Economía y fisco

MÉXICO (08/JUL/2010).- El decreto del 30 de junio pasado por el que se otorgan facilidades administrativas en materia de simplificación tributaria, fue anunciado por el Presidente Calderón en la Residencia Oficial ante los representantes de la iniciativa privada en una exposición de 10 minutos, exagerando los beneficios que traen algunas medidas que, si bien simplifican trámites y ahorran costos administrativos, están muy lejos aún de alcanzar las metas propuestas a las diversas secretarías que integran el gabinete económico, a las que se les dio de plazo hasta el 31 de marzo pasado para que presentaran sus informes sobre simplificación administrativa.

En la información presentada por sus subalternos al señor Presidente, se le informó que con estas medidas se podría reducir hasta en 40% el tiempo empleado en el cumplimiento de obligaciones fiscales, y que el ahorro para los contribuyentes ascendía a 15 mil millones de pesos (MMDP).

Estos datos son difíciles de comprobar, son estimaciones económicas alegres, llenas de optimismo del que ya estamos acostumbrados a escuchar en todas las declaraciones oficiales, que no ayudan a restablecer la credibilidad en nuestras autoridades.

En lo que sí estoy de acuerdo es en que en el año 2000 todos los trámites fiscales se hacían en formas impresas y ahora 80% se hace por internet, con las consiguientes dificultades para un sector importante de medianos y pequeños empresarios que no tienen acceso a este servicio, o pagan por él cuotas muy superiores a las que se paga en los demás países de la OCDE.

Respecto de la eliminación de la declaración anual de IVA, el tiempo invertido en su formulación es mínimo, porque no es más que la suma de las declaraciones mensuales que la computadora produce en automático.

Lo que sí constituye un auténtico ahorro es la eliminación de la obligatoriedad de dictaminar los estados financieros para efectos del SAT y del IMSS, dejándola en forma opcional.

Suponiendo que alrededor de 20 mil empresas no lo hicieran, el ahorro sería de alrededor de mil millones de pesos, por lo que para llegar a los 15 MMDP mencionados, falta un buen trecho, porque las demás medidas de simplificación ahorran algo de tiempo al personal administrativo o a los despachos de contadores, pero no son susceptibles de disminuir ni sueldos ni honorarios por este concepto.

Por el contrario, un buen número de pequeños despachos de contadores que se dedican a dictaminar para fines fiscales y del IMSS están condenados a desaparecer y engrosar las filas del desempleo.

Estas medidas de simplificación están sujetas a la reglamentación que se expida mediante reglas de carácter general, que espero no entorpezcan la buena intención del señor Presidente.

En ellas se deberá atender la recomendación que hizo en su discurso de eliminar los avisos de compensación de impuestos y la facilidad de solicitar devoluciones los 365 días del año. “Un buen Gobierno es aquel que no estorba a los ciudadanos”, concluyó el Presidente Calderón con esta frase de Castillo Peraza. Lo veremos cuando salgan las reglas.