Las industrias creativas en Jalisco marcan pauta a nivel nacional, y para muestra el cine y todos los contenidos audiovisuales que se generan en el estado a partir de series televisivas, comerciales, videoclips y otros formatos.Quien ha atestiguado todo este logro al paso de los años es el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), el cual el próximo 2025 estará celebrado su edición número 40 del 6 al 14 de junio.El FICG ha evolucionado como un vínculo entre creativos, profesionales, empresarios y público, desde 1986 como Muestra de Cine Mexicano y posteriormente para marzo de 2005 ya como festival internacional, el cual, respaldado por la Universidad de Guadalajara, es un catalizador para que los grandes proyectos sucedan, se vean y generen identidad en Jalisco.El cineasta Jaime Humberto Hermosillo (1942-2020) fue uno de los principales precursores del FICG, detalló EL INFORMADOR en una publicación del 7 de marzo de 1986 a propósito de la Primera Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, donde se compartía que las proyecciones de los filmes serían en el Instituto Cultural Cabañas y el Museo Regional de Guadalajara.Jaime Humberto estaba puntualmente interesado en que naciera en la ciudad una industria fílmica. Y no se equivocó, ahora es una gran locación para que más proyectos nacionales e internacionales se filmen aquí. El artículo destacaba que la intención no sólo fue explorar “el bello paisaje de esta provincia, para después incluso, ni siquiera mencionarlo en los créditos fílmicos -como se ha hecho antes en otras ocasiones- sino que se promocione debidamente a la ciudad y a la vez se dé trabajo y se estimule a actores, técnicos, guionistas y realizadores de la localidad”. Fue así que la primera muestra se hizo del 10 al 15 de marzo donde se exhibieron 20 películas divididas en tres secciones: Retrospectiva de un director, Cinco filmes recientes y Cine independiente.Sobre el auge que ha tenido el festival durante estas cuatro décadas, la actual directora del FICG, Estrella Araiza, comparte que hace algunos años en Guerrero se celebraba el Festival Internacional de Cine Acapulco (FICA): “Ese festival querían ser el Cannes de acá (de México), pero no ponían películas de exhibición mexicana, solamente tenían cintas europeas. El festival fue muy famoso, llegó a estar Sophia Loren… Entonces, los cineastas mexicanos, quienes estaban queriendo exhibir películas, se dieron cuenta que era necesario tener otro lugar y al mismo tiempo fue que Jaime Humberto comenzó con este proyecto que al principio era como un espacio de auto exhibición, pero como ya se tenía un grupo de crítica cinematográfica, a alguno de los que estaban ahí se le ocurrió que el espacio fuera también de cine mexicano y así nació la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara”. Araiza acota que “el festival en general y todas las secciones que lo componen han respondido a la necesidad cinematográfica de donde estamos, de Jalisco y de México. Cuando nació la muestra era porque las películas no se podían exhibir en ningún otro lado y eso estaba muy fuerte, porque había gente que tenía el impulso de hacer cine nacional, había personas que se querían dedicar al cine con cineastas que ya habían estado en festivales internacionales y que no dejaban de producir, pero no había espacio de exhibición. Había cine, sí, pero muchas de las película nacionales cerraban tratos con exhibidores directamente para que pudieran presentar, como a manera de negocio, estas películas que se hacían en el cine… De hecho, considero que por eso decayó mucho la calidad”, porque incluso los contenidos se hacían ya en videohome. “Y es cuando te das cuenta de la importancia de los festivales de cine, porque éstos lo que hacen es una curaduría donde además se hace una selección”.De cara a los próximos 40 años del FICG, refiere Araiza que los planteamientos tienen que ver sobre cómo se van concretando cada año las ediciones: “Nuestra prioridad es seguir presentes y relevantes para la industria del cine mexicano. Este año por ejemplo, pudimos retomar nuestra relación con Canacine, pues representa el lado industrial del cine en México y a las empresas que forman parte de la misma, así que para nosotros es importante seguir vinculados a la parte industrial del cine nacional y por otro lado, seguir atendiendo las necesidades de las plataformas con relación a sus estrenos. Nuestro mayor reto y ventaja es escuchar”.El FICG también ha evolucionado a partir de la era de las redes sociales y las plataformas digitales sobre cómo se difunden y se transmiten los contenidos: “Esto es una cosa muy interesante donde nosotros estamos reaprendiendo en lo que encontrábamos como certezas o certidumbres de cómo difundir o promover las películas, porque las redes sociales en específico se mueven de diferente manera a como se hacía la promoción de cine antes. Y para nosotros es muy importante poder atender a todos esos públicos. Nosotros todavía tenemos que navegar en dos espectros, las personas que todavía disfrutan ver la programación en papel y todo lo que tiene que ver con redes sociales, por lo que nos la pasamos experimentando”.Estrella recuerda que ella trabajó en el último año de la muestra de cine y en el inicio del nuevo ciclo del festival, y recuerda que había dos equipos, el de difusión y el de prensa, donde el segundo tenía acuerdos con los medios de comunicación para darles boletines y así los reporteros redactaban, además, al día siguiente ese mismo equipo juntaba todos los periódicos para recortar el resultado de lo que se había escrito de una película en específico.También recuerda Estrella que ella trabajó mucho en la gestión de Iván Trujillo, quien estuvo en nueve ediciones como director. “Yo trabajé mucho en su gestión, pero a partir de su segundo año que fue cuando a mí me contrataron para la parte de Prensa e Industria. Y durante ese tiempo hice cosas relacionadas a cambiar el festival sobre cuestiones que me parecían que eran necesarias e Iván me apoyaba en esas gestiones”. Por ejemplo, hizo la sección Industria Incluyente, donde durante el festival hacía pláticas, programas o eventos para incluir a personas con distintas discapacidades y pudieran asistir al cine: “Entonces, la primera película que fue adaptada en México para todas las discapacidades fue ‘Las brujas de Zugarramurdi’ de Álex de la Iglesia”.Así que ya que se hizo directriz, Industria Incluyente se transformó en Cine Incluyente, “en donde todos los años ponemos películas que tengan temática de discapacidad o que estén relacionadas o adaptadas para la discapacidad. Este año presentamos ‘Y tu mamá también’ adaptada con lengua de señas mexicana en la pantalla Bicentenario”.Estrella Araiza, la directora del FICG, reitera que como festival, siempre han respondido a las necesidades cinematográficas de la comunidad inmersa en esta industria: “Cuando la comunidad cinematográfica dijo que necesitaba un espacio donde se le pusiera el foco de atención a sus películas, así nació la muestra. Y cuando en muchos otros espacios cinematográficos de otros países de América Latina no existía ley de cine, es decir, mecanismos para poder hacer películas, se dieron cuenta que por medio de los acuerdos binacionales de coproducción se podían desarrollar cintas, fue que así nació en Guadalajara el Encuentro de Coproducción, el cual fue súper importante para poder encontrar productores y proyectos que pudieran hacer estos filmes. Y hay muchas cintas que se hicieron a partir de las personas que se conocieron en el festival y a partir de ahí pudieron hacer otros proyectos y sociedades”.Por ejemplo, recuerda Araiza que Donald K. Ranvaud fue un importante productor de cine que tuvo una empresa que se llamaba Buena Onda Pictures y fue amigo de grandes cineastas como Wim Wenders y Bernardo Bertolucci. Este personaje vivía en Europa y después se fue a vivir Brasil donde estuvo involucrado en producciones de cine, donde además conoció a cineastas latinos justo en el Encuentro de Coproducciones, fue así que produjo “Cochochi” de Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán, quienes tras ser impulsados lograron trabajar incluso con Geraldine Chaplin. Y todo fue gracias a estas grandes iniciativas que se tuvieron en el FICG.“La labor más importante que hemos tenido en estos 40 años es la de escuchar a la comunidad cinematográfica nacional e iberoamericana para que nos digan qué es lo que es necesario ahora para que ese cine siga existiendo”, expresa Estrella. “Cuando comienzan a surgir estas iniciativas a nivel estatal para la producción de más cine como Filma Jalisco, nosotros sabíamos que sí o sí teníamos que empezar una sección de cine como Hecho en Jalisco, porque se está produciendo más y se le tiene que poner el foco de atención, así que creo que es muy importante que siga existiendo esa simbiosis entre los que están haciendo cine en cualquier parte y lo que nosotros necesitamos para presentar ese cine y hacerlo relevante”.Conforme han avanzado los años, el FICG se ha ido adaptando también a las necesidades de la audiencia que busca contenidos en específico, por ejemplo, el Premio Maguey, el cual es una categoría para presentar el cine diverso. “Este nació durante la gestión de Iván Trujillo y me parece que el Premio Maguey es increíble, es un festival en sí porque tiene homenajeados, proyecciones especiales y muchos componentes más”.