Viernes, 22 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Colaboración de Artes

Contemplaciones contra el tedio

David ''Negro'' Guerrero

Por: EL INFORMADOR

I

El domingo pasado leí en La Jornada dos notas que ilustran a la perfección el patético estado que presenta el país en materia de radio y televisión. Por un lado (página tres) se hablaba del debilitamiento -para decirlo con cierta elegancia- mostrado por el Instituto Federal Electoral (IFE) ante el duopolio televisivo, particularmente con Televisa, al perdonarles las sanciones económicas a las que se había hecho merecedoras por el comportamiento "atípico" para la transmisión de la propaganda electoral. De entre los entrevistados, se destacó al senador perredista Tomás Torres, que calificó como "la excusa de los débiles" el argumento que dieron los consejeros del IFE para no multar a la empresa de Emilio Azcárraga Jean. Todavía más certero fue al señalar que "la reforma electoral les sirvió muy bien para intentar incrementarse el salario, pero según ellos no les da las facultades para sancionar". Y es cierto: es increíble que los representantes de una de las instituciones medulares para alcanzar, mantener, pulir y defender nuestra incipiente democracia sean, a la hora que se les necesita, agachones y timoratos. Porque, de otra forma, ¿de a cómo los habrán convencido?

II

La otra nota (página 11), por desgracia, no es asunto reciente. De nueva cuenta se entrevista a un legislador perredista (al senador Carlos Sotelo, presidente de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado), quien declara a la reportera Andrea Becerril que existe "una embestida" por parte del gobierno federal contra las "radios comunitarias y sociales". ¿De veras? ¿A poco se dio cuenta el senador hasta ahorita? ¿Pues de qué cosas se habla en esa Comisión? Líneas adelante la nota en cuestión informa que, según Sotelo, el PRD "va a proponer que mientras se da el consenso para una reforma integral de la Ley Federal de Radio y Televisión, se legisle en torno a las radios comunitarias y sociales, a fin de que haya un marco jurídico que les dé certeza". Pues la verdad suena bien bonito y hasta interesante, pero otra vez huele a taco de saliva. ¿Para qué buscar que haya una ley para las estaciones comunitarias si va a obligar, necesariamente, a debates, discusiones, consensos y disensos? Dan ganas de decirle al senador Sotelo que, en buena onda, no nos eche choro mareador que puede hasta manchar sus nobles intenciones. ¡Ya no se hagan! En este año electoral (año maldito delineado por el dedo de los intereses, las conveniencias, las mentiras y los embustes) va a pasar de todo menos el "consenso" para la reforma urgentísima que demanda la legislación en materia de radio y televisión. ¿Que se perdió dinero con la contratación de spots y mensajes propagandísticos? ¡Bah, hasta creen! Esa lana se recupera con la venta de entrevistas y seudoreportajes que ya empezamos a padecer en todos los medios (impresos y electrónicos). Esta es la época en la que todo mundo saca del closet su disfraz de periodista íntegro y comprometido para cubrir la voracidad y rapacería que despierta el calendario electoral. Y como no faltan los candidotes (azuzados por sus asesores) dispuestos a soltar billete a la primera, pues que se pudra el público lector, televidente o radioescucha.

III

Lamentablemente no hay abundancia de información en estos asuntos, medulares para todos. Éste es el país en el que importa más el antes, durante y después de un partido de futbol (y ahí está el clásico tapatío como ejemplo), con su oleada de crónicas, entrevistas, reportajes, fotos, especiales, cobertura en todos los medios, analistas, reflexiones, discusiones en el trabajo y en la familia, y todo lo que se les ocurra, que preguntarse si tenemos la radio y la televisión que merecemos. (PAUSA) Pero, para qué me hago tonto: sí, tenemos la radio y la tele que merecemos. Así nos gusta, así les gusta. ¿O creen que va a cambiar pronto la cosa?

IV

Recuerdo las primeras entrevistas que le hice a un pequeño grupo de escritores desmadrosos, amantes de la noche y la poesía, de la amistad y las curvas femeninas. Hablaban con entusiasmo de su naciente proyecto editorial: Arlequín. Han pasado, desde entonces, 15 años. Uno de esos escritores, Felipe Ponce, fue el que se mantuvo al pie del cañón, aferrado y empecinado en demostrar que un proyecto editorial independiente en una ciudad como Tapatilandia era viable. Hoy, Ediciones Arlequín es una referencia obligatoria, de calidad y constancia, al grado de que hasta han sido merecedores de reconocimientos nacionales por su labor. Felicidades enormes a Felipe. Reconocimiento a todos los involucrados en el proyecto. ¡Salú!

V

"Me tienes en tus manos / y me lees lo mismo que un libro". Uno de tantísimos versos admirados que dejó Jaime Sabines. Mañana se cumplen 10 años de la muerte de un poeta de verdad. Hay que leerlo, desnudo, en compañía, con un perro, enfermo, borracho, alegre. Lo que sea: pero leerlo.

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