Martes, 26 de Noviembre 2024
Entretenimiento | “El padrino” del cine cumple 70 años

Al Pacino, actor de mil rostros

Su talento y un poco de suerte lo han convertido en un indispensable en el Séptimo Arte

Por: EL INFORMADOR

ESTADOS UNIDOS.- Michael Corleone, Tony Montana, Frank Serpico... son personajes inmortales del cine que han nacido de las entrañas de Al Pacino, uno de los más destacados actores de la historia, que este fin de semana cumple 70 años enamorado de Shakespeare e intentando salvaguardar su intimidad.

Ha ganado el Oscar (cine), el Emmy (televisión) y el Tony (teatro) a Mejor actor. Su mirada es capaz de helar y enternecer corazones según convenga, y de su calma tensa nacen brotes de rabia e intensidad en sus interpretaciones más brillantes.

Sus películas hablan por él, pero pocos conocen al verdadero Alfredo James Pacino.

“Toda mi vida he luchado por proteger a mi familia”. Es una frase de Michael Corleone (El padrino), el personaje por el que siempre será recordado. Pero bien podría haber sido dicha por el propio actor, celoso de su privacidad hasta límites insospechados.

Por eso llamó la atención que dejara entrever algún sentimiento en una reciente entrevista en el programa 60 Minutes, del canal CBS. Pacino, a la pregunta de por qué nunca se ha casado, contestó: “No lo sé. Tal vez lo haga algún día. Soy joven aún para casarme. Sí te puedo decir que debí hacerlo un par de veces. Aún hay esperanza”, comenta en tono de broma.

Al intérprete, que ha mantenido relaciones con Diane Keaton (su compañera de reparto en El padrino), Beverly DAngelo (con la que tuvo gemelos en 2001) y Jan Tarrant (con la que tuvo una hija en 1989), se le asocia ahora con la argentina Lucila Solá, 37 años menor que él.

Un largo camino

La carrera de Pacino se extiende á través de cuatro décadas en las que ha filmado unas 40 películas y por las que ha conseguido ocho candidaturas a los premios Oscar. Sonó la flauta en una ocasión, la última vez que resultó nominado (Scent of a Woman, 1992).

Su papel del coronel ciego Frank Slade, provocador, lenguaraz y suicida, hizo que la Academia de Hollywood saldara una deuda de años con el actor, candidato a la estatuilla dorada también por El padrino (1972), Serpico (1973), El padrino II (1974), Dog Day Afternoon (1975), And Justice for All (1979), Dick Tracy (1990) y Glengarry Glen Ross (1992).

Pacino es ante todo un artista agradecido. Sabe que le debe su carrera a Francis Ford Coppola, el director de El padrino, quien se fijó en el actor -por entonces un completo desconocido- para protagonizar la que sería una de las películas más famosas del celuloide a pesar de las reticencias iniciales de los estudios Paramount.

Hasta entonces Pacino, criado al sur del Bronx por su madre soltera y su abuelo, había abandonado el instituto a los 16 años y se ganaba la vida con las propinas de algunas pequeñas obras de teatro. Y abusaba del alcohol.

“Formaba parte de mi vida. Como decía Laurence Olivier, ‘el trago de después de la obra era lo mejor del día’. Lo hacía en exceso”, admitió el actor, que sin embargo lleva 30 años de abstinencia.

Después ingresó en el Actor’s Studio de Manhattan, donde se establecería como uno de los representantes del “método” (que apostaba por que el actor se convirtiera en el personaje).

En El padrino Michael Corleone pasaba de héroe de guerra a mafioso que toma las riendas del imperio de su padre, Vito (Marlon Brando). A ese papel inolvidable le siguieron otros memorables del género mafioso como los de Cara cortada (1983), Carlito’s Way (1993) -ambos filmes de Brian De Palma- o Donnie Brasco (1997).

Más íntimo


En los últimos años Pacino se embarcó en una serie de trabajos con la firme intención de conseguir financiamiento para sus proyectos personales, más relacionados con su pasión por Shakespeare y el teatro.

“A veces no he tenido demasiado interés en lo que hacía. Hay un par de películas mías que veo en la televisión y me pregunto qué estaba haciendo”, se sinceró el intérprete.

Ese dinero le ayudó a dirigir el documental Looking for Richard, un análisis sobre Ricardo III basado en la obra histórica de Shakespeare. Su amor por la obra del dramaturgo inglés lo llevó también a protagonizar El mercader de Venecia (2004) y entre sus planes futuros está encarnar al Rey Lear en el cine.

Por el momento el espectador puede reencontrarse con su mejor versión en You Don't Know Jack, una película para televisión del canal HBO sobre la vida de Jack Kevorkian, el llamado “doctor muerte”, de estreno ayer en Estados Unidos, que le ha deparado las mejores críticas en años.

“Es un placer ver cómo el personaje consume al actor por completo”, dijo la revista Variety. Mientras tanto, el resto de la prensa ya vaticina un nuevo Emmy por ese papel. A sus 70 años, Al ha vuelto.

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