CARACAS, VENEZUELA (05/AGO/2016).- En Venezuela innumerables familias se han visto en la imperiosa necesidad de incinerar a sus difuntos ante la acentuada y prolongada escasez de ataúdes, cuya fabricación se encuentra totalmente paralizada por la falta de insumos. "Hemos advertido a la población que carecemos de cofres para prestar el servicio funerario", informó José Custodio Peña, presidente de la Asociación de Funerarias del Estado Monagas (AFEM), en diálogo. Destacó que los fabricantes informan que los materiales para la confección de los ataúdes, como la madera, el aluminio y otros elementos son de difícil consecución en el país, por lo que la producción decayó este año en 70 por ciento". Peña consideró de extrema gravedad la situación, ya que la demanda de urnas aumentó en un 30 por ciento, y esto mermó drásticamente los inventarios, acentuando la escasez de féretros, que últimamente son adquiridos en Colombia, por familiares de los difuntos. "En los estados Monagas, Sucre, Anzoátegui, Bolívar, Nueva Esparta y Delta Amacuro la ausencia de féretros es total, por lo que las personas se han visto obligadas a cremar sus seres queridos, aun cuando estos manifestaran en vida su desacuerdo con esa práctica", comentó. Vaticinó que difícilmente podrán continuar prestando servicio, ya que a la escasez de materiales para la confección de urnas se agrega "la moda de la cremación", que en su opinión afecta el negocio de las funerarias que proporcionaban cofres y servicio velatorio. Jesús Torres fabricante de urnas dijo que en Venezuela operan cerca de 50 empresas de ataúdes, pero que en su mayoría están paralizadas por la escasez no sólo de láminas, sino de pegamentos, barnices, pinturas, herrajes, vidrios y hasta telas para forrar las cajas internamente. "Debo señalar que la escasez de ataúdes, por falta de materiales para confeccionarlos, tiene su principal origen a la paralización de la estatal Siderúrgica del Orinoco (Sidor), que nunca más elaboró las láminas de metal que se utilizan en su confección", precisó. Destacó que ante esa realidad, decidió abandonar el negocio, pues entiende que la cremación es más económica y evita además el pago de por vida del servicio de mantenimiento que prestan los cementerios particulares establecidos en las afueras de la ciudad. El servicio de cremación sólo lo ofrecen los cementerios privados, el proceso tarda unas tres horas y cuesta unos 35 mil bolívares, sin embargo contratado el servicio hay que registrarse en una lista de espera que puede ser hasta de tres días.