Martes, 26 de Noviembre 2024
Entretenimiento | ''El limpiador'', adiós a la humanidad

Cine peruano de alta calidad

La película, protagonizada por Víctor Prada, busca imponerse en la categoría de Largometraje Iberoamericano del FICG

Por: EL INFORMADOR

''El Limpiador'', una visión fatalista de cómo será el fin del mundo. En la imagen, el actor Víctor Prada. EL INFORMADOR /

''El Limpiador'', una visión fatalista de cómo será el fin del mundo. En la imagen, el actor Víctor Prada. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (06/MAR/2013).- ¿Lo ha pensado? ¿Cómo será el fin el mundo? La fórmula de Hollywood propone que será a través de una gran catástrofe. Edificios incendiándose, puentes derruidos, bestias atacando a los hombres, enfermedades letales flotando en el aire. Sangre, muerte, destrucción. Pero para el realizador peruano Adrián Saba, será mucho más discreto: Una enfermedad, silenciosa, en apariencia simple, pero fulminante. Máximo 12 horas desde que es detectada y adiós. Ese es el fin del mundo en El limpiador.

La película, de manufactura peruana, se encuentra participando en el FICG, dentro de la categoría de Largometraje Iberoamericano. De hechura impecable, con un ritmo donde los silencios y los planos abiertos se llevan el protagonismo visual.

La historia de El limpiador ubica al espectador en Lima, la populosa capital peruana, cuya población se encuentra devastada por una enfermedad que está matando a sus habitantes. Aquí entra Eusebio (Víctor Prada), un hombre maduro que trabaja limpiando y esterilizando aquellos lugares donde los enfermos caen muertos. Lo que era un trabajo tranquilo, se ha vuelto una pesadilla, ante las centenas de fallecidos que se presentan cada día.

En una de estas “limpiezas”, Eusebio se encuentra con Joaquín (Adrián Du Bois), un niño cuya madre murió por la enfermedad, y que aparentemente, queda solo en el mundo. Mientras el limpiador busca a sus familiares, se desarrolla una curiosa relación entre ambos, una amistad que florece en el instante justo en el que el mundo parece irse al infierno.

Un adiós determinante

“Es la primera vez que vengo a México y lo único que lamento es que con tanto trabajo, no he podido conocer nada, salvo, ¿cómo se llama, Clatepaque?, es donde venden artesanías (risas)”. Quien habla es Víctor Prada, protagonista de la película El limpiador. Su sonrisa y alegría contrastan totalmente con la personalidad de Eusebio, su personaje. “Fue un papel difícil, me tomó un tiempo en los ensayos sentirme cómodo encarnándolo”.

“Eusebio es un hombre que en muchos sentidos es contrario a mí. Silencioso, contenido, que dice mucho con sus movimientos cuando no está hablando”. El reto de interpretar a alguien que es su contrario, le hizo aceptar el papel. Eso y que el director, Adrián Saba, prácticamente lo escribió para él.

“Estaba presentándome en una obra de teatro en Lima, y llegó Adrián antes de que comenzáramos la obra. Se me acercó y me dijo que quería hablar conmigo al final. No tenía qué quería, hasta que me dijo que estaba preparando una película, su opera prima, y que quería que yo la protagonizara. Sin leer el guión, acepté”.

Víctor Prada se convirtió en la piedra angular del proyecto, “donde todo salió con pocos recursos, poca gente y mucho talento. Se cuidó mucho la calidad y la fotografía. El equipo de producción y actores nos convertimos en una familia, fue un ambiente de trabajo maravilloso”.

Aunque no es una película de terror, el histrión considera que El limpiador busca obligar al espectador a reflexionar sobre la muerte y el fin del mundo. “Por ejemplo, es impactante ver a Lima, una ciudad grande y popular, vacía por completo”.

Las capitales de América Latina suelen ser ciudades sobrepobladas, siempre ruidosas. Siempre en movimiento. Pero en esta película, el corazón de Perú deja de latir lentamente. “Esta no es la capital Lima que todos conocen. Es una ciudad vacía, inédita. Muerta. Conforme avanza la película, llega la sensación de que se está despintando todo, cada vez más gris. Además de que cuidamos de no mostrar escenas con exteriores soleados. Todo se lleva a cabo en la oscuridad”.

Para conseguir esta sensación de vacío, El limpiador se filmó por las madrugadas de miércoles y sábados. Es así como los rincones y el transporte público de la capital peruana aparece despoblado. “Por eso y porque mientras rodamos, yo estaba haciendo teatro. Fue muy desgastante, pero quedé muy satisfecho con el resultado, y con la flexibilidad del director, que me permitió hacer mi doble trabajo”.

Termina la entrevista, Víctor tiende la mano para saludar, y al hacerlo, hace un último intento: “Fui a Tlatepaque, ¿lo dije bien ahora sí?”.

Mal latinoamericano


El peruano no cree en su propio cine

La calidad de la película El limpiador no le garantiza que vaya a ser un éxito en su propio país. “No podemos hablar de que en Perú exista una industria cinematográfica, y eso es una desgracia”, explica Víctor Prada.

El histrión agrega que es lamentable que en su país “el peruano no consuma cine peruano”, y sea la producción hollywoodense la que cope las salas, “es un problema de toda América Latina”.

Prada considera que en el Perú hay una transición generacional, “ahora hay muchos actores nuevos, muchos que llegan más por buscar fama y fortuna, y no tanto para impulsar nuevos proyectos”.

El dato


¿Dónde ha estado?

El limpiador se ha presentado anteriormente en los festivales de Mar de Plata, Biarritz, La Habana, Amiens, Gotenborg, Palm Springs (donde ganó el premio Nuevas voces) y San Sebastián (donde obtuvo mención especial del jurado).

EL INFORMADOR / JUAN FRANCISCO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

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