Danna García, sin imposibles

GUADALAJARA, JALISCO (12/NOV/2012).- Danna García sabe qué cosas ocultar y qué cosas mostrar ante la cámara. Por ejemplo, el cansancio y su peculiar acento del país cafetalero no se notan mientras graba la telenovela ''Qué bonito amor''. Todo eso se esfuma detrás de sus ojos oscuros, el cabello negro peinado con una larga coleta y la amplia sonrisa que siempre la acompaña. Pero su talento y, sobre todo, amor por la música se despliegan en la pantalla.

Por estos días, la nacida en Bogotá protagoniza la producción de Salvador Mejía, al lado de Jorge Salinas, Arturo Peniche y Pablo Montero. De plática fácil y siempre con una sonrisa brotando en los labios García ya era una estrella consagrada en su natal Colombia cuando decidió probar suerte en México. Una apuesta que hasta ahora le ha funcionado.

“Tenemos mucha ilusión, porque llevamos meses preparando el proyecto. Es una historia mágica, llena de romanticismo, y esperamos que todo el público se enamore del proyecto, como lo hemos hecho nosotros”, anota la actriz, quien se mete en la piel de una cantante de rancheras llamada ''María Rosario Mendoza García''.

En entrevista, la intérprete colombiana revela los secretos y los retos que enfrenta en la historia, al tiempo que muestra una faceta poco conocida, como comunicadora social y administradora de empresas.

—Mucha gente no lo sabe, pero en Colombia hay una enorme afición por la música ranchera.

—En efecto, es probable que aquí no se conozca mucho del gran aprecio que se tiene en Colombia por la música vernácula mexicana y, en especial del mariachi.

Tenemos una gran influencia de México en todos los aspectos de la vida en Colombia. Mi papá es fan de toda la música del mariachi y gracias a él es que yo conozco desde muy niña toda la música ranchera. Me acuerdo que cantábamos juntos canciones de mariachi.

—¿Quién es tu cantante vernácula favorita?

—Si dijera que tuve que estudiarlas a todas por la novela (risas), no me lo creerían. Sería injusto decir una en particular (la actriz hace una pausa), aunque obviamente soy admiradora de la señora Lola Beltrán.

—No se ve que te inquiete tomar el micrófono, ¿te había tocado cantar en alguna otra novela?

—Sí, ya he cantado bastante, aunque tengo que confesar que no me considero una cantante, sino una actriz que canta. Soy hija y hermana de cantante, y durante muchos proyectos interpreté papeles en los que debía cantar. He tomado el micrófono, pero nunca me había tocado hacerlo tan en forma. Me tocaban personajes que de repente cantaban en una escena y ya, pero no de lleno con un papel tan exigente.

—Comenzaste a actuar desde 1990 en novelas, y haces una novela por año, ¿estás persiguiendo un récord?

—No, en lo absoluto. Creo que no tenía la conciencia del desgaste y el trabajo que implicaba hacer una telenovela. Es cierto, yo he hecho durante muchos años novelas sin parar, y llegó un momento en que mi cuerpo me comenzó a cobrar la factura. Pero esto se trata de tener mucha pasión, porque amo lo que hago, y lo disfruto.

—¿No cansa?

—No es una carga, sí es muy desgastante, pero también la belleza de esta profesión, de que podemos trabajar en diferentes campos de acción. Si los actores no queremos hacer una telenovela de 200 ó 300 capítulos, pues se hace una obra de teatro o una película. Además de que estoy enamorada de estudiar, no todo es actuar para mí.

—¿Qué estudiaste?

—Estudié Comunicación social y Administración de empresas en Colombia, a la vez que tomaba mis clases de Arte dramático. Yo soy una fanática de tener la mente ocupada, esa es una bendición, y a veces es un problema (risas). Por eso nunca paro, por eso siempre estoy ocupada. Creo que va mucho con mi personalidad.

—¿Estudiar fue como un “Plan B” dentro de tu vida, por si la actuación no era lo que querías?

—Creo que esa pregunta me la hice muchas veces, y por eso quise entrar a una universidad. Quiero aclarar que yo ya estaba frente a una cámara desde los cinco años. Muchas veces, siendo joven, al graduarte, te preguntas: ‘¿qué voy a hacer con mi vida?’ Yo nunca tuve que hacerme esa pregunta. Yo ya había actuado toda mi infancia, preadolescencia y, ya siendo adolescente, decidí ser algo más, conocer algo distinto a la actuación.

—Muchos actores dicen que si no concluyen sus carreras, es por el tiempo que les demanda o porque simplemente los ritmos de grabación no se los permite, ¿con qué apoyo contaste tú?

—Primero, y fue clave, con el apoyo de mi familia y de los productores de una novela que yo grababa en aquella época: ''Perro amor''. Yo iba a la Universidad en las mañanas y al mediodía entraba a grabar, ¡algo insólito! Porque en efecto, es muy raro que se brinden esas oportunidades Fueron muchos esfuerzos, porque no me gusta usar la palabra sacrificio. Finalmente cada quien busca un camino, cada quien busca una forma de ser feliz.

—Si Danna García no fuera la protagonista de “Qué bonito amor”, ¿qué estaría haciendo con su vida?

—Me encanta la literatura, el diseño, todo lo que tiene que ver con las expresiones artísticas. No sé que habría sido… a lo mejor diseñadora industrial. Se me da eso de los números. Me gusta estudiar, creo que el ser humano no debe privarse de la oportunidad de conocer mundos nuevos a través del estudio, a través de la lectura.

—Tomando en cuenta que te gusta la lectura, si algún día alguien quiere hacer una novela de tu vida, ¿cómo te gustaría que se llamara?

—Yo le pondría: Sí se puede. Porque sí se puede luchar por ser feliz. Sí se puede luchar por los sueños. Sí se puede hacer un mejor trabajo de forma digna y profesional. Sí se puede sacar adelante a tu familia. Por eso para mí el título sería ése.

Qué bonito amor / Lunes a viernes 19:15 horas / Canal de las Estrellas