Lunes, 02 de Diciembre 2024
Entretenimiento | Protagoniza “Fecha de caducidad”

Damian Alcázar, comprometido con su profesión

Se considera un actor privilegiado. Contar historias es su mayor placer en la vida

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO. Siempre lo ha tenido claro, lo suyo es contar historias. Jamás ha pasado por su mente abrir un negocio o darle prioridad al aspecto económico. Así es Damián Alcázar, un hombre honesto, al frente y detrás de las cámaras, pues sin ningún empacho, el actor asegura vivir al día. Eso sí, siempre tiene al menos cinco guiones para leer una vez que termine el proyecto en puerta.

La presencia del actor de filmes como El crimen del padre Amaro o Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian en un set difícilmente pasa desapercibida. Tenga llamado o no. El trato con el staff siempre es cordial. Si no está al frente de la cámara, atento observa el trabajo de sus compañeros, una vez que dicen corte, no duda en reconocer el talento y lo expresa de inmediato.

El que fuera protagonista de la exitosa película La ley de Herodes está conciente de que ser actor no es fácil, pero la incertidumbre entre proyectos es una cuestión dominada, siempre y cuando tenga asegurado el sustento para su hijo, lo demás ya vendrá.

Decir Damián Alcázar significa citar un referente del cine mexicano, y aunque lo sabe, lo toma con humildad, al tiempo que asegura que su base siempre ha sido la entrega total a su profesión. “Uno es el que menos se ubica, la gente es la que nos sitúa con sus comentarios. Cuando trabajo siempre me cuestiono sobre si lo estoy haciendo bien, siempre quiero hacer mi mejor esfuerzo, mas no sé si es suficiente, siempre me pasa lo mismo, intento hacer bien mi quehacer, disfrutándolo mucho y con muchas otras satisfacciones, como el hacer esta opera prima de Kenya Márquez (Fecha de caducidad), a quien conozco desde que hizo su primer corto, porque lo hicimos juntos”, afirma el actor en entrevista exclusiva con este diario en un momento de descanso del rodaje que se realiza desde el 24 de enero en nuestra ciudad, y en el que Ana Ofelia Murguía, Martha Aura y Marisol Centeno figuran en el elenco.

- Con un gran número de proyectos exitosos, ¿cuáles son los personajes que recuerda con más cariño, ya sea porque lo posicionaron como actor o que aun cuando no hayan sido tan vistos los aprecie por sus matices?
- Para empezar tendría que decir que la película de La ley de Herodes, que la han visto alrededor de un 85 por ciento de los mexicanos, es uno de los proyectos que más agradezco, porque he llegado a pueblitos en donde me dicen “sí, usted es el de La ley de Herodes”, (risas), y eso me tiene muy satisfecho, porque se ha convertido casi en clásico del cine mexicano, y gracias a ello he podido llegar a mucha gente, que para mí es lo más importante, porque independientemente de que si me quieren o no los directores o los productores, la gente agradece el que haya trabajado en esa película.

Incluso hay frases de “La ley de Herodes” que ya son de uso común debido al éxito de la cinta, ¿qué significa este alcance para un actor?
- Saber que estuve en uno de los proyectos más importantes del cine mexicano, saber que trabajé, y que sigo trabajando, con Luis Estrada, que es un hombre conciente, claro y objetivo de lo que es su país, su pueblo, sus circunstancias, ése sí que tiene una mirada incisiva de cómo estamos. Eso me
da un gusto enorme.

- Comentaba que hay otros trabajos más de los que se siente orgulloso.
- Sí hay otros. Con Carlos Carrera, en El crimen del padre Amaro, que me pareció un personaje entrañable. Dos crímenes de Roberto Sneider. Con Carlos Bolado en Bajo California: El límite del tiempo; con el maestro Felipe Cazals, con quien recién hice la cinta Chicogrande y con quien filmé Las vueltas del citrillo, pero me quedaría corto, hay muchos proyectos con los que estoy agradecido.

- ¿Cómo es que observa el cine mexicano actual un actor que ha participado en un gran número de proyectos nacionales?
- Estoy desde hace meses diciéndole a todos los medios que Guadalajara se merecería al menos dos salas de cine para observar historias iberoamericanas y mexicanas, porque es una pena que haya cine tan maravilloso que nunca podamos ver. Es muy triste que no podamos ver nuestras historias y creo que eso le corresponde a las autoridades. Ni qué decir de la Ciudad de México, que al menos debería tener cuatro salas.

- ¿Qué habría que hacer para crecer como industria?
- No es cuestión de la producción, porque se puede conseguir presupuesto. El problema viene en la exhibición y con las reglas del mercado, simplemente no recuperamos, porque el exhibidor se queda con el 50% sin invertir un peso. Creo que las reglas están bastante “chafas”, habría que cambiarlas, y esto del libre mercado es un verdadero chiste, tendríamos que proteger el producto nacional, pues el hecho de que el dueño del cine gane tanto hace el asunto “gansteril”.

-¿Ser actor es complicado?
- Sí es complicado, pero simplemente soy otro ciudadano que está intentando hacer lo suyo como puede. La verdad es que me siento como elegido en el cine mexicano, porque he hecho películas muy buenas, de las que estoy orgulloso, aunque mi cuenta bancaria diga lo contrario (risas), porque finalmente una buena cinta es lo que más paga.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA

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