Habrá 500 mdp para programa de chatarrización de automóviles

CIUDAD DE MÉXICO.- La subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, Lorenza Martínez, informó que la administración federal canalizará un monto total de 500 millones pesos para el programa de chatarrización de automóviles.

A través del Programa de Destrucción Controlada de Vehículos al Final de su Vida Útil se buscaría sacar del mercado modelos de autos con más de 10 años de antigüedad.

A los propietarios de las unidades se les daría un bono que serviría como enganche para adquirir un automóvil nuevo, dijo la funcionaria.

"Las armadoras y distribuidoras contribuyen también con un descuento para hacer más atractivo el programa", dijo la funcionaria.

Martínez expuso que el número de unidades que se podrían apoyar dependerá del descuento que den las armadoras, distribuidores y el gobierno.

Por lo pronto, en la industria automotriz consideran que en el caso de que la decisión final sea otorgar un bono por 10 mil pesos para unidades con más de 10 años de antigüedad, se alcanzaría para impulsar la venta de 50 mil unidades

Si el bono, que aún se discute entre la autoridad y la industria es de 15 mil pesos, se podría buscar la comercialización de poco más de 33 mil unidades.

Martínez añadió que los precios a los que se podrían vender los automóviles nuevos podrían ser menores a los que tenían a principios de 2009.

Esa situación es uno de los  puntos "difícil en las negociaciones", ya que el gobierno federal pidió a los empresarios de la industria automotriz que los precios de algunos modelos bajen de forma significativa en aras de dar una apoyo a las familias.

"Hay que buscar los mejores precios para los consumidores", dijo la funcionaria de la Secretaría de Economía al finalizar el seminario "Perspectivas de México como destino de inversión".

Sin embargo, las marcas argumentan que en los últimos dos años no pudieron hacer ajustes de precio en un mercado tan competido como lo es el mexicano. Sostienen que tampoco lo hicieron en un contexto donde los precios del acero, el cobre y diversos componentes derivados del petróleo subieron sus costos.

Martínez dijo que lo que le ha preocupado a la industria es la cantidad de inventarios en algunos modelos y que no puedan incrementar o retomar la operación.