''Comer, rezar, amar'', refleja la búsqueda del equilibrio

GUADALAJARA, JALISCO (14/OCT/2010).- Ser feliz podría ser el gran objetivo en la vida de todos los individuos. Muchos llegan por el camino rápido, a la primera, otros deben recorrer senderos diversos para llegar a ella, pero invariablemente esa felicidad tiene un rostro diferente para cada uno, así lo reflexiona la autora Elizabeth Gilbert, que en su novela autobiográfica Comer, rezar, amar relata cómo tuvo que cerrar un doloroso capítulo en su vida, después de un desafortunado divorcio, para encontrar su propia felicidad.

La producción eligió a la actriz Julia Roberts para dar vida a Liz, una mujer que un buen día decidió poner un alto en su vida cotidiana y cerrar los círculos convencionales que abrió en su vida: el trabajo soñado que ya no la hacía feliz, el matrimonio perfecto que tampoco la tenía contenta y emprender un viaje que le permitiera recuperar su esencia.

Comer, rezar, amar es la segunda producción en la que Julia Roberts encarna a un personaje de la vida real. Su primera interpretación, Erin Brocovich, le dio una estatuilla dorada, ahora están por verse los alcances de su participación, pero la producción es de las más esperadas del otoño, reforzada por la presencia de Javier Bardem en el papel de Felipe, un hombre al que conoce en el destino final de su viaje: Bali.

La actriz se declara una fanática de la novela editada en 2006, y que luego de su traducción a diversos idiomas ha logrado vender seis millones de copias en el mundo. “Disfruté mucho el libro, es una historia que se puede conectar universalmente con las personas”, señala sobre las experiencias de Elizabeth Gilbert plasmadas en la novela.

Julia afirma que esta interpretación es un homenaje a la autora, y para aproximarse a los intereses de Liz tuvo que estudiar sobre la cultura hindú, esa espiritualidad que buscaba la autora, además de dejarse llevar por el viaje que realizó en su momento la escritora.

El motor de todo

La actriz y la autora coinciden en que el principio de la felicidad es el equilibrio, la pregunta es cómo se llega a él y cómo conservarlo. La actriz, durante su gira de promoción del filme que mañana se estrena en las salas mexicanas, destacó que la felicidad está en su familia, en sus hijos, ellos trajeron el equilibrio a su vida, y afirma que no extraña el glamour de las alfombras rojas y las galas cuando descubre un nuevo logro en sus pequeños. “Ahora trabajo menos que antes y no tengo tiempo para arreglarme la uñas, pero qué importa si realmente así disfruto mi vida, en lugar de hacer una película tras otra durante años”.

Y con esa libertad de priorizar su vida personal sobre la profesional es que Julia pudo identificarse plenamente con el personaje, vivir cada experiencia: Comer en Italia, rezar en India y amar en Indonesia, la actriz se adentró en la cultura de cada país, en la religión hindú y aprender italiano, justo la meta de Liz. “Cuando concluyó la película terminé realmente exhausta, pero amé cada segundo del rodaje”.
Elizabeth Gilbert reconoce que la respuesta de todo es “saber qué es lo que quiero, qué me hace feliz, tener las preguntas y buscar las respuestas”. A la vez que destaca que la rutina bloquea la reflexión continua sobre qué hace feliz a la gente y cuánto se está dispuesto a arriesgar para alcanzarla.

Almas gemelas

Si Liz tomó la decisión de emprender una aventura que inició en Nueva York, en la parte final de su viaje, en Bali, encontró a su alma gemela, Felipe, quien también buscaba superar una ruptura emocional.

Felipe es un hombre  con cinco décadas encima y la imperiosa necesidad de ser feliz, este personaje que busca libertad para reconstruirse cautivó a Javier Bardem, al igual que la oportunidad de trabajar con Julia Roberts. “Acepté el proyecto porque me pareció que era divertido y que el público iba a pasar un buen rato conmigo. Fui muy afortunado de participar en esta película. Mi personaje tiene muchos elementos interesantes”.

Para el ganador de un Oscar como Mejor actor de reparto por la cinta Sin lugar para los débiles, trabajar junto a Roberts, en una comedia romántica, fue una experiencia semejante a “participar en los Juegos Olímpicos”, además de dar un giro de 180 grados a sus proyectos de los últimos años.

Al cuestionarle si en la vida real es tan parecido a Felipe como parece -un hombre romántico que hace cumplir su voluntad- reconoce: “Cuando acepté el papel de Felipe fue interpretar a alguien totalmente diferente a lo que había hecho antes, claro que te conectas con un personaje, pero soy un actor e interpreto personajes”.

''No necesariamente debes viajar para encontrar tu rumbo, sólo necesitas tener tiempo para estar contigo mismo''
Julia Roberts, actriz.

''El amor hace la diferencia, es la fuerza más importante''
Javier Bardem, actor.