Cantando bajo la lluvia

GUADALAJARA, JALISCO (10/SEP/2010).- La nostalgia mueve al público a través del tiempo, e incluso cuando es necesario, a través del clima. Anoche eso quedó patente con Timbiriche, el musical, cuya primera función (a las 19:00 horas) arrancó con una torrencial lluvia que sorprendió pero no detuvo a los asistentes que colmaron el Teatro Diana, lleno que se repitió en función de las 21:30 horas.

La “mojada” quedó pronto en una mera anécdota cuando comenzó la obra musical, que logró sumergir de forma inmediata a los presentes en la época “timbiriche”, cuando las luces neón, los peinados de laca y las vestimentas exageradas marcaban la moda. Afuera se quedaron los baches, claxonazos y semáforos locos.

El elenco encabezado por el cantante y actor jalisciense Alan Estrada hizo un recorrido puntual por varios de los éxitos de la banda. Con coreografías espectaculares, luces robóticas y una escenografía móvil que se adaptó a cada uno de los temas que se interpretaron a lo largo de la obra, la puesta en escena demostró que el “músculo” de Timbiriche sigue apretando fuerte en sus fanáticos, tanto contemporáneos como otros que se han ido sumando a lo largo de los años.

Un pequeño lujo

El proyecto de revivir el legado de Timbiriche mediante una obra de corte musical ya había cosechado buenos comentarios en la Ciudad de México, aunque a Guadalajara llegó con un plus muy especial, ya que al elenco se sumó la participación de Erick Rubín, quien interpretó, en uno de los momentos más emotivos de la función, el tema Princesa Tibetana, ante la algarabía general. Con una sonrisa amplia y los gruesos lentes oscuros que se han vuelto inseparables en los últimos años, Rubín interpretó la pieza sonora con fuerza, levantando a varios de los asientos y provocando los gritos y piropos de un sector del público.

La presencia de Erick Rubín fue sin embargo la cereza en el pastel de la obra producida por Alejandro Gou, que relata una historia de romance, encuentros, rompimientos y amor duradero, donde se escucharon los temas que encumbraron a Timbiriche en la cima de la popularidad hace ya un par de décadas. Corro vuelo me acelero, Acelerar y Besos de ceniza fueron algunas de las melodías que se sintieron en teatro ubicado sobre 16 de Septiembre. Otras sonaron en formato de popurri.

Al final, el público salió del Diana para reencontrarse con una ciudad mojada, algo atareada, pero un poco más musical.

Por cierto

Al final de las dos funciones que se ofrecieron ayer en el Teatro Diana, Rubín se aprestó para firmar copias de su material discográfico más reciente, titulado Aquí y ahora.