Chavela Vargas goza de la vida

GUADALAJARA,JALISCO.- Su andar es pausado y cuando habla denota una tranquilidad infinita. Chavela  Vargas es una mujer cuya vitalidad reside en las palabras, esas que ella dice, sin querer han terminado por convertirse en canciones. Sus pensamientos parecen anticiparse a cualquier pregunta que se le formule. Aún así, escucha con atención, siempre, antes de tomar un poco de aire para responder.

La cantante, máxima exponente de la música tradicional mexicana, se mostró serena, atenta y con ganas de hablar durante su estancia en Guadalajara, que concluye hoy al mediodía, antes de partir a su hogar en Tepoztlán, Morelos, lugar cuyo clima y tranquilidad la hacen sentir en paz tras años de intensa actividad profesional. Incluso ahora, confía en entrevista con este diario, su mayor anhelo es escuchar “cosas interesantes, quiero que la juventud de México se me acerque, que me hable bonito” apunta con una sonrisa de complicidad.

La cantante se encuentra presente en nuestra ciudad para la presentación del libro Las verdades de Chabela, material que baila en la frontera de los géneros de la biografía y las reflexiones de una mujer que no se cansa de insistir “no me he retirado de los escenarios, eso jamás. Ahora mismo sólo estoy tomando un descanso, pero me volveré a subir”. Y de ese descanso planea salir pronto, afirma con voz fuerte tras unos inseparables lentes negros.

Se encuentra en paz
La agenda de Chavela fue intensa durante su estancia tapatía. Entrevistas, encuentros, paseos. Quienes la acompañan afirman que la cantante se sintió feliz de esta actividad, y así se le vio durante la charla. Eso sí, apenas pudo conciliar el sueño el domingo, ni siquiera tuvo tiempo para su habitual siesta vespertina, aunque las actividades, si bien agotaron su cuerpo, dejaron su mente convertida en un torbellino de ideas y declaraciones, cada una, similar a la copla de uno de los muchos temas que han salido de su ronco pecho.
“No hay nada más hermoso que los cantos de un pájaro.

El canto”. Afirma la artista mientras se asoma al jardín del hotel donde se hospedó hasta hoy por la mañana mañana. A ella le fascina la naturaleza y su mirada se queda fija en cada uno de los pájaros que revolotean cerca de ella mientras el viento le acaricia el cabello, con unas canas que afirma tiene bien ganadas y jamás ha pensado en ocultar.

Chavela es confidente con quien quiere. Y ella lo ha sido en su estancia con los tapatíos, ciudad a la que agradece el cálido abrazo que le ha dedicado durante la FIL. Ella dice que se va a casa pensando en regresar aquí. Y mientras tanto pide una vez más "que se me acerquen al oído, quiero escuchar cosas lindas de ustedes".

EL INFORMADOR/Francisco González