Breves del Festival de Cine de Berlín

Winterbottom llevó retazos del anticapitalismo de Naomi Klein a Berlín

BERLÍN, ALEMANIA.- El director británico Michael Winterbottom, Oso de Oro en 2003 por "In this World" y de Plata en 2006 por "The Road to Guantanamo", regresó hoy a la Berlinale para presentar "The Shock Doctrine", un documental basado en el best-seller de Naomi Klein.

El filme combina imágenes de archivo desde la crisis financiera de la década de los 30 del siglo XX a la toma de posesión del presidente de EU, Barack Obama, hace apenas unos días, y se exhibió en la sección Panorama, fuera de concurso.

Es, de hecho, un esbozo de lo que Winterbottom espera sea el producto final, aún no completado porque los acontecimientos superan el discurrir del montaje.

"Todavía no hemos completado el filme. Primero fue complejo dar con parte del material de archivo. Y, encima, luego los acontecimientos se agolparon, de manera que vamos introduciendo más y más material. Espero tenerlo listo en abril", explicó.

El libro de Klein, en el que repasa la implicación del "capitalismo desbocado" en la destrucción de los derechos cívicos y laborales e implantación de regímenes militares en Latinoamérica, se escribió mucho antes que la actual crisis financiera, recordó Winterbottom.

"Hemos incluido este tema, porque creo que esta crisis ha hecho recapacitar al ciudadano común mucho más, y de golpe, que todos los alegatos anticapitalistas anteriores", admitió el director.


El bonito trasero de Woody Harrelson, según Ben Foster

BERLÍN, ALEMANIA.- El filme "The Messenger", proyectado hoy en la sección a competición, no sólo da para reflexionar acerca de la triste misión de los oficiales de EU que deben comunicar la muerte de los soldados a sus familiares, sino también sobre el buen estado físico de Woody Harrelson, su protagonista.

"Hay que admitir que tiene un bonito trasero", dijo su compañero de rodaje y co-protagonista, Ben Foster, en la conferencia de prensa posterior.

Foster no pretendía con ello revelar asuntos íntimos de su compañero de rodaje, sino que es algo claramente visible en la película, concretamente en una de las escenas en que se ve a Harrelson entregado al sexo.

Los elogios entre ambos intérpretes no se quedaron en lo físico. A esa declaración siguieron una serie de alabanzas mutuas al buen hacer profesional del otro, algo muy común en las conferencias de prensa de un festival, donde actores y directores suelen echarse flores entre sí.