Ana Serradilla cede a sus instintos

CIUDAD DE MÉXICO.- La televisión puede deslumbrar con la fama y exposición que proporciona a un artista. Muchos son quienes se dejan encantar y una vez en ella, se convierten en un imán del que es casi imposible escapar, pero Ana Serradilla demostró que es inmune a su poder de atracción.

Ahora, la actriz prefiere enfocarse en el teatro, con un escenario más pequeño, sin cámaras, luces por todos lados y jornadas de trabajo eternas. El teatro le dibuja una amplia sonrisa a Ana, al encarnar a una ninfa mitológica, y no a cualquiera, sino a la mismísima Eurídice, la que enamora a Orfeo y de acuerdo al mito, en el día de su boda es raptada por Aristeo.

Con una historia añeja y deliciosa es fácil adivinar el porqué la actriz se ha dejado consentir por el teatro, un medio en el que ha estado involucrada desde hace año y medio.

Primero sorprendió con Fresas en invierno, una obra que fue la llave para entrar luego a Pájaro negro, cuya densa historia le ganó el aplauso, incluso de sus críticos más acérrimos. Y ahora Ana está en Eurícide, no en la versión clásica, sino en la escrita por la joven dramaturga Sarah Ruhl.

¿Que si extraña la televisión? Apenas duda en responder. Para ella el sabor que le da el teatro es inigualable. “El teatro necesita tiempo, es demandante, y debes saber que durante varios meses no serás dueña de tus fines de semana”.

Nuevo amor escénico
El rostro de Ana Serradilla es familiar para muchos mexicanos por su participación en varias telenovelas. Durante cinco años, la pantalla chica fue su casa, pero llegó al momento donde surgió  la necesidad de volver a sus raíces. “Es la cuna del actor y hacerlo te hace regresar a tus raíces, volver a aprender, recordar lo olvidado. Si estuve tanto tiempo alejada de él fue porque encontrar un proyecto interesante y cuadrar los tiempos con los viajes fue muy complicado”.

El crecimiento profesional de Ana es notable, y se dimensiona mejor gracias a los personajes que ahora elige. El ejemplo más claro lo dio con Pájaro negro, una obra cruda y dura (con la que incluso visitó Guadalajara) donde no tuvo miedo en encarnar a Una, personaje que se diferenciaba por completo de todo lo que había realizado con anterioridad. “Lo más curioso que me sucedió con estos personajes es que al terminar las funciones de Fresas en invierno yo quedaba exhausta, y al terminar Pájaro negro era todo lo contrario, quedaba con exceso de energía. Nunca entendí. Sofía (de Fresas...) me conmovía profundamente y Una (de Pájaro...) fue todo un reto”.

Pies de plomo
La televisión, el teatro y el cine ya comienzan a pelear la presencia de Serradilla.
2010 Será “su” año, al menos en el cine, donde se le verá de forma constante, como ella explica “hay cuatro estrenos de largometrajes pendientes y dos más por realizarse. Habrá teatro también, así que tal vez, y si hay algo interesante, puede que ceda a los encantos de la televisión”.

Los halagos, las ofertas y el saberse consentida se ha convertido en parte de su rutina, aunque ella dice que todo lo toma en su debida dimensión. “Agradezco el halago, me llenan de mucha responsabilidad y también orgullo. Esos comentarios positivos son un incentivo muy poderoso, pero trato de ser muy objetiva conmigo, generalmente uno sabe cuando hace las cosas bien y cuando las hace mal. Trato de encontrar un equilibrio, no confiarme con los comentarios positivos y no venirme abajo si los hay negativos. Siempre habrá alguien a quien no le guste tu trabajo”.

Y es que a diferencia de otros de sus colegas, Ana Serradilla no se siente “hecha a mano en el cielo” y acepta que como actriz hay cosas que aún debe trabajar, sin que esto se convierta en un obstáculo. Simplemente son defectos que “se vuelven virtudes, todo depende de cómo encauces esa energía. Mi peor defecto es mi carácter, pero gracias a él estoy donde estoy. ¿Defectos físicos? También tengo muchos, pero amo tal cual soy y aprendo a vivir con ellos y tenerles cariño. La inseguridad y el miedo a no volver a trabajar son terribles, o a que me falle el cuerpo o la mente que son mis herramientas de trabajo. Soy muy vulnerable, soy demasiado tímida y nerviosa”.

UN POCO DE SU CARRERA
De entre sus trabajos más destacados se cuentan las telenovelas Cuando seas mía (2001), Mirada de mujer, el regreso (2003) y Campeones de la vida (2006). Por lo que respecta al cine títulos como Cansada de besar sapos (2006), El brindis (2007) y All inclusive, todo incluido (2008) se encuentran entre los más sonados, sin olvidar su actuación en la obra Fresas en invierno - con la que visitó Guadalajara-, mientras que la película Pastorela de Emilio Portes está por estrenarse a finales de este año.

“Mi peor defecto es mi carácter, pero gracias a él estoy donde estoy”
Ana Serradilla, actriz