Amat Escalante, cazador de secuencias no esperadas

GUADALAJARA, JALISCO (15/AGO/2013).-  ¿Y si Amat Escalante no hubiera sido director? Esa es la primera pregunta en la entrevista que sostiene con EL INFORMADOR, y el director se acomoda en el sillón antes de responder. No es que no hubiera pensado la respuesta antes, pero confiesa que hace mucho no se planteaba esa cuestión. "Lo mío era la cocina", expone.

Amat Escalante está de moda, muy a su pesar. Y es a su pesar, porque no se considera un director de cine comercial. Lo suyo no son las explosiones, los balazos, las secuencias de acción, ni los presupuestos millonarios. Ahora se encuentra en el cine con la película Heli, un drama sobre el narcotráfico que le valió ser nombrado Mejor director en la edición más reciente del Festival de Cannes.

"No es algo que me guste presumir. El premio está allí, pero no significa que hacer películas me resulte más sencillo", explica, mientras se cruza de brazos. Detrás de Heli, recuerda, "estuvieron cinco años de trabajo, de levantar el proyecto, y ver como se caía. No es fácil, porque significa gran parte de mi vida. Lo más difícil, siempre va a ser conseguir el dinero, pero resultó. Esta cinta, es hoy por hoy, el proyecto más ambicioso en el que he trabajado".

La dureza de la carrera cinematográfica no ha hecho mella en su semblante. Amat luce como el tipo más despreocupado del mundo. "Al final entendí que para hacer películas jamás va a ser suficiente el dinero. Todo se trata de respetar el guión, de sacar la historia con lo que tengas a la mano".

Ni parece el director que se gastó 13 millones de pesos en su última película, ni el tipo que se acaba de ganar un premio en un festival de cine con prestigio mundial. Es, simplemente, un hombre que es dichoso haciendo aquello que ama. Haciendo cine.

EL  INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ