Preocupa mayor déficit en balanza de pagos de México

CIUDAD DE MÉXICO.- El mayor déficit en cuenta corriente en la balanza de pagos por la caída en la exportación de petróleo, la reducción de remesas y el ritmo comparado de importaciones contra exportaciones son factores de preocupación en la economía mexicana.

Así lo advirtió el profesor del Area Académica de Entorno Económico del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (Ipade), Sergio Raimond-Kedilhac Navarro, quien precisó que el déficit de 2008 estimado en seis mil 954 millones de dólares se va a 13 mil 690 en 2009.

En un análisis del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2009, subrayó que estos saltos implican un aumento en el déficit de la cuenta corriente en la balanza de pagos de 0.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a 1.1 por ciento el año próximo.

El académico sostuvo que la crisis financiera en Estados Unidos afecta desfavorablemente tanto a las inversiones como al flujo de remesas para 2009.

Sin embargo calificó de bueno el flujo de inversión extranjera directa recibida por el país, que se ubicó en 10 mil 536 mil 700 millones de dólares en el primer semestre de 2008, aunque el ritmo disminuye por el deterioro financiero y del empleo de mexicanos en Estados Unidos.

Añadió que México es víctima del "síndrome holandés", término asignado a las consecuencias dañinas provocadas por un aumento significativo en los ingresos en las divisas de un país, por alguna causa distinta a la competitividad interna.

Como resultado del incremento de las divisas, el peso se apreció y perjudicó la competitividad interna de la industria ante las importaciones más baratas, con la consecuente insuficiencia de empleo.

Al prever que este fenómeno del "mal holandés" continúe, dijo que el Banco de México (Banxico), el gobierno y los legisladores deberán buscar generar las condiciones propicias de competitividad que permitan a la planta productiva crear más empleo.

Una de estas condiciones, señaló el analista del Ipade, sería una miscelánea fiscal sencilla pero de alto impacto para 2009, que impulse un cambio al Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU) que aliente la inversión productiva.

Esto consiste en que el contribuyente pague la cantidad menor que resulte entre el IETU y el Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Para los que resulte un pago más bajo con el ISR continuar con el plazo de los tres años para el cambio al IETU y dejar la tasa de este impuesto a un solo nivel definitivo de 16.5 por ciento en vez de aumentarlo a 17 por ciento en 2009 y a 17.5 por ciento en 2010.

Recomendó también definir las partidas que se permiten hacer deducibles para los sectores productivos y su disposición debe resolver la mayor parte de las quejas, reclamos y motivos de amparos que presentaron las cámaras, asociaciones y representantes de sectores productivos.

El académico del Ipade propuso además terminar de negociar con los demás países para que el IETU mexicano sea considerado como equivalente para los efectos fiscales de esos países.