Fallo de OMC sobre aviones reflejaría prácticas injustas

WASHINGTON, EU.- El fallo de la Organización Mundial de Comercio ( OMC) de que los créditos europeos a Airbus fueron subvenciones ilegales es aplaudido por los legisladores de Estados Unidos leales a la Boeing Co., pese a que la decisión preliminar podría ser considerada desactualizada ahora que las subvenciones gubernamentales, rescates e intervenciones son algo común.

El fallo del viernes refleja un mundo que existía hace cinco años cuando Estados Unidos planteó el caso contra la Unión Europea, por considerar que dichas subvenciones eran prácticas comerciales injustas.

Desde entonces, la profunda recesión global ocasionó subvenciones gubernamentales por centenares de miles de millones de dólares y la intervención oficial en casi todas las economías importantes del mundo, incluyendo una participación gubernamental en los principales bancos, empresas automovilísticas y aseguradoras.

Además, otros países incluyendo China, Japón y Brasil amplían o desarrollan sus industrias nacionales de aviación comercial.

El centro de la polémica es un fallo confidencial de mil páginas entregado el viernes a los funcionarios comerciales de Estados Unidos y la Unión Europea. No ha sido difundido aún, y esos funcionarios recibieron órdenes tajantes de no hablar con los medios informativos.

Empero, los legisladores del estado de Washington y otros en los que Boeing, con sede en Chicago, tiene una importante presencia física, fueron informados la víspera por la Oficina del Representante de Comercio Exterior.

El senador demócrata Patty Murray, que en el 2004 encabezó las gestiones para que el gobierno del presidente George W. Bush iniciara la demanda ante la OCM, dijo que el fallo ``confirma que Boeing ha competido en condiciones desiguales durante décadas''.

El fallo del viernes confirma que ``todos los aviones de Airbus han recibido subvenciones ilegales y que han causado daños materiales a Boeing'', dijo el representante demócrata Norm Dicks.

Ni Boeing ni Airbus comentaron públicamente el fallo, ni tampoco los funcionarios comerciales de Estados Unidos o la Unión Europea.