CIUDAD DE MÉXICO (19/FEB/2017).- Ojalá el amor fuera el único ingrediente necesario para que una relación funcione. Pero como no sólo de amor se vive, también entra en esta ecuación el dinero. Lo sabe muy bien quien ha peleado por dinero con su pareja. Caer en disputas por este tópico no es cualquier cosa, sino que pelear por temas financieros especialmente ayuda a que las parejas se divorcien.¿Por qué? Porque a las personas les cuesta más recuperarse de este tipo de discusiones más que de cualquier otro tipo de desencuentros y está demostrado científicamente. En un estudio, la Kansas State University encontró que estos pleitos son mucho más intensos, se usa un lenguaje más duro que en el resto de tópicos por los cuales una pareja puede pelearse y duran más tiempo. Así, la relación se va desgastando y la motivación por la pareja se evapora.Por desgracia, las parejas no suelen hablar mucho de este tema. Un estudio realizado por Fidelity Investments, una empresa especializada en gestión de activos y fondos de pensiones en Estados Unidos, realizó una encuesta en la que los resultados arrojaron que casi la mitad (43%) no saben cuánto gana su pareja, esto aunque la mayoría (72%) dicen que se comunican de manera excepcional o muy bien con relación a temas financieros.“Mientras que no conocer el salario de tu compañero parece ser un pequeño detalle, es importante para cada uno el tener una fotografía completa de las finanzas del hogar. ¿Qué si algo pasa? Cuando se trata de dinero y matrimonio, la ignorancia no es felicidad”, señala el análisis.Aunado a la comunicación, las parejas enfrentan un reto: El de la transparencia. Dos de cada cinco admiten haber cometido infidelidad financiera en contra de su pareja y el problema está creciendo. El año pasado 42% admitió ser infiel financiero en contraste con 33% del año anterior, según una encuesta realizada para el National Endowment for Financial Education de Estados Unidos.¿Qué hicieron? Esconder una cuenta de banco, efectivo o una compra a su pareja o mentir sobre sus deudas o su ingreso. En México, el problema también existe. Una muestra: Del total de personas que entran a la reparadora de crédito Resuelve tu Deuda, más de 10% le ha mentido a su pareja. En el caso de las mujeres, 14%; mientras que los hombres lo han hecho en 17%.“Hay que quitarnos la idea de que el dinero y el amor no se llevan, porque la realidad es que toda la vida vas a manejar dinero y es de las cosas que tienes que conciliar durante el tiempo que estés con tu pareja. No vale la pena pelearse por dinero”, asegura Sonia Sánchez Escuer, especialista en finanzas personales y autora del libro “Diario de una oveja financiera”.Ella, además de ser especialista en temas de finanzas personales, ha aprendido esta lección finalmente a la buena.Luego de 15 años de casados con su pareja y de estar a punto de divorciarse por temas de dinero, ha logrado salir del problema victoriosa y con el orgullo de que desde hace años –los problemas asediaron al inicio de la relación– este tema en absoluto es tema de discusión. De hecho, hoy ella imparte cursos en línea sobre el manejo de recursos y las relaciones de pareja.No es en realidad el dineroSi te estás peleando por esta razón, hay que entender que realmente éste no es el problema, sino que los enfrentamientos se gestan por las ideas, actitudes, mentiras y reacciones que tenemos acerca de éste.“A lo mejor para él es más importante comprarse una moto y para ella pagar la colegiatura de los niños. Cada quién ve las cosas de una forma y entonces vienen los pleitos, pero el problema en sí no es el dinero sino el punto de vista de los dos y que no están logrando ponerse de acuerdo”, asegura Sonia.En la medida en la que esto se entienda, ambos van a dejar de echarle la culpa a éste y van a empezar a tomar responsabilidad de sus acciones. “Mientras tú pienses que el dinero es el problema, nada se va a arreglar porque no se está atacando el problema de fondo”, asegura. Y en este punto, hay que volver al reto de las parejas: La transparencia. Ésta es una de las claves del éxito. Además de Sonia y su esposo, esto bien lo sabe Jorge Arturo Martínez y Jessica Mejía, una pareja que desde que eran novios –hoy van a cumplir dos años de estar casados– empezó a hablar de este tema.“Cuando empezamos a andar, yo ya sabía que me quería casar con Jessie. Ella y yo estábamos muy en línea con eso. A los cinco meses de estar juntos, le dije que si iba en serio teníamos que hablar del tema. Hay total transparencia desde el día uno y eso nos ha dado la posibilidad de saber con cuánto contamos para gastar”, cuenta Jorge, un financiero de 30 años que hoy ocupa un puesto de gerencia junior en una compañía trasnacional con oficinas en México.Él le contó a ella lo que para él era casarse con respecto a las finanzas— ir al registro civil sin la mayor pompa y comprar un departamento para vivir—; en contraste, ella deseaba una fiesta de boda y un viaje de luna de miel.Así que desde aquí empezaron a hablar de temas de dinero y empezaron a planear. Para ahorrar para la boda, acordaron ahorrar cada uno 5% de forma mensual. Lo hicieron de manera proporcional porque los sueldos que ambos perciben no son iguales, así que buscaron la forma de ser justos. Y así empezaron a ahorrar. De ahí, éste ha sido uno de sus criterios principales. Primero deciden cómo van a pagar cada cosa —algunas cosas las pagan a mitades, pero no todas—, se ponen de acuerdo y luego paga cada uno proporcionalmente su parte.Jorge asume ciertos gastos como las comidas de fin de semana porque por ahora su sueldo es mayor, pero ella corre con los gastos del postre y del estacionamiento. “Si es un gasto que afecta a los dos, decidimos cómo pagarlo. Si ella se quiere comprar ropa, se la compra”, asegura. El que ambos tengan independencia financiera es esencial para evitar influencias en las decisiones del otro, coincide Sonia.Honestidad ante todoTanto Jessie como Jorge saben con centavos cuánto gana el otro —cuando reciben bonos y demás compensaciones—, asignan cierto porcentaje de ahorro cada quincena y más allá de los gastos que tienen en común, tienen la libertad de gastar cada uno el dinero que perciben. Comparten y concilian metas, y trabajan juntos para volverlas realidad.Y es que ésta es otra de las recetas del éxito, además de ser transparentes, es necesario conocer y perfilar qué es lo que quieren lograr.“Es importante sacar el tema del dinero en cosas fundamentales. ¿Quieres o no una casa? ¿Quieres emprender o ser empleado? ¿Cuáles son tus sueños? ¿Quieres estar viajando? Hablar de qué es lo que quieren en la vida les va a dar mucha luz sobre el otro”, asegura Sonia.En el caso de Jorge y Jessie, a ellos por ahora no les urge tener un departamento porque confían y trabajan para en un futuro muy cercano su poder adquisitivo aumente y puedan empezar a comprarlo muy pronto. Lo han hablado, están tranquilos con eso y han cumplido al pie de la letra los acuerdos alrededor de ésta y todas sus decisiones.Y es que éste es otro punto importante y en el que se juega de nuevo la buena comunicación. Al hablar, es importante quedar conforme y cumplirlo. Si algo dentro grita en contra, es mejor externarlo porque se puede traducir en el incumplimiento de acuerdos.“Si estás diciendo que sí a algo y luego no lo haces, le estás mintiendo. Tienen que ser acuerdos genuinos, no sólo decir a algo que sí para evitar la confrontación”, explica Sonia.Y hay que estar conscientes de que no siempre se va a poder ganar, y que en algún momento, uno u otro tiene que ceder. Aquí entra la necesidad de empatía, de este común “ponerse en los zapatos del otro” y en comprender de raíz a la otra persona.Es necesario tener paciencia uno con el otro, y estar consciente de las diferencias de ambos. “Los hombres son más arrojados y las mujeres suelen ser más previsoras y más emocionales, es algo que tenemos que entender, aunque suene muy básico. Si entendemos cómo somos diferentes, podemos llegar más fácilmente a acuerdos financieros”, asegura la especialista en finanzas personales. Cuando se entiende la raíz de las decisiones del otro, es mucho más fácil no enojarse.