Pelé proyecta su imagen como marca

GUADALAJARA, JALISCO (03/OCT/2012).- A ratos,  a Edson Arantes do Nascimento le encantaría no ser Pelé. Caminar como lo hacemos entre las personas, tomar un café en una plaza sin que nadie se detenga a contemplarle, tener cotidianidad. La personalidad que se le reconoce en todos los sitios tiene temores, el suyo: decepcionar, dejar de ser la marca que ahora es.

El 10 del mítico Brasil de México 1970 ha perdido intimidad, privacidad, se ha convertido en una marca global que factura millones de dólares por sus acciones. Es una figura y admite que el “cariño” es un valor que le hace menos difícil ser Pelé, una celebridad.

No niega un autógrafo, atiende con un gesto personal sin que se lo pidan. Pelé quiere estar para siempre en todos lados, ser inolvidable, algo que no necesitaría porque ya lo han hecho sus goles con Brasil, Santos y Cosmos de Nueva York, pero no deja de trabajar en su imagen.

Es justo esto lo que lo hace una marca rentable, una empresa. El miedo a decepcionar le tiene en alerta siempre y son sus principales virtudes como negocio lo que le ha permitido, por ejemplo, ser considerado por la entidad financiera española para que se ligue con ellos.

Considerado como el mejor jugador de futbol de la historia, Pelé advierte que en el futbol moderno carece de “grandes jugadores”, que Messi puede “jugar en cualquier época”, que su estilo es como el de Tostao y el de Cristiano Ronaldo, el de Vavá. Admite que nunca estará al frente de la FIFA y su principal crítica la hace con la memoria, contra la mercadotecnia voraz y la invasión televisiva.

Ivan Pérez

ivan.perez@eleconomista.mx