Martes, 08 de Octubre 2024
Economía | El Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) ha sido devastador para el campo mexicano

Urgen crear política alimentaria

Experto considera equivocada la estrategia de parte del Gobierno federal; la FAO pide actuar y la Sagarpa confía en afrontar el problema

Por: EL INFORMADOR

CIUDAD DE MÉXICO.- México tiene capacidad para producir sus propios alimentos si se aplica una política que fomente la producción, productividad y rentabilidad de los campesinos, afirmó Alberto Montoya Martín del Campo, académico de la Universidad Iberoamericana.

Dice que para superar la crisis alimentaria que afecta a todo el mundo, se requiere trabajar con estrategias específicas para toda la cadena, desde el productor primario y de autosubsistencia, hasta los grandes productores comerciales nacionales y exportadores.

“Se debe actuar ya, pues el país importa 17 millones de toneladas de granos básicos y tiene un déficit comercial superior a los 20 mil millones de dólares de la firma del TLCAN a la fecha, lo que muestra que la estrategia ha sido equivocada”.

En un comunicado, consideró que el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) ha sido devastador para el campo mexicano, al generar una pérdida productiva, de capacidad y desarrollo, y propiciar la migración interna y externa de jóvenes.

Expuso que Estados Unidos con sus subsidios desestabiliza los precios internacionales de los alimentos, lo que se suma al hecho de no haber emprendido una política que capitalice con infraestructura a más de 800 mil pequeños productores mexicanos.

No hay planeación

Sostuvo que el país carece de una planeación agropecuaria pese a que en 2003 el Gobierno se comprometió con el Acuerdo Federal para el Campo a proponer una Ley de Planeación para la Soberanía y Seguridad Agroalimentaria y Nutricional, aprobada por los diputados pero ignorada por los senadores.

Martín del Campo comentó que entre los factores que han provocado el aumento en los precios de los granos está el mayor consumo alimenticio en el mundo y a la substitución de combustibles fósiles e hidrocarburos por energías renovables.

Ante esa situación los precios internacionales que han aumentado 139% en promedio, mientras en México, por ejemplo, el arroz Sinaloa pasó de siete a 12 pesos el kilogramo, lo que afecta a 50 millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza.

20 millones de afectados

Apenas el jueves pasado, el titular de la oficina de la FAO en México, Jonathan Martínez llamó a crear un programa de desarrollo alimentario, pues de lo contrario entre 15 y 20 millones de personas se verán afectados por el incremento de precios.

“No existe (un plan) porque cada dependencia maneja programas de manera desarticulada... tienen que definirlo lo más pronto posible para paliar los efectos que se vivirán por la crisis alimentaria”, dijo en el marco del congreso de la Unión General Obrera, Campesina y Popular (UGOCP).

Martínez dijo que en México hay superficie suficiente para producir alimentos, pero los agricultores carecen de recursos, “hasta que se incorporen a la cadena productiva cambiarán las cosas”.

En el mismo congreso participó el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Cárdenas, quien dijo que el país tiene la capacidad humana y tecnológica para superar dicha crisis.

“Veo una gran oportunidad para el campo mexicano, (pero) requerimos de organizaciones más modernas eficaces que se enfoquen en la productividad”.

Sin embargo el secretario general de la UGOCP, Margarito Montes, dijo que necesitan una reforma financiera para combatir la carestía de alimentos, “sin una transformación financiera no podremos avanzar a la siguiente meta que es la política de reservas alimentarias”.

“Por no haber actuado de manera preventiva y racional en materia agroalimentaria, ahora México enfrenta el incremento en los precios del maíz, trigo, arroz y soya”
Alberto Montoya Martín del Campo,
académico de la Universidad Iberoamericana.

Expertos ven fallas en el Procampo

Desde que se negoció el TLCAN, el Gobierno puso en marcha programas de subsidios como el Programa para el campo (Procampo) con el fin de preparar a los campesinos para la competencia que se avecinaba, sin embargo expertos ven diversas fallas en dicho programa.

Jaime Yesaki, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), dice que se sí hubo capacitación para campesinos, sin embargo éstos terminaron emigrando a Estados Unidos.

“El Gobierno ha utilizado mucho dinero para capacitar a los productores, ¿y luego qué? Se les está sacando provecho a las capacitaciones, pero en Estados Unidos, porque están capacitando migrantes”.

Yesaki dice que los recursos de Procampo no se dedicaron para asociar a los productores, mejorar las semillas ni ofrecer maquinaria de alta tecnología, que son las carencias del campo mexicano.

José Cacho, presidente de la comercializadora Minsa, coincide con Yesaki y agrega por separado que las deficiencias del programa impiden elevar la productividad en nuestro país.

“El Procampo se desperdicia, pues los recursos que reciben los campesinos no dependen de su productividad, de modo que los apoyos no corresponden a las necesidades de desarrollo y comercialización”.

Agrega que “muchas veces” el ingreso se usa para el gasto corriente del productor, lo que impide la inversión tecnológica.

Los campesinos fueron ignorados


Loreta Ortiz, especialista en negociaciones comerciales internacionales de la Universidad Iberoamericana va más allá y dice que cuando se negoció el TLCAN los agricultores no fueron consultados.

“Hoy carecen de información suficiente sobre las implicaciones de la apertura del capítulo agrícola del TLCAN, con el que se eliminan los límites de importación de maíz, frijol, azúcar y leche en polvo provenientes de Estados Unidos y Canadá”.

Agrega que los que más participaron en las negociaciones fueron los grandes productores.

El capítulo agropecuario del TLCAN

¿En que consiste?

A partir del 1 de enero de 2008, los tres países miembros del tratado (México, Estados Unidos y Canadá) pueden importar maíz, frijol azúcar, leche en polvo y otros productos agropecuarios sin pagar aranceles.

Según el apartado, esto permite eliminar barreras al comercio, estimulando el desarrollo económico y dando a cada país signatario igual acceso a sus respectivos mercados.

¿Por qué se ven afectados los campesinos mexicanos?

Los productores extranjeros pueden disminuir sus precios debido a los subsidios que reciben. A los agricultores nacionales se les dificulta bajar los costos debido a que no tienen la capacidad de producción de sus competidores.

Y es que mientras en Estados Unidos un productor recibe unos 20 mil dólares por año, los mexicanos en el mejor de los casos obtienen un poco más de 700 dólares anuales.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones