Los taxis aéreos, una opción, pero no para todos los bolsillos

GUADALAJARA, JALISCO (16/DIC/2013).- Es un servicio que, por sus tarifas, no cualquiera puede usar. De hecho, muchas personas ni siquiera saben de su existencia. Se trata de los taxis aéreos, que en 2013 habrán trasladado en Jalisco entre 18 mil y 24 mil pasajeros.

En Guadalajara, este año aumentó la demanda 15% respecto a 2012, aunque en Puerto Vallarta se reporta un descenso de 4%, de acuerdo al Centro Jalisco de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ( SCT).

“Es un servicio público, no es masivo, es selecto, es exclusivo y seguro”, afirmó Enrique Tron, director general de Aerotron, una de las principales empresas del ramo, instalada en el FBO (Fixed Base Operator) Base Fija de Operaciones del Aeropuerto Miguel Hidalgo de Guadalajara.

En una unidad con capacidad para cinco personas, un viaje a Puerto Vallarta cuesta 16 mil pesos más IVA ida y vuelta (el trayecto es de 50 minutos), por lo que el costo por persona alcanzaría tres mil 200 pesos.

En cambio, un jet para un vuelo largo a Nueva York, que dura alrededor de cinco horas de trayecto (10 horas redondo) cuesta, aproximadamente, 20 mil dólares.

La capital de Jalisco es la tercera ciudad del país con mayor movimiento de pasajeros en taxis aéreos, superada por los aeropuertos de la Ciudad de México y Toluca.

Los negocios son el principal motivo para utilizarlos, señalan 80 de cada 100 usuarios; el resto son viajeros se trasladan por cuestiones turísticas y algunos casos por casos de emergencia. En los recorridos predominan los destinos nacionales (8 de cada 10) respecto a los internacionales.

En cuanto a las tarifas, los taxis aéreos no compiten con las aerolíneas. Su ventaja competitiva se centra en la disponibilidad: al optar por un vuelo en taxi aéreo el cliente tiene el tiempo en sus manos, además de la posibilidad de trasladarse a lugares en las que no hay rutas comerciales, e incluso cambiar de itinerario si sus negocios así lo demandan.

También se tienen ventajas en el abordaje, ya que si se cuenta con toda la documentación lista, se puede llegar 15 minutos antes del despegue para un viaje internacional o cinco minutos antes de la partida cuando es en el país. Además, el servicio se puede contratar con poca anticipación; si hay avión disponible “en una hora podemos sacar un vuelo”.

Los destinos más recurrentes son Puerto Vallarta, Manzanillo, Toluca, Monterrey y aeropuertos de Costalegre, en diversos hoteles exclusivos que tienen sus pistas.

De los destinos internacionales, los principales son Texas, California, Arizona, Florida y Nueva York.

El servicio ha ido a la alza tras la desaparición de algunas líneas aéreas de bajo costo.

SABER MÁS

Por los aires

 En Guadalajara hay 18 empresas que ofrecen el servicio de taxi aéreo con una flota de 27 aeronaves.

 En Puerto Vallarta operan tres empresas con cinco taxis aéreos.

 En el país operan mil 871 empresas.

 Entre las ventajas del taxi aéreos se cuentan:

Disponibilidad de tiempo.

Privacidad.

Comodidad.

ANALISTA DE LA SCT
El sector cuenta con 21 empresas

Son entre mil 500 y dos mil pasajeros los que en Jalisco utilizan al mes el servicio de taxi aéreo, que en la Entidad cuenta con una flota de 32 aeronaves pertenecientes a 21 empresas del ramo informó el director del Centro Jalisco de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Bernardo Gutiérrez Navarro.

En los aeropuertos de Guadalajara y Puerto Vallarta el servicio se presta con cuatro tipos de unidades: monomotor, bimotor, turbo hélice y jet. “El taxi aéreo es evidentemente un servicio privado en el cual se renta la unidad, y también el servicio del piloto que tripula las unidades”.

La Dirección General de Aeronáutica Civil es el área encargada del registro de las unidades, los propietarios, la revisión de los documentos de las aeronaves y sus bitácoras.

En el tema de los pilotos, la autoridad procurar que estén en las mejores condiciones posibles. Los conductores de aviones son sometidos a exámenes médicos y de aptitud para recibir la licencia o revalidarla periódicas una vez al año, antes de cumplir 40 años.

Después de cumplir cuatro décadas de edad las pruebas se aplican cada seis meses, debido a que por el cambio constante de altura requieren una revisión constante de agudeza visual y auditiva, así como de las condiciones cardiacas.