Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Entretenimiento | Cineasta. Presume su 'casa adoptiva'

Beto Gómez, tapatío por elección

Aunque su trabajo lo ha mantenido viajando de forma constante, el realizador confiesa que solamente se siente en casa cuando está en Guadalajara

Por: EL INFORMADOR

Sonriente. El realizador confía que tiene mucho por hacer en el mundo del cine. EL INFORMADOR / F. Atilano

Sonriente. El realizador confía que tiene mucho por hacer en el mundo del cine. EL INFORMADOR / F. Atilano

GUADALAJARA, JALISCO (06/ENE/2016).- El cine es su profesión y es un amor incondicional que a pesar de lo duro que puede ser, es fiel aliado de su creatividad. Es Beto Gómez, cineasta nacido en Culiacán, Sinaloa, pero que en Guadalajara encontró el hogar idóneo para desarrollarse como profesional y para formar una familia con su hija española Lucía y su hija brasileña Inés, que también son muy tapatías como él, porque aman vivir en una ciudad que los cobija, los arropa y que ellos sienten como suya.

Beto tiene desde 1987 viviendo en nuestra ciudad —aunque también ha radicado en metrópolis como Boston y Madrid—. Sus padres se instalaron en la colonia Seattle y él ya tiene mucho tiempo viviendo por la zona de Plaza del Sol. De hecho, por el trabajo de su padre —que se dedica a la agricultura—, fue que luego de viajar de un lugar a otro llegaron a Guadalajara.

Y es desde la Perla Tapatía que el director ha trabajado en la realización de sus películas, mismas que han marcado un precedente en la filmografía nacional, como lo son “Puños rosas”, “El sueño del caimán” y “Volando bajo”, por mencionar algunas. Cintas que tienen el sellos de un humor muy peculiar y que se rodaron en diferentes locaciones del mundo. Pero poder realizar estos filmes que han llegado a la cartelera, no es cosa fácil, ha sido un trabajo arduo que requiere de continua dedicación.

“Te vas dando cuenta que en realidad el oficio del cineasta es del que no se rinde, pierde o chilla. Hay que saber aguantar, siempre he visto a la carrera como una especie de boxeador, sabes que habrá buenas películas, unas no tan buenas y otros malas, te caerás, te dolerá, pero lo importante es volver a levantarse y eso es lo que te va dando la madurez”.

En sus recuerdos

Beto señala que sus primeras películas fueron las más difíciles , porque tenía que
dirigirlas, producirlas y buscar los recursos para realizarlas. “Además tenían carencias técnicas impresionantes, había mucha ignorancia, pero muchas ganas y ahí está la magia ir aprendiendo de los errores. En México lo más difícil es encontrar a la gente que confíe en ti”.

El interés por el cine le viene a Beto de ver películas acompañado por su familia, ya que no tiene parientes relacionados con el mundo de las artes, aunque confiesa que todos son muy aficionados al cine, cuando era niño iba a los autocinemas o a las matinés, las películas de Tintán, de los luchadores y de los vampiros de los años cincuenta y sesenta fue el cine que le llamó la atención y las cintas que ahora hace han estado influenciadas  por esta cultura cinematográfica de aquella época.

“Mi papá me regaló una cámara Super-8 y ahí fueron los primeros pininos de filmar a los amigos, los juegos que hacíamos y hacer pequeños cortos, pero nunca pensé que tuviera que ver algo con el cine porque tampoco era buen estudiante ni nada”.

En Guadalajara por ahí de 1987, Beto estudió pintura y escultura en el Instituto Cultural Cabañas y tiempo después estudió Comunicación en la Universidad Autónoma de Guadalajara, para después viajar a Boston y estudiar la carrera de cine, luego en Vancouver tomó guión y dirección, igual que en Madrid, “aunque en todas me corrieron (risas)”.

Amor por la ciudad

“Cuando vine por primera vez a Guadalajara me enamoré de ella, descubrí una ciudad que reunía  las cosas que a mí me gustaban en todos los sentidos, un gran clima, gente de todas partes, me gustaba la vegetación, lo sentía muy cercano a mí y claro, las muchachas muy guapas”.

Comparte que con sus viajes al extranjero pensó en vivir en Ciudad de México, pero la Perla Tapatía le dio lo necesario para instalarse aquí. “Siento que las nuevas generaciones pueden encontrar aquí las posibilidades para cualquier área artística”.

Beto disfruta de ir al barrio de Analco, llegar a la cantina La Sin Rival, o el bar Barba Negra, recorrer los restaurantes de la colonia Americana, visitar el barrio de Santa Tere o comer un pozole en San Juan de Dios. “Me siento muy orgullo de ser mexicano, de ser norteño y de ser tapatío de adopción, cuando me muera quiero que una parte de las cenizas estén en las playas de Mazatlán, otras en las de Puerto Vallarta, también en Cantabria de donde es mi hija (mayor) y también en Río de Janeiro de donde es mi otra hija y ellas  también quieren hacer lo mismo para que todos estemos juntos por el mundo, porque uno se va haciendo de pedazos”.

PARA SABER
Lo que viene

El director se encuentra en la post producción de “Cinderello”, película que será protagonizada por William Levy, Joaquín Cosio y Joaquón Rodarte.

La película seguirá con la usual línea de comedia y drama que ha desplegado el director en sus cintas anteriores.

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