Crítica a la charlatanería milagrosa

GUADALAJARA,JALISCO.- Es lunes pero el pueblo está de fiesta. El Rancho La Soledad es el punto de reunión. A poco más de 15 kilómetros de Guadalajara, rumbo a Nextipac, cerca de 100 personas, incluyendo a la banda de música Águila Real, se preparan para recibir la llegada de un hombre a quien se le ha encomendando una acción que bien podría salvar la vida de una pequeña. Su nombre es Carmelo, (Eduardo Villalpando). Es alcohólico y en sus manos está pedir una intervención divina de la Virgen de Zapopan para que salve a su hija, quien ha sufrido un accidente que la ha puesto entre la vida y la muerte. “Que nos haga el milagrito, pues”, se murmura entre los habitantes.

Dicha fiesta es sólo uno de los escenarios que integran la historia escrita y dirigida por el tapatío Arturo Muñoz, quien debuta en la dirección con su trabajo de tesis de la Licenciatura en Artes Audiovisuales de la Universidad de Guadalajara (UdeG), al que llamó Carmelo peregrino, que se rueda en cine desde el lunes pasado y que se hizo de una beca del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco (CECA), del apoyo del Departamento de Imagen y Sonido (DIS) de la UdeG y de la Coordinación de Producción Audiovisual (CPA) para levantar un proyecto cuyo costo se acerca al millón de pesos.

“Tal vez porque se trata de una historia que se da en Jalisco, que tiene color y surrealismo es que el CECA optó por apoyar mi proyecto”, comenta Arturo Muñoz, quien en su preparación en la universidad se ha desempeñado como cinefotógrafo en trabajos como el titulado Los Hijos Ausentes de Yolanda Núñez -exhibido en el Festival de Cine en Guadalajara, dos encuentros fílmicos del Distrito Federal y uno más en León-, y en La resaca de Isaac Reyes, que participó en el Rally Malayerba 2007, por mencionar algunos.

Colorido y surrealista
Y no es para menos el considerar al corto como surrealista. En la fiesta hay de todo. Habitantes de la zona dispuestos a disfrutar del convite y a ser parte del trabajo audiovisual “simplemente por salir en la película”.

Actores profesionales como Sara Isabel Quintero, Coco Méndez, Lucía Cortés y Candelario Pérez, además de Eduardo Villalpando, se reportan listos. Adornos y luces propios de un festejo jalisciense se observan. Niños que corren mientras sus padres comentan lo que ha sucedido con respecto a Carmelo también. Algunos comen y otros beben. Unos más están por despedirse. La banda Águila Real, integrada por 21 músicos, toca sin descanso. Los más bailadores muestran sus mejores pasos y quienes llegan con todo y caballo ingresan sin problema alguno.

Y aunque se trata de un festejo de ficción, la realidad es que la comida es para 110 invitados y tuvo un costo de casi tres mil pesos. Cuarenta personas están detrás de la realización de los ocho planos programados. “Hacemos ensayo”, se escucha de la asistente de dirección. Una vez aprobado, la asistente dice: “Hacemos toma. Listos todos. Silencio en el set. Cámara lista. Corre sonido. Speed”. Se oye la claqueta y en voz del director “acción”. La adrenalina está al tope y todos en sus puestos siguen las indicaciones previas, y aunque la cita se programó para antes de que el Sol se metiera, la medianoche hace un rato que llegó. Al final, la jornada fue de 16 horas de trabajo.

El objetivo de la historia

Ante la pregunta de si Carmelo peregrino es una crítica social sobre el fanatismo, Arturo responde que son dos posturas las que retrata en la historia. “Tiene dos posturas. La de la fe y la de la charlatanería milagrosa. Para los religiosos queda claro que a pesar de todo lo que se pueda decir los milagros se dan. La otra, y la que marca la intención del corto, es decir que cualquier persona, incluso con mentiras, se puede convertir en un santo, y la reflexión que busco fomentar en los espectadores es que nuestra esperanza no debe depender de cuestiones externas, sino del mismo ser humano, de creer y confiar en nuestras capacidades para salir a adelante, que los milagros suceden por nosotros mismos”.
Altagracia Lizardo Medina

“Nuestra esperanza no debe depender de cuestiones externas, sino del mismo ser humano, de creer y confiar en nuestras capacidades para salir a adelante”
Arturo Muñoz, director