Economía y fisco

Las cuentas alegres, el optimismo, el entusiasmo con que nos habla el Presidente Calderón, el énfasis y la seguridad con que exponen cifras alegres los secretarios del Trabajo, de Hacienda y de Economía, deberían ser motivo suficiente para contagiarnos y lanzarnos con todos nuestros ahorros, nuestras energías y nuestro crédito bancario a emprender nuevos negocios que reactiven la economía.

Desafortunadamente, hemos perdido la fe en nuestros gobernantes y no les creemos. Nos late que no concuerdan las cifras que pregonan que se han creado, desde que inició este sexenio, hasta la primera quincena de marzo, 540 mil 835 empleos, equivalente a 3.9 por ciento.

Sabemos que en nuestra economía pulverizada, los micro negocios y pequeñas empresas son los únicos creadores de empleos, sólo que con bajas remuneraciones. Las expectativas para los profesionistas recién egresados de las universidades se enfrentan a la decepción por los bajos salarios que se ofrecen, algunos al nivel de trabajadoras domésticas que ya perciben alrededor de tres salarios mínimos, al grado de que los ingresos de muchos trabajadores no alcanzan para superar el nivel de la pobreza.

Según informa el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 716 mil trabajadores reportaron haber conseguido empleo en el primer trimestre del año, con ingresos que no superan los tres salarios mínimos (menos de cinco mil pesos mensuales). Además, hay 5.4 millones de trabajadores que perciben actualmente un salario mínimo mensual (mil 634 pesos); l0 millones ganan menos de tres mil 200 pesos mensuales y 7.6 millones perciben más de ocho mil pesos.

Reconocen nuestras autoridades que se requiere crear 800 mil empleos anuales. La iniciativa privada calcula más de un millón, tomando en cuenta el crecimiento demográfico. La realidad es que 54.7 % de los trabajadores no cuenta con ningún tipo de prestaciones ni protección social. Para abatir el desempleo se requiere reactivar la economía, toda vez que la actividad industrial viene creciendo a un ritmo de 0.4%, la producción manufacturera cayó 1.2%, la industria de la construcción se redujo 5% anual y la actividad comercial cayó a un ritmo de 2.6% anual; las ventas al mayoreo cayeron a un ritmo bimestral de 0.4%; la formación bruta de capital cayó 4.8%, y la de equipo y maquinaria cayó casi 10%, en tanto que la inversión en construcción cayó 1.9 por ciento.

Por otra parte, según este informe de finanzas públicas, la tasa de desempleo se ubicó en 5.37% de la población económicamente activa, que es mayor que la tasa de desempleo del primer trimestre de 2009, por lo cual resulta inexplicable la creación de casi 300 mil empleos.
Esta crisis no se va a solucionar con discursos alegres. Se requiere crear y fortalecer mecanismos de protección al desempleo, como los hay en otros países; implementar una política oficial que contribuya a dinamizar el crecimiento, promover la productividad y fomentar el empleo y la protección social, pero en serio. Para lograr todo esto es necesario recortar el gasto público y reformar el sistema tributario para generar una mayor recaudación fiscal que no recaiga en la fuerza laboral, como ahora.

“Se requiere crear y fortalecer mecanismos de protección al desempleo, como los hay en otros países”