Carlos Carrera requiere ayuda para Ana

CIUDAD DE MÉXICO (16/ENE/2011).- Para que Ana mueva alguno de sus ojos, se despeine, sonría, grite o se enoje tienen que dar muchas vueltas a las manecillas del reloj y un costoso presupuesto, por lo que Carlos Carrera busca apoyo económico.

La cinta está formada de infinitos detalles, todos ellos generados en el universo del cineasta, quien lidera un equipo de artistas visuales impulsados por la pasión.

Amy Hernández, encargada del arte de los personajes de lo que será el primer largometraje de animación en 3D creado por Carrera, cuenta parte del proceso de la historia basada en una niña a quien su padre abandona en un hospital psiquiátrico (lugar en donde está internada su madre). “Los personajes pasan por una especie de casting para agradarle a Carlos”, comenta. “Le ponemos las expresiones y colores a partir de los cuales las otras áreas del estudio trabajarán”.

Con intenciones de estrenarse en los cines a finales de 2012 o principios de 2013, Ana crece día con día sin limitar las opciones que pueden perfeccionarla hasta lograr cinta digna de la exigencia de los espectadores que suelen ser lo más exigentes: Los niños.

Trabajo arduo

Óscar Juárez, supervisor técnico del filme basado en el cuento de Daniel Emil y que llevará el diseño sonoro de Martín Hernández (Amores perros, El laberinto del fauno), explicó los detalles que componen el este gigantesco cosmos de la animación. “Todo empieza con los dibujos trazados por la propia mano de Carlos, trabajó en ellos seis meses aproximadamente. Luego a poblar el mundo y medir las escenas. La historia se desarrolla en la década de los años cincuenta”.

Hernández, egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la UNAM, se sinceró y destacó que así como a sus compañeros jamás le enseñaron en la escuela los secretos de la animación al embarcarse en esta aventura basada en formato estereoscópico (lentes 3D) descubrió la magia de esta disciplina, y luego de contar con lo básico, pulió de manera autodidacta la misión encargada por el ahora director de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC).

Las imágenes originales fueron digitalizadas gracias a un monitor tableta en el cual se dibuja de manera directa auxiliado por una pluma especial. “Antes se adaptaba el papel al software, ahora creamos esculturas digitales con una geometría base en 3D. Detalles como colgarle la piel o marcar las arrugas se logran gracias a que la tecnología nos permite hacerle cortes a la textura de los personajes, es una especie de salea (de las pieles de los borregos), desdoblamos los cortes, quedan planos y los pintamos”.

“Los hilos de la marioneta” es otra parte fundamental es el movimiento de los personajes. El “rigging”, explicael supervisor, es la etapa de la animación que permite mover el cuerpo de las figuras. A partir de unos controles se logran estirar o comprimir.

La labor es extensa pero de lo que están seguros los involucrados con Ana es que marcarán historia en la cinematografía mexicana.

El dato

Cualquier persona puede convertirte en co-productor del filme con donativos a partir de 30 pesos. Información en www.locolocofilms.com