Adrien Brody suma proyectos

MOSCÚ, RUSIA.- La 31 edición del Festival Internacional de Cine de Moscú contó ayer previo a su inauguración oficial, con un invitado de excepción, el actor estadounidense Adrien Brody, quien presentó en la capital rusa su película Cadillac Records, en la que aparece con la cantante Beyoncé.

En el acto ofrecido la función para la prensa de la película, recibida positivamente por los periodistas en el histórico cine Judózhestvenni, el actor dijo sentirse “honrado” de estar en Moscú, aunque subrayó que “también es divertido viajar y experimentar cosas nuevas”.

“Los artistas rusos han sido una de las mayores influencias en el cine y el teatro y respeto tremendamente esa contribución. Stanislavski es uno de los instructores y de las personas que más influyeron a la hora de dar un sentido de verdad y de importancia a la actuación en el siglo XX”, subrayó Brody.

El film narra la historia de un pequeño estudio de música Cadillac Records, de su productor, Leonard Chess, y de los artistas que apoyó, entre ellos leyendas de la música afroamericana de la década de los años cincuenta del siglo pasado como Muddy Waters, Little Walter, Howlin’ Wolft, Etta James, Willie Dixon y Chuck Berry.
El actor señaló que familiarizarse con la historia de su personaje le resultó relativamente fácil ya que le encanta el blues, muchas veces escucha a Muddy Water y creció con la música de Johnny Lee Hooker.

Deja la música de lado

Brody, que también estudió piano de pequeño, lamentó no haber practicado más y agradeció a sus padres que jamás le obligaran a tocar, sino que intentaran despertar su interés por cosas que pudieran enriquecer su vida.
“Realmente no me gustaba mi profesora de piano. Tenía muchas venas en las manos y yo pensaba que si estudiaba demasiado, mis manos también se llenarían de venas. Realmente no estudiaba y aún así, ahora yo también estoy lleno de venas. Hubiera deseado haber estudiado más”, recordó.

Brody, que comparte papel con Beyoncé Knowles, Etta James en Cadillac Records, alabó la interpretación llena de sentimiento de la cantante estadounidense. “Al final de la película hay una escena en la que mi personaje debe abandonar la industria de la música, y ella canta una canción de despedida. A mí se me llenaron los ojos de lágrimas, porque en parte sabía, sentía, y soy consciente, de que nunca más voy a tener a Beyoncé cantando para mí. Fue tan bonito. Y ella cantaba para mí”, dijo.

En cuanto a la fama, señaló que la mayoría de gente le conoce “por su trabajo y no simplemente por ser famoso”, aunque confesó echar de menos de vez en cuando el anonimato.

“Lo maravilloso de ser una persona anónima es que puedes observar sin ser observado, y lo que más duro me fue aceptar es que es muy difícil para mí observar, cuando es lo que a mí me gusta, porque lo que me ayuda a ser mejor actor es observar”, remató.