GUADALAJARA, JALISCO (16/ABR/2017).- El Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho) elabora un contrato colectivo de trabajo para establecer un tabulador salarial para empleadas domésticas. Dividido en cuatro categorías, el contrato describiría los diferentes tipos de actividades y el pago merecido durante una jornada diaria de ocho horas.Marcelina Bautista Bautista, secretaria general del Sinactraho, explica que aún afinan los parámetros, pero adelanta que las cuatro categorías de salarios prevén actividades específicas de las trabajadoras domésticas: el aseo general y conocimiento de los trabajos específicos del hogar en el que se labora; pago a empleados especializados para la atención de personas mayores o a quienes se les lleve una dieta especial; cuidado de niños, desde su alimentación hasta las actividades recreativas, y si se requieren personas certificadas para las actividades domésticas como puede ser una “cocinera (o) de alta capacidad”.Por lo anterior, la también fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), refiere que los rangos de pago para las y los trabajadores domésticos deben ir de los 350 a los 600 pesos al día e incluye la alimentación del empleado.“Nos hemos basado en las experiencias de las trabajadoras para categorizar, no está inventado. No lo estamos publicando porque después de esta campaña, queremos llevar a cabo la firma del contrato y depositarlo en la Junta Local de Conciliación, con el fin de sentarnos cada año con el empleador y revisar el aumento de salario y otros cambios entre ellos y la trabajadora”.Bautista Bautista resalta la necesidad de la elaboración de un contrato colectivo que contemple este tipo de categorizaciones salariales, debido a que la gran mayoría de las trabajadoras del hogar desconocen no sólo sus derechos humanos y laborales, sino que también llegan a tener problemas al fijar montos monetarios por las actividades que realizan y, sobre todo, ignoran las obligaciones que tienen sus patrones.Yolanda Martínez Escobedo, quien desde hace dos décadas realiza actividades domésticas, ve como positivo contar con un respaldo legal que le asegure todas las prestaciones laborales de un trabajador; sin embargo, reconoce que le preocupa la reacción que puedan tener sus empleadoras.“Estaría bien en cuanto a beneficio propio, pero no sé, tendrían que involucrarse las personas con las que trabajo, si ellas estarían de acuerdo. Para mí estaría súper contar con algún derecho como empleada”.