Martes, 26 de Noviembre 2024
Economía | Para alcanzar la prosperidad compartida

Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía, urge a reescribir reglas

Cuestiona que el desempleo y la educación de baja calidad son algunos de los factores que influyen en la desigualdad entre la población

Por: EL INFORMADOR

Joseph E. Stiglitz pidió corregir estrategias para ser más precisos en el proceso de igualdad de oportunidades. ESPECIAL /

Joseph E. Stiglitz pidió corregir estrategias para ser más precisos en el proceso de igualdad de oportunidades. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (15/OCT/2015).- Reescribir las reglas de los sistemas laborales, educativos y financieros para generar una economía más eficiente y alcanzar la prosperidad compartida, fue el llamado urgente que lanzó el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph E. Stiglitz.

Durante su participación en el Foro Mundial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se realiza en Guadalajara, el nobel economista alertó sobre las graves consecuencias del crecimiento de la desigualdad en todos los países, ya que enfatizó que la desigualdad es el principal freno de la prosperidad y el desarrollo.

Destacó que la desigualdad es el resultado de políticas erróneas y la resistencia a corregirlas. “Hemos observado que los países con estructuras económicas similares tienen diferentes grados de desigualdad. Esto nos dice que son las políticas sobre las reglas, sobre las instituciones, las que son cruciales. Si esta desigualdad fuera resultado de las leyes de la naturaleza no podríamos hacer nada, pero la desigualdad que tenemos en nuestra sociedad es el resultado de las políticas que hacemos y que podemos cambiarlas”, señaló el catedrático de la Universidad de Columbia.

El desempleo, la educación de baja calidad y desigual, o la falta de espacios para la participación de la mujer, son algunos de los factores que influyen en la desigualdad de una comunidad y que los tomadores de decisiones no quieren modificar debido a los altos costos que representa un cambio en el rumbo, criticó Stiglitz al impartir la cátedra “¿Cómo asegurar que la prosperidad sea compartida por todos?”.

La única forma de lograrlo es alcanzar una prosperidad compartida en igualdad de condiciones, por lo que enfatizó la urgencia de corregir estrategias para ser más precisos en el proceso de igualdad de oportunidades.

“Uno de los objetivos es entender qué aspectos de la desigualdad son relevantes para perfeccionar la conducta social, política y económica. Tenemos dificultades en la evaluación de la igualdad de oportunidades, proporcionar las mismas oportunidades para personas en diferentes circunstancias no es igualdad, la gente que empiece con una desventaja aunque se les dé la misma educación tendrá resultados diferentes”.

El nobel coincidió con el tópico central del Foro Mundial, que empuja una transición en la medición de los indicadores del bienestar para reestructurar las políticas públicas que mejoren la calidad de vida. Urgió a dejar de sistematizar todo a través de números duros y voltear a ver el bienestar del ciudadano y sus necesidades.

Dinamarca, el ejemplo

Generar muchos empleos, pero de poca calidad, es uno de los errores más graves que cometen la mayoría de los países que pertenecen a la OCDE. Por el contrario, crecer el mercado laboral con un enfoque en el bienestar del individuo es el camino correcto a seguir, coincidió un grupo de expertos en un análisis de las políticas para el bienestar individual.

En el marco del 5 Foro Mundial, los panelistas compartieron la experiencia del Banco Central de Dinamarca, el cual recortó la jornada laboral de sus empleados y aumentó el número de días de vacaciones para lograr un trabajador feliz.

“No es sólo cuántos empleos se generan sino qué tan buenos son. Un determinante clave es el bienestar individual porque mucha gente pasa gran tiempo y gran parte de sus vidas en esos trabajos”, enfatizó Sandrine Cazzes, economista de la Dirección estadística de la OCDE.

Ricos y opacos

La distancia se hizo más grande entre los que más riqueza tienen y los que menos. Así concluyó el diálogo “¿Cuáles son las implicaciones de la creciente desigualdad?” del Foro Mundial de la OCDE.

El director de Empleo, trabajo y asuntos sociales del organismo, Stefano Scarpetta, aseveró que la única inequidad que se mantiene en aumento son los ingresos, ya que por cada 10 pesos que ganaron más los ricos, uno correspondió a los grupos vulnerables.

“La riqueza está distribuida de manera inequitativa. El 10% de hasta arriba de la tabla es dueño del 50% de la riqueza”.

Añadió que la redistribución de los recursos debe ser replanteada fiscalmente “para asegurarnos que los que ganan más paguen impuestos justos a su ingresos”. Nora Lustig, profesora del Departamento de Economía de la Universidad Tulane, en Estados Unidos, comentó que los grupos vulnerables están sobre-estudiados, mientras que los que concentran la riqueza se mantienen en la opacidad y no son fiscalizados como se debe: “No sabemos qué pasa con los más ricos. Debemos invitar a que haya más transparencia”. Señaló que precisamente esto ya sucede en Estados Unidos y Europa desde el siglo pasado, pero en América Latina se mantienen los datos ocultos.  

Mario Pezzini, director del Centro de desarrollo de la OCDE, también indagó en la baja recaudación fiscal de los gobiernos. Dijo que cuando la recaudación es baja la desigualdad es mayor, como ocurre en Latinoamérica.

CLAVES

Los ejemplos de la desigualdad

Internacional.
Cerca de la mitad de la riqueza mundial está en manos del 1% de la población, que posee en conjunto unos 110 billones de dólares.

México. Es uno de los países más desiguales del mundo y de los que menos recauda impuestos a los millonarios: 1% de los más ricos acapara 43% de toda la riqueza de la Nación.

DESTACA JALISCO EN EDUCACIÓN

De las 12 dimensiones de bienestar que son esenciales para una buena vida, Jalisco ocupa el primer lugar nacional en educación, seguido por Nayarit, Sinaloa, Distrito Federal y Quintana Roo, revela el estudio “Midiendo el bienestar en los estados mexicanos”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) e Inegi.

Con sólo 2.8% de deserción escolar entre estudiantes de bachillerato, el Estado se mantiene a la cabeza como el primer lugar nacional en la prevención de esta problemática. En el último año se evitó que más de 25 mil adolescentes abandonaran sus estudios de preparatoria. Mientras en 2012 los bachilleratos perdieron 6.2% de su matrícula total, al concluir el ciclo 2013-2014 el porcentaje de deserción se redujo a la mitad.

Para lograr este fin, autoridades han implementado una serie de estrategias como programas de apoyo que atacan las áreas académicas y económicas de los estudiantes propensos a dejar la escuela, y en el caso de Jalisco, se agregaron iniciativas para combatir problemas con drogas, embarazos precoces y violencia familiar.

El coordinador de Educación Media Superior en la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), Édgar Eloy Torres Orozco, explicó el mes pasado que los resultados forman parte de la implementación en los últimos tres años del programa federal “Movimiento contra el abandono escolar”.

El estudio de la OCDE revela que, a escala nacional, la media alcanza 13%, mientras que en segundo lugar aparece Nayarit, que registra 3.8%, y Sinaloa, que logró reducir el abandono escolar a 7.9 por ciento.

Eduardo Sojo, director del Inegi, destacó los avances en Jalisco y admitió que existen grandes diferencias entre las entidades federativas: “Es el que sale mejor, es el que menos deserción tiene”.

Para alcanzar el lugar número uno en la dimensión de educación, la OCDE también reconoce los avances en el nivel de escolaridad: “En comparación con los avances a nivel nacional, Jalisco ha mejorado significativamente en la dimensión de educación, esto se debe principalmente a que su población económicamente activa con educación media superior o más aumentó nueve puntos porcentuales desde el año 2000”. Lo anterior significa que en una década la población con estudios de bachillerato pasó de tres de cada 10, hasta cuatro en 2010.

Especialistas atribuyen lo anterior a que la Entidad fue la primera en reformar la Ley de Educación, en 1999, con el fin de hacer obligatoria la educación media superior.

En este contexto, el organismo internacional reconoce que, en el país, contar con bachillerato, comparado con aquellos que han completado sólo la educación básica, puede significar cuatro años más de esperanza de vida.

Ya no sirven las calificaciones

Ya no servirán las calificaciones de un alumno, lo que valdrá para conseguir un empleo y alcanzar el bienestar serán las habilidades emocionales y la capacidad de adaptación a nuevos contextos laborales, señaló Francisco Marmolejo, coordinador del Programa de educación superior del Banco Mundial, quien participó en la mesa “Habilidades para la vida” dentro del Foro de la OCDE.

Dirk Van Damme, director de Innovación e indicadores de progreso de la OCDE, cuestionó el sistema educativo actual que se centra en las habilidades cognitivas, que son “las menos importantes. La calidad de vida dependerá de las habilidades emocionales”.

Ante ello, Jennifer Adams, directora de Educación Distrito de Ottawa, Canadá, compartió que allí se califica y evalúa desde el nivel preescolar las habilidades emocionales y de aprendizaje.

Rezago en seguridad y empleo

En los últimos 10 años, el bienestar del Estado de Jalisco aumentó en casi todas las dimensiones; sin embargo, en empleo y seguridad disminuyó su desempeño en una magnitud mayor que la observada para el promedio nacional.

En la dimensión de seguridad, se dispararon todos los indicadores evaluados y la Entidad se posicionó en el lugar 18 de 32. La tasa de homicidios pasó de 7.5 por cada 100 mil habitantes, en el año 2000, a 19.2 en el 2013; mientras que la tasa de incidencia delictiva creció, en el mismo lapso, de 32 mil 847 delitos por cada 100 mil habitantes, a 47 mil 278.

Además, los jaliscienses se sienten más inseguros, según lo refleja la percepción de inseguridad, que aumentó de 35.2 a 41.5% entre 2011 y 2014.

Por otra parte, también se vieron afectadas las dimensiones del ingreso en los hogares y el empleo. Ocupó la posición 10 de 32.

Entre 2005 y 2014, el porcentaje de jaliscienses desempleados con respecto a la población económicamente activa, aumentó de 2.9 a 5%; mientras que la tasa de ocupación tuvo una caída de 62.1% a 58.3% en el mismo periodo.

Pero de todas las dimensiones, en la que Jalisco salió peor calificado es en la construcción de comunidad, al alcanzar el lugar 28 de 32. En este tema, Miguel Castro Reynoso, secretario de Desarrollo e Integración Social del Estado, reconoció que se debe trabajar fuertemente en generar confianza y fortalecer el tejido social. Y se comprometió a realizar un análisis al interior de la Secretaría para hacer los ajustes necesarios a las políticas públicas y establecer una ruta crítica.

LA ENTREVISTA

Mucho trabajo... poca productividad

Para José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Jalisco está haciendo buen trabajo en materia de bienestar, pero recomienda hacer ajustes o reforzar las tareas en educación, innovación y cuestiones de investigación y desarrollo.

En entrevista con EL INFORMADOR habla de los problemas y oportunidades de Jalisco y México tras su participación en el Foro Mundial de la OCDE. Y recomienda menos trabajo, pero más competencias a la fuerza de trabajo para aumentar la productividad y la competitividad.

—¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio nacional de bienestar y cómo le fue a Jalisco?

—Tenemos una serie de indicadores en el tema de las horas de trabajo: los mexicanos trabajan más de 50 horas, pero el problema es que la productividad es baja, entonces si uno multiplica por un factor bajo pues te da poquito. En Europa se trabajan menos horas, pero la productividad es mucho más alta. El 30% de los trabajadores en México trabajan más de 50 horas a la semana, contra menos del 12% de la OCDE, es raro, es excepcional que la gente trabaje tantas horas, pero además es contraproducente, llega un momento en que son rendimientos decrecientes.

—Eso nos resta en términos de calidad y bienestar de vida…

—Así es, luego, por ejemplo, el tema de la contaminación, hay más, la gente se queja más de la contaminación porque esto afecta en el mediano y largo plazo, luego tienes el tema, la disponibilidad de casa, techo, piso, instalaciones sanitarias…

—En el caso de Jalisco, el informe dice que excede el promedio nacional en 10 de las 12 dimensiones de bienestar. ¿Esto qué significa para nosotros?

—Excede quiere decir que le va mejor, está por encima de la media viéndolo positivamente. Le fue bastante bien a Jalisco, que ha sido una región tradicionalmente más próspera que la media, Guadalajara se ha convertido en un concentrador de tecnología, de empresas de software, en fin… lo importante aquí es no cómo nos fue, sino cómo nos vaya en el futuro, lo que hay que hacer es tomar las decisiones y las medidas de políticas para que cada vez nos vaya mejor. Ya sabemos dónde estamos y cómo estamos, ahora, ¿cómo transitar de estas mediciones a la aplicación de políticas en busca del bienestar y de la calidad de vida?

—¿Cuáles son las razones a las que atribuye que Jalisco saliera bien calificado?

—Porque ha creado las condiciones, porque la mano de obra es competitiva, porque hay comunicaciones, porque hay infraestructura, porque hay manera de llevarse los productos a las regiones circunvecinas, pero también a los centros más importantes de consumo, como la Ciudad de México; porque tiene un buen aeropuerto, porque tiene escuelas de ferrocarril, porque tiene buenas carreteras, en fin, tiene inclusive puertos, si fuera necesario por la vía marina. Tiene una serie de instituciones de enseñanza, varias universidades.

—¿Qué falta por hacer? ¿En dónde debemos hacer ajustes?

—En los mismos lugares: en educación, en la innovación, en las cuestiones de investigación y desarrollo, en las universidades, en lo que llamaría darle competencias en el sentido de habilidades y destrezas a la fuerza de trabajo para que aumente la productividad, y al aumentar la productividad aumenta la competitividad.

—¿Su opinión tras las reformas estructurales en México?

—No nos hemos quedado en el camino, lo que pasa es que la naturaleza de la reforma, tenemos 40 años de no mover las leyes laborales y uno quiere que en seis meses ya empiecen a dar unos resultados. En Alemania llevamos 10 años de que se hicieron las leyes laborales y pasaron 4 o 5 años antes de que empezaran a dar resultados… y en España hace tres años se tomaron las reformas laborales y apenas ahorita estamos recogiendo los frutos… en Italia, el mes pasado se hicieron las reformas, pues se van a tardar dos años más en empezar a ver los resultados.

—¿La inseguridad afecta a México en el exterior? ¿Qué pasa tras los casos de Tlatlaya o Ayotzinapa?

—Sí, por supuesto, eso yo te diría, es como si dices: ¿Qué es mejor: ser joven o viejo, estar enfermo o estar sano? El tema de la inseguridad por supuesto afecta, lo que pasa es que tampoco hay que endilgarle todos los problemas del mundo porque siguen llegando las inversiones, se siguen haciendo más fábricas de automóviles, se siguen haciendo más fábricas de eléctricos, pero el problema de la inseguridad hay que combatirlo porque es parte de los deberes del Estado para beneficio de todos los ciudadanos que están sufriendo la inseguridad diaria.

—¿Cuál es su percepción y cómo evalúa la lucha contra la corrupción en el país?

—Hemos estado participando de manera muy práctica, muy directa en este esfuerzo mediante la aplicación, en primer lugar, de nuestra convención en contra del soborno o de la corrupción, de la cual México es parte, y que se firmó ya hace como 15 años, en donde los países se obligan a investigar y castigar a las empresas de su nacionalidad, pero luego hay temas que tienen que ver, eso es trasnacional, el tema de combatir la corrupción a nivel interno, que se combate con medidas preventivas.

—¿Es suficiente con el sistema nacional anticorrupción que se está proyectando?

—Se está enriqueciendo todo el tiempo.

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