Economía | Entrevista a Jaime Serra Puche, negociador del Tratado TLCAN generó producción compartida Una de las aportaciones del Tratado fue que contribuyó al proceso de apertura de la economía en el mundo Por: EL INFORMADOR 1 de enero de 2014 - 23:11 hs Jaime Serra Puche afirma que a 20 años del tratado, México es más competitivo. EE / CIUDAD DE MÉXICO (02/ENE/2014).- El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) propició una integración no sólo en el intercambio de bienes finales, sino en una producción compartida entre México, Estados Unidos y Canadá, concluyó Jaime Serra Puche, negociador del acuerdo y presidente de SAI Consultores. La información de valor agregado comercial revela que por cada 100 dólares en el valor final de un bien que Estados Unidos importa de México, 40 dólares son de contenido estadounidense. La participación equivalente en el caso canadiense es de 25 dólares. En contraste, por cada 100 dólares de importación de China y la Unión Europea, únicamente 4 y 2 dólares, respectivamente, son insumos de Estados Unidos. Entrevistado a 20 años de que el TLCAN entró en vigor, Serra Puche expuso que China hace “outsourcing puro” y México genera una alta producción compartida en Norteamérica. ¿Cual es la aportación del TLCAN? En 1986 entramos al GATT, 40 años después de que se fundó. Pero el TLCAN fue un proceso de apertura del comercio exterior más sintomático o fundamental, el más grande en la historia reciente de México. Además, el TLCAN contribuyó al proceso de apertura de la economía de manera importante en el mundo. El segundo punto es que hay una racionalidad económica. Desde el punto de vista comercial, las exportaciones de México hacia Estados Unidos estaban sujetas, antes del TLCAN, a lo que se llama el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), que ayuda a las economías menos desarrolladas a iniciar sus procesos de exportación, porque los estadounidenses te reducen los aranceles de ingreso hasta cierta cantidad de productos. Te dicen: si tú me vas a exportar 100,000 refrigeradores, te cobro cero arancel o un gran descuento sobre el arancel que le cobro a todo le mundo, pero si exportas 100,000 más uno, te quito esa preferencia para todos. México estaba llegando siempre a los límites del SGP. Y para no pasarse, había empresas que incluso cerraban sus operaciones desde octubre o noviembre, porque no querían perder la preferencia y, por el otro lado, tampoco querían acumular inventarios. Entonces, teníamos una situación bastante perversa. Al mismo tiempo, la relación de México con Estados Unidos tenía muchos acuerdos sectoriales, como en la producción de textiles, automóviles, frutas y vegetales. Y ahí lo que hacíamos era una negociación anual, para definir cuotas, cuántas toneladas de textiles podías venderle o lo que fuera. Eso a los productores les daba mucha incertidumbre, porque decían: lo mismo hacen una buena negociación el año que viene o los estadounidenses se ponen duros y no voy a poder exportar. Mejor no le meto y me quedo con el tamaño en el que estoy. Otro punto tiene que ver con los flujos de IED. México entró al GATT, abrió la economía e inició un proceso de ajuste macroeconómico importante. Pero nos dimos cuenta que el mundo no estaba volteando a ver a México, casi no estaba en el mapa de la IED. Y el TLCAN era el centro de ese mapa: México es muy importante para invertir, ser competitivo y exportar al mercado más grande del mundo. ¿Cuál es la mayor enseñanza que deja el TLCAN? El año previo al TLC, en 1993, tuvimos un déficit comercial con Estados Unidos (de 5,000 millones de dólares) y pasamos a tener un superávit de más de 92,000 millones de dólares. Entonces, la primera lección es que el régimen tarifario no es el que determina si tienes déficit o superávit. O sea, tenemos más déficit con los países con los que no tenemos tratados frente a con los que tenemos tratados y abrimos la economía. La segunda lección, y lo digo con toda sinceridad, es que yo no pensé que México se iba a convertir, dada las tendencias históricas, en una plataforma de exportación muy poderosa. Hoy exportamos más de 1,000 millones de dólares diarios. Hoy exportamos más que toda América Latina junta, incluyendo Brasil. La apertura de la economía hace hoy más competitiva la economía y, por ende, da posibilidades de exportar. Cuando estábamos cerrados, lo que ocurría es que un productor de teléfonos tenía que comprar el plástico caro porque no podía traerlo del resto del mundo, porque estaba más barato, pero estaba protegido en México. Entonces, a la hora que producía el teléfono con este plástico no era competitivo, porque el plástico era más caro que el que el que usaban los coreanos u otros. Al abrir la economía, esos precios se corrigieron. Para mi, ésa es una lección importante, que la apertura generó una competitividad muy importante. ¿Por qué creyeron que México podía competir con Estados Unidos y Canadá? Si tú hacías un análisis y lo haces hoy sobre qué tan competitiva era la economía mexicana antes de abrir, se veían todos los factores básicos, como el laboral, muy competitivos frente al resto del mundo. Pero toda la parte de insumos intermedios era muy cara, porque muchas cosas las teníamos que importar y les poníamos un arancel. Entonces, si tú hacías un análisis de cómo hubiera aumentado la competitividad de la economía de México utilizando cero aranceles, que es lo que acaba ocurriendo con el TLCAN después de 15 años, subía mucho vis a vis Estados Unidos y Canadá. Esto es lo que hoy ocurre. Somos más competitivos. Lo segundo es que México era el principal usuario del sistema generalizado de preferencias, entonces nosotros ya estábamos en un proceso de exportación, a pesar de que teníamos esos límites. Y además teníamos una ventaja regional, distancia, transporte, logística sobre el resto del mundo, para entrar al mercado estadounidense. ¿Qué es lo que más les preocupaba? Había preocupación en México, justificada, aunque al final del día no ocurrió nada, de que en cosas como el maíz o cereales no teníamos suficientes ventajas frente a los estadounidenses, porque lo que se requiere para producir cereales son grandes extensiones, tierra muy húmeda y mucho capital y nosotros no tenemos ni la uno, ni la dos, ni la tres. Al abrir la agricultura, le dimos 15 años al maíz. Dijimos: vamos a darle suficiente tiempo para que nuestra producción agrícola se acomode a esa circunstancia. FRASE "Una de las mayores enseñanzas del TLCAN es que el régimen tarifario no es el que determina si tienes défici to superávit”. Jaime Serra Puche, presidente de SAI Consultores. Roberto Morales roberto.morales@eleconomista.com EL ECONOMISTA Temas TLCAN Comercio Balanza Comercial Una selección de El Economista Lee También China respalda la cooperación comercial con México y critica su "politización" Premier 12 y Súper Ronda cumplen; México queda a deber Sensei rojinegro Entrenador del Fulham se sincera sobre fichaje de Raúl Jiménez Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones