Ángela Molina comparte su historia con estudiantes de cine

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAR/2013).- A pocas horas de dejar el Festival Internacional de Cine Guadalajara para iniciar un nuevo rodaje en la Ciudad de México, Ángela Molina compartió sus experiencias como actriz de la pantalla grande, con los jóvenes que aspiran a convertirse en cineastas.

Agradecida y contenta por el homenaje que recibió en esta 28 edición del FICG, Molina se dedicó a responder un extensa entrevista elaborada por el fotógrafo César Saldívar. La amistad entre los dos, contó éste último, es incluso anterior al retrato que hiciera de la actriz, el cual permanece en la exposición Saldívar: la mirada del cine, en la Expo Guadalajara.

Después de confesar que es bastante llorona como espectadora de las películas y que el cine es su pasión desde que era muy pequeña, la madrileña contó sobre el primer papel que hizo en su vida. Con sólo 17 años y bajo la dirección de César Fernández Ardavín, interpretó a una joven que sufrió un aborto en malas condiciones, en la película No Matarás (1974).

De aquel rodaje sólo recuerda que sudó mucho, luego de pasar varias horas en un colchón forrado de plástico en pleno verano. Pero el haber sido dirigida por Fernández Ardavín fue un privilegio para la joven actriz: "Era un señor dulce, maravilloso, que me guiaba y me quería, era especial".

Otro enorme aprendizaje para Molina fue trabajar, pocos años después, bajo la dirección de Luis Buñuel, quien la invitó a protagonizar junto a Fernando Rey y Carole Bouquet, Ese Oscuro Objeto del Deseo (1977).

"Lo primero que hubo fue una cita en la Torre de Madrid, donde Buñuel vivía en el último piso. Fue una conversación absolutamente familiar y adorable (...) fue desde ese primer momento que nos reconocimos el uno al otro", contó Ángela, quien consideró al cineasta como "un genio" que sigue estando muy presente en su vida.

A su primera colaboración con Pedro Almódovar, en la película Carne Trémula, Molina la describió como "horrible", pues el director insistía en hacer demasiadas tomas de escenas bastante sencillas. Al final, dijo la actriz, esa situación de tensión la ayudó a desarrollar mejor el papel, y desde entonces disfruta mucho trabajar con Almodóvar: "estamos absolutamente compenetrados".

El turno de preguntar, finalmente llegó a los asistentes de la Sala Ernesto Gómez Cruz, en la Expo Guadalajara, y los estudiantes no perdieron la oportunidad de seguir escuchando a una actriz con más de 150 películas realizadas en 40 años de carrera.

Habló con los jóvenes sobre el personaje que más disfrutó interpretar -una cantaora en Las Cosas del Querer-, de su primera aproximación a una cámara de cine, y de la importancia que en su desempeño actoral tiene el papel del director: "el director es mi guía, es mi norte y es mi libertad. Es una figura para mi insustituible y me suelo enamorar de los directores".

Antes de despedirse, Ángela Molina animó a los cineastas en potencia a no distraerse, y a no abandonar el arte por que se trata de una necesidad: "Hay que tener cuidado de saber desde dónde nace nuestra curiosidad y qué es lo que necesitamos. Hay que darnos la posibilidad de crear y creer en el instinto".

La charla de esta tarde en Expo Guadalajara, finalizó con un video-homenaje en donde se observó a la actriz en acción en escenas de diversas películas de su extensa filmografía.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL