema”.

Y es que el instinto protector y solvente de Susana se refleja más allá de la calidad de vida que dotó a sus retoños pese a las ausencias a raíz del trabajo; su apasionamiento por el rescate de perros callejeros también la han volcado apreciar el sentido maternal de otra forma a tal grado de manifestarlo en sus interpretaciones escénicas.

La valentía y constancia personal de ser una madre trabajadora son los elementos que forjaron a Susana a buscar un cobijo en el teatro de manera independiente sin estar atada a los tiempos y formas de otras personas.

“Siempre ha habido teatro independiente muy importante”, subraya la primera actriz al mencionar a Diego del Río o Mauricio García Lozano como nuevos exponentes que han llegado a refrescar los escenarios, pues considera que esos frutos también se deben a la creación y consolidación de escuelas de dramaturgia, actuación y dirección.

Sobre la televisión, la intérprete que colaboró en más de 20 telenovelas, señala que ya vivió y disfrutó la proyección que tenía que dar, por lo que el teatro encontró un placer insuperable: “Yo soy la dueña del ‘changarro’, la vida es tan corta que no puedo estar a los ritmos de otros, con sus propias preocupaciones y angustias.”