Bobby Pulido encuentra el equilibrio

GUADALAJARA, JALISCO (18/MAY/2010).- Estuvo tres años fuera del radar musical. Un poco por gusto y otro más por obligación, ya que la crisis financiera hizo mella en las discográficas y presentó síntomas de un agotamiento físico y mental. Ésa es la historia reciente del cantante texano Bobby Pulido, quien regresa a los escenarios con Días de ayer, su más reciente producción discográfica.

Tras esta pausa, Bobby Pulido cuenta que se siente “muy contento de regresar y seguir en el gusto de la gente. Estaba cansado y no tenía nada nuevo qué contar, entonces mejor decidí parar por un momento”.

Asegura que con ésta, su decimosegunda producción discográfica, no pretende comerse al mundo de un bocado, “porque no soy un cantante de masas y nunca lo he pretendido. Tengo a un público nutrido, muy bonito, no de aquellos que abarrotan los foros donde me presento, pero sí es muy fiel. Y que tras estos tres años de silencio en la música ahora me recuerden y vuelvan a pedir mi música es muy gratificante”.

Heredero de un gran telento musical y poseedor de un estilo único, Bobby Pulido conoció los escenarios desde muy pequeño, observando lo que hacían su padre Roberto Pulido y su abuelo materno, Mario Montes, del grupo Los Donmeños. Más tarde, comenzó en las fiestas familiares a hacer pequeñas presentaciones demostrando su inquietud y talento para iniciar una carrera musical.

Fue hasta 1995 que grabó su primer álbum, titulado simplemente Bobby Pulido, el cual fue registrado en compañía del grupo que hasta la fecha lo acompaña en sus conciertos.

Reconocimientos importantes como el Premio Lo Nuestro, que ganó en 2007, colaboraciones con Kumbia Kings y hasta apariciones en la telenovela Fuego en la sangre, donde compartió créditos con Ninel Conde y Pablo Montero, entre otros, son algunos de los momentos importantes que han acompañado el ascenso se del intérprete de canciones como Desvelado y Enfermo de amor.

El lujo del tiempo
Ya sin la gran presión que impone estar en una discográfica como Universal, con la que terminó su relación recientemente, y con un estudio de grabación de su propiedad, Bobby Pulido pudo darse el lujo de grabar Días de ayer a su antojo y dándose ese gran lujo que otros artistas ya quisieran gozar: el tiempo. “Es un álbum que me tiene muy contento y que grabé en mi estudio, soy muy afortunado de tener uno en mi casa, lo que me permitió grabarlo por partes. Grababa unos meses, luego tomaba un descanso, corregía algunos detalles que no me gustaban, volvía a grabarlos”.

De los 12 temas, incluidos en Días de ayer solamente cuatro son de su autoría, aunque no necesariamente autobiográficos, ya que según dice “son basados en historias que uno ve, pero no necesariamente son un reflejo de mí”.

Algún día, Qué bueno para él, Días de ayer y El soldado olvidado son sólo una muestra de la lírica del cantante texano que ya promociona.

Se refugia en la cacería
El estar alejado de los escenarios y la industria discográfica por tres años, no significa que Bobby Pulido haya estado sin hacer nada. Además de la música, el intérprete texano tiene otra gran pasión: la cacería.

“Salía algunos fines de semana a trabajar, pero sin agenda fija me despertaba tarde y a falta de compromisos me escapé a cazar por un tiempo. Es una afición que practico desde los siete años de edad”, comenta.

Estuvo en África, Argentina y Canadá, donde sus “trofeos” fueron hipopotamos, cocodrilos, cebras, impalas, ciervo rojo, osos negros, renos y lobos.

Afirma que le gusta la forma en que su oficio en la música se complementa con el de la cacería, ya que “en el primero soy el centro de atención y en el otro, los animales. Estoy tranquilo, no hablo con nadie, estoy al aire libre, compartiendo con la naturaleza y es un buen equilibrio para mí, porque me relaja, ya que es todo lo contrario a los escenarios”.

EL INFORMADOR/ OMAR CASTAÑEDA