Continúa vigente Bernardo Bertolucci con ciclo fílmico en Venezuela

CIUDAD DE MÉXICO.- El cineasta criticado duramente por su filme "Los soñadores" (2003), Bernardo Bertolucci, cumple 69 años de edad este lunes, vigente en un ciclo fílmico realizado en Caracas, Venezuela, pues algunas de sus películas formaron parte de la cartelera.  

Durante dos semanas, del 1 al 14 de este mes, la muestra "Los rebeldes en el cine" proyectó filmes que tocan el tema de la rebeldía social como fuerza del caos que, retando a la autoridad, obliga a la sociedad a cambiar sus modos de vida y de pensamiento, por lo que no podían faltar dos reconocidos filmes de Bertolucci.  

"Antes de la revolución", que hace la crónica de la juventud del héroe, y "El último tango en París", donde se muestra una visión de la madurez que termina con el sacrificio del personaje interpretado por Marlon Brando, fueron los largometrajes del italiano que se escogieron para presentar su visión del tema.  

"Nido de ratas" (Elia Kazan), "Espartaco" (Stanley Kubrick), "Rebelde sin causa" (Nicholas Ray), "Atrapado sin salida" (Milos Forman), "Thelma y Louise" (Ridley Scott) y "La leyenda del indomable" (Stuar Rosemberg) son algunas de las producciones que también se proyectaron en la Casa de Rómulo Gallegos de Caracas.  

Bertolucci nació en Parma, Italia, el 16 de marzo de 1940, aunque algunos biógrafos manejan 1941 como el año de su natalicio. Es un miembro distinguido de la gran casta de directores de su país junto con Pier Paolo Pasolini y Federico Fellini.  

Sus estudios universitarios los realizó en Roma, donde adquirió fama de poeta. En 1961 comenzó a trabajar como ayudante de dirección en la primera película de Pier Paolo Pasolini, "Accattone", y un año después dirigió "La commare secca", basada en una idea suya.  

Su siguiente producción, "Antes de la revolución" (1964), le dio renombre cuando apenas tenía 24 años.

Sus siguientes trabajos fueron "Partner" (1968) y "La estrategia de la araña" (1970), así como "El conformista" (1971), con la que se anotó su primer gran éxito, y en la que narra la historia de un hombre que se une al fascismo para conjurar su problemática identidad sexual.  

Esta película es considerada por muchos críticos como su obra maestra y fue nominada al Oscar en la categoría de Mejor Guión, además de que ganó el premio David de Donatello.  

Su filmografía posterior incluye la también polémica cinta "El último tango en París" (1973), la cual obtuvo varios premios como el Silver Ribbon 1974, a la Mejor Película; National Society of film Critics Awards y New York Film Critics Circle Awards, al Mejor Actor.  

Asimismo, fue nominado al Oscar como Mejor Actor y Mejor Director, además del British Academy Awards por Mejor Actor; y Golden Globle USA al Mejor Director y Mejor Película, entre otros.   

"El último tango en París" tuvo un éxito escandaloso, y según declaró en alguna ocasión el protagonista Marlon Brando, "es posible considerarla como una obra de profunda dimensión y arte total".   

Más tarde realizó "Novecento" (1976), que es un épico homenaje al comunismo italiano, con música de Ennio Morricone y fotografía de Vittorio Storaro.  

En 1979 dirigió "La luna" y dos años después "La historia de un hombre ridículo"; en 1988 la también multipremiada "El último emperador", la cual ganó nueve premios Oscar, dos de ellos para Bertolucci (como Director y Co-guionista), así como un premio Bafta.  

En 1990 filmó "El cielo protector" y tres años después "El pequeño Buda"; en 1996 "Belleza robada" y en 1998 "Asediada".   

Sin embargo, a decir de sus críticos, al finalizar la década de los años 70, Bertolucci se quedó atrapado en las garras de una blanda mescolanza del freudismo, el voyeurismo, la indiferencia y el escepticismo sociales.  

Simplemente, añaden, no pudo encontrar la expresión artística con la misma intensidad y sinceridad de sus antiguas ideas y sentimientos.  

De igual forma, se expresan años más tarde los analistas cinematográficos, quienes sostienen que con "Los soñadores" (2004), el famoso director italiano confirmó una vez más su descenso.  

El largometraje expresa la decadencia intelectual y moral de toda una generación de artistas ex izquierdistas que no pueden rebasar sus límites y no tienen nada nuevo que decirle al público.