Amy quiere cantar en el homenaje a Nelson Mandela

Después de pasar hospitalizada varios días por una enfermedad pulmonar, la cantante británica de soul Amy Winehouse ha vuelto a los ensayos para poder actuar en sus próximos compromisos: el concierto de celebración del 90 cumpleaños de Nelson Mandela y el festival de Glastonbury.

Según la cadena británica BBC, la joven estrella, que muestra los primeros síntomas de un enfisema pulmonar, sigue acudiendo al hospital para continuar con su tratamiento médico.

Un portavoz de la cantante de Rehab confirmó ayer que ha vuelto al trabajo y que todo apunta a que participará en los conciertos que tiene previstos hasta la fecha, pero matizó que todo depende del “visto bueno” de los médicos.

El concierto para conmemorar los 90 años que Mandela cumple en julio próximo se celebrará este viernes y el festival de Glastonbury se desarrollará del 27 al 29 de junio.

También los seguidores españoles de la cantante están pendientes de su salud, porque el viernes 4 de julio está prevista su presencia en el festival musical Rock in Rio, que tendrá lugar en Arganda del Rey (Madrid).

El lunes, el padre de Winehouse, Mitch, dijo que su hija está respondiendo positivamente al tratamiento y que se recuperará de la enfermedad tan pronto como deje de fumar, ya que el enfisema se encuentra en sus primeras fases.

Además, el diario británico Daily Mirror informó en martes de que los organizadores del concierto del próximo viernes en honor a Mandela aseguraron que la lista de participantes sigue siendo la misma, que no ha habido bajas, aunque no descartan la aparición sorpresa de algunas estrellas.

Winehouse fue ingresada la semana pasada en un hospital tras sufrir un desvanecimiento y, según su padre, padece las primeras fases de un enfisema, una enfermedad pulmonar crónica que ha contraído al fumar crack (derivado de la cocaína) y cigarrillos.

“Los médicos le han dicho que si vuelve a fumar drogas, eso no sólo arruinará su voz, sino que la matará a ella”, afirmó el padre de la cantante.

La artista, de 24 años, ha prometido dejar las drogas y someterse a un programa de desintoxicación, aunque su padre teme que su círculo de amistades le empuje a incumplir su palabra.