Las marcas, factor de apoyo eficaz a las artesanías

GUADALAJARA, JALISCO (21/ENE/2013).- El registro de marcas, ya sea colectivas o comerciales, ha demostrado ser una herramienta eficaz para el posicionamiento de las artesanías. Los hechos demuestran que a través de las marcas estos producto son más conocidos en el mercado, además de que son motivo para que sus productores reciban apoyos de recursos públicos, si hay grupos organizados o bien si hay impacto en la generación de empleo.

Así lo expresó el director del Instituto de la Artesanía Jalisciense, Mario Reyna, quien puso como ejemplos los registros de las marcas en favor de un grupo de artesanos de equipales de Zacoalco, además de ópalos de Magdalena (su marca es Opal), muebles rústicos de Gómez Farías y barrio bruñido de Tonalá.

También hace mención de los molcajetes de San Lucas, los juguetes de madera de Teocaltiche y las canteras de Degollado.

Insiste en el ejemplo de los equipaleros de Zacoalco de Torres, los que además de promoverse con la marca Zacoalli, también han mejorado su diseño, lo que los pone con más valor agregado en una situación muy distinta a sus compañeros que se han quedado en la postura de ser maquiladores de los grandes negocios comercializadores a los que les venden las armazones de estos muebles.

Las marcas y la competitividad

Resalta que en los casos en que un producto artesanal mexicano ha sido golpeado por la incursión en el mercado de un producto extranjero o que representa una copia, el trámite de las marcas se hace más urgente para rescatar su producción original.

Cita el caso de los nacimientos de barro de San Pedro Tlaquepaque y Tonalá, los que han estado bajo el asedio de imitaciones de resina de origen asiático, los que por su precio y apariencia han sido una competencia agresiva para el producto tradicional. Detalla que los nacimientos ameritan su marca y esto ya es motivo de gestiones.

También trae a colación el caso de que hay productos artesanales con gran identidad y con una categoría artística a toda prueba, como el llamado barro bruñido el cual requiere de dibujos de gran maestría y de un pulido especial que haga lucir sus matices sin necesidad de un esmalte final. Aduce que este producto ya se promueve con la marca Herencia Milenaria, de la que hay un espectacular en la entrada a Tonalá. En su punto de vista este producto tiene una identidad que amerita promover su denominación de origen.

También indica que otra forma de darle difusión y promoción a otros productos, es el registro de una marca comercial, como se pretende con la marca Universo Wirrárika para la artesanías de estambre y chaquira de los huicholes, con lo que también más posicionamiento.

Reconoce que el registro de una marca no es sinónimo de éxito en automático. Habla del caso de la marca Arpico de los fajos pitiados de Colotlán (cuya fibra textil es la pita, de ahí su nombre), la cual no tuvo el éxito esperado porque sus productores desistieron de seguir bajo el esquema acordado de elaborar bajo una norma voluntaria su producto.

PARA SABER

Una marca colectiva implica producir un determinado producto bajo una norma de referencia de carácter voluntario.

Una denominación de origen supone una Norma Oficial Mexicana de carácter obligatorio.

FUENTE. Legislación mexicana de propiedad industrial.

EL INFORMADOR/ SALVADOR Y MALDONAD