Sábado, 30 de Noviembre 2024
Economía | El otro gran tema sobre el que deberán pronunciarse es el del tabaquismo pasivo

Suizos votan para terminar con privilegios de exiliados fiscales

La tarifa fiscal es un sistema de imposición basado en el tren de vida y los gastos del contribuyente y no en sus ingresos reales

Por: AFP

En 2010, Suiza contaba con 5 mil 445 refugiados fiscales bajo el régimen de esta tarifa. AFP  /

En 2010, Suiza contaba con 5 mil 445 refugiados fiscales bajo el régimen de esta tarifa. AFP /

ZÚRICH, SUIZA (23/SEP/2012).- Los suizos de algunos cantones deciden  este domingo si retiran las ventajas fiscales que permiten a los ricos  extranjeros, como cineastas, pilotos de fórmula uno o cantantes, pagar muy  pocos impuestos en comparación con sus abultados ingresos.

El otro gran tema sobre el que deberán pronunciarse este domingo los suizos  es el del tabaquismo pasivo.

La famosa localidad de Gstaad, en el oeste de Suiza, empieza a temblar. En  este lugar de estancia preferido por los exilados fiscales extranjeros, como el  rockero francés Johnny Hallyday, el fin de la tarifa fiscal podría provocar  serios desbarajustes.

Los electores del cantón de Berna, del que forma parte Gstaad, tendrán que  decidir si suprimen la tarifa fiscal plana, considerada como una injusticia, ya  que permite pagar unos impuestos casi testimoniales que no tienen ninguna  relación con los ingresos reales de sus beneficiarios, exclusiva para los  extranjeros.

La tarifa fiscal es un sistema de imposición basado en el tren de vida y  los gastos del contribuyente y no en sus ingresos reales.

La mayoría de los beneficiarios de este sistema en el cantón de Berna  residen en Gstaad, una pequeña estación de deporte de invierno famosa por sus  coquetos chalets, donde reside también el realizador Roman Polanski.

Johnny Hallyday posee desde 2006 un chalet en Gstaad. Según el diario Le  Matin, ingresó 6.3 millones de francos suizos (5 millones de euros o 5.7  millones de dólares) el año pasado y pagó 700 mil francos suizos de impuestos,  "el equivalente de lo que gasta en dos meses, según sus allegados", indica el  diario.

"Se está robando a la comuna, al cantón de Berna y a la Confederación. Esas  tarifas se han convertido en un negocio para muchos fiduciarios. En Gstaad,  encontramos por ejemplo 13 familias griegas multimillonarias que pagan unos  impuestos ridículos, es un escándalo", se lamentó recientemente en la prensa  suiza la diputada socialistas del cantón, Margret Kiener Nellen.

El sistema de la tarifa social se regula cantón por cantón. En 2009, el  cantón de Zúrich lo suprimió, y después lo hicieron Schaffhouse y Appenzell  Rodas-Exteriores.

El último en sumarse a la lista es el cantón de Basilea-ciudad (noroeste)  que va a suprimir este sistema a partir de 2014.

Además de Berna, el cantón de Basilea-Campiña también se pronuncia el  domingo sobre una eventual anulación de la tarifa fiscal.

En 2010, Suiza contaba con 5 mil 445 "refugiados fiscales" bajo el régimen de  esta tarifa. Sus contribuyentes pagaron 668 millones de francos suizos de  impuestos a la Confederación.

El tabaquismo pasivo es el otro gran tema sobre el que decidirán los suizos  este domingo en las urnas.

Actualmente, ocho de los 26 cantones se benefician de una protección  completa contra el tabaquismo pasivo, como Ginebra, mientras que once cantones  se limitan a aplicar la ley federal de 2010. En estos últimos, se pude fumar en  los pequeños bares, cafés, restaurantes de menos de 80m2 y en los  establecimientos más grandes equipados de fumaderos con personal de servicio.

Otros siete cantones, incluido el de Zúrich, prohíben fumar en los  establecimientos pero autorizan los fumaderos con servicio.

Esta iniciativa lanzada por la Liga Pulmonar Suiza no se opone al humo en  el exterior o en los locales privados.

Los lugares de trabajo individuales no están concernidos, al igual que los  fumaderos sin servicio. Se pueden hacer excepciones para las instituciones  asimilables a espacios privados como las residencias de personas mayores o las  cárceles.

Según la Liga Pulmonar Suiza, trabajar ocho horas en medio del humo  equivale a fumar entre 15 y 38 cigarrillos. En el mundo, más de 600 mil no  fumadores involuntariamente expuestos al humo mueren cada año, según la  Organización Mundial de Salud (OMS).

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