Bunbury no va a la conquista de Hollywood

CIUDAD DE MÉXICO.- Con su disco Las consecuencias, recién sacado del horno, Enrique Bunbury se plantea su traslado a Los Ángeles para preparar su gira por Estados Unidos como "una experiencia vital", no como ir "a la conquista de Hollywood".

"Yo voy a mirar por la ventanilla y a ver las montañas Rocosas, las secuoyas", explicó el músico español durante su visita promocional a México en entrevista con Efe, sobre el tour con el que ofrecerá treinta conciertos de costa a costa de EU, desde mayo.

Para Bunbury, supone una oportunidad de "conjugar lo vital con lo profesional, que sean emocionantes las dos cosas". Y, de cara a prepararlo bien, ha decidido pasar unos meses en tierra angelina.

"A lo mejor vuelvo con el rabo entre las piernas, digo que hemos fracasado totalmente, pero incluso en ese, que es el peor de los casos, habré mirado por la ventanilla", se sinceró.

Aunque para él anteriores visitas a EU habían sido difíciles, el año pasado "se abrieron una serie de puertas", según reveló. "Nos propusieron una serie de opciones, y yo soy muy echado para delante, me gusta viajar, me gusta tocar en directo, y dije: `vamos a intentarlo`", se explayó.

El cantante tiene "muy claro" que su público será latino y que "el público anglo que venga es un extra, no cuento con él". "Yo estoy convencido de que el público latino no está concentrado en Miami, Nueva York y Chicago, está en todo Estados Unidos", afirmó.

"Creo que nos vamos a encontrar con un público que me conoce, Internet hace que la música llegue a lugares insospechados", aseguró el cantante. "En Detroit estoy convencido de que hay alguien que ha oído algún disco mío; igual soy un iluso, pero creo que sí", añadió.

El tour transcurrirá por pequeños locales, en parte por el estilo del disco, más intimista y acústico que otros trabajos de Bunbury, y en parte porque el propio cantante así lo prefiere, para acercarse al público.

"No sé si es por nostalgia de los principios, pero sí que es porque a mí me gusta más", dijo.

"Prefiero tocar en un local de mil 500 personas que en el Estadio Azteca. Aunque estoy enormemente agradecido de tocar en un sitio tan mítico, pero al final yo disfruto más (en locales pequeños)", abundó.

Precisamente, como fin de la gira Hellville de Luxe, Bunbury ofreció un concierto gratuito en el Azteca ante unas 85 mil personas, convirtiéndose en el español que más espectadores ha congregado en México.

Bunbury es un ídolo en el país; una firma de autógrafos desató ayer la euforia y más de cuatro mil personas hicieron fila para verlo. Algunas de ellas habían acampado días atrás frente a la tienda de discos.

"En México yo tengo un sueño, que, no sé si será esta vez pero algún día lo conseguiré, que es tocar en (el Palacio de) Bellas Artes", confesó.

El recinto capitalino, que acaba de cumplir 75 años y fue un proyecto del dictador Porfirio Díaz, está considerado como el escenario magno del país.

Está reservado casi, exclusivamente, a la música clásica, la danza y la ópera, pero en él también han actuado artistas de otros géneros, como el virtuoso indio Ravi Shankar, diferentes genios del jazz y el popular Juan Gabriel.

"Ahí estaré tocando las pelotas al gobernador", expresó Bunbury, sabedor de que actuar allí será complicado pero sin cejar en el empeño.

A México, donde Las consecuencias acaba de ser disco de oro a un día de su lanzamiento, llegará en el segundo semestre del año a actuar.

Otro lugar donde le gustaría cantar, ya en España, sería el Teatro Real.

Sobre la leyenda que le han dado sus veinte años de carrera, tanto con Héroes del Silencio como en solitario, Bunbury se definió como "un artesano".

"La gente me ve de una manera en la que yo no me veo, en absoluto (...), quizás deberíamos de valorar un poco menos cosas como tocar una guitarra y hacer una canción", narró.

"Yo voy a alegrarte el día, ese es mi oficio, luego paso el sombrero, es un trabajo", finalizó.