CIUDAD DE MÉXICO (04/DIC/2016).- La economía mexicana ha mostrado resistencia al contexto externo, el cual la llevará a crecer moderadamente en 2017 y 2018, estimó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) expuso que en sus recientes "Perspectivas sobre la economía mundial", el organismo internacional prevé que México crecerá 2.2 por ciento en 2016, 2.3 por ciento en 2017 y 2.4 por ciento en 2018. La OCDE indica que la actividad económica de México ha mostrado resistencia ante el fuerte descenso de los precios del petróleo, el débil crecimiento del comercio mundial y el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos. Señala que la demanda interna sigue siendo el principal motor de la actividad económica, apoyada por las recientes reformas estructurales que han reducido los precios de la electricidad y de los servicios de telecomunicaciones. El organismo considera que el crecimiento de México será moderado en 2017 y 2018 debido, principalmente, a la inversión y la confianza de consumidores ante la incertidumbre sobre la política futura en Estados Unidos. Sin embargo, plantea que la economía mexicana podría beneficiarse de una mayor demanda de importaciones de Estados Unidos, refirió la Secretaría de Hacienda en el Informe Semanal de su Vocería. La OCDE agrega que la economía mexicana seguirá beneficiándose de un tipo de cambio competitivo, una sólida expansión del crédito y continuas mejoras en el mercado de trabajo con el apoyo de las reformas estructurales del gobierno y un entorno de baja inflación. Señala que los riesgos asociados a las estimaciones para México incluyen la incertidumbre sobre las políticas externas, reducciones adicionales en la producción de petróleo y una confianza empresarial e inversión privada más débiles. Por el contrario, un aumento en los precios del petróleo podría favorecer tanto el déficit de cuenta corriente como el fiscal, apunta el organismo internacional. Menciona que en el ámbito interno, la plena implementación de las reformas estructurales, en particular de la educativa, es clave para impulsar el crecimiento económico a largo plazo. Por otra parte la OCDE señala que para impulsar el crecimiento de la economía global y "sacarla del estado actual de bajo crecimiento", es necesario establecer medidas fiscales expansionistas y mantener la apertura comercial. En el actual entorno de bajas tasas de interés, los responsables de las políticas públicas podrían hacer un mayor uso de medidas fiscales con la finalidad de impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad, estima. También propone realizar iniciativas de gasto público bien focalizadas para elevar la actividad económica privada y apoyar a la economía global, pero sin comprometer los niveles de deuda pública. "Combinar estas iniciativas con reformas estructurales y actuar en todos los países de forma colectiva, estimularía su impacto", subraya la OCDE. Insta a "utilizar la política fiscal de forma más inteligente, con un gasto público orientado a áreas que impulsen el crecimiento, como inversiones en infraestructura de alta calidad, innovación, educación y competencias, lo cual provocaría también que el crecimiento resulte más incluyente". En sus recientes perspectivas, presenta estimaciones ligeramente mayores para la mayoría de los países miembros y de las grandes economías emergentes en 2017. Así, espera que el crecimiento mundial sea de 2.9 por ciento en 2016, de 3.3 por ciento en 2017 (0.1 puntos porcentuales arriba de la estimación previa) y de 3.6 por ciento en 2018. Prevé que la actividad se acelere en Estados Unidos, ante una posible flexibilización de la política fiscal, con un crecimiento de 2.3 por ciento en 2017 y 3.0 por ciento en 2018. Para la zona del euro espera un crecimiento de 1.6 por ciento en 2017 y de 1.7 por ciento en 2018, y el crecimiento de los 35 países de la OCDE lo proyecta en 2.0 por ciento en 2017 y 2.3 por ciento en 2018.