Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Economía | Los productores de chile buscan mayores controles de calidad para poder exportar

Denominación de Origen contra competencia desleal

Los productores de chile buscan mayores controles de calidad para poder exportar

Por: EL INFORMADOR

Cada hectárea produce en promedio dos toneladas de chile de árbol en seco y el costo por cada mil kilos ronda los 85 mil y 90 mil pesos  /

Cada hectárea produce en promedio dos toneladas de chile de árbol en seco y el costo por cada mil kilos ronda los 85 mil y 90 mil pesos /

GUADALAJARA, JALISCO (05/JUN/2014).- Una cliente habitual del mercado de Yahualica de González Gallo observa con detenimiento un costal de chiles secos que se encuentra a su paso. Su atención se centra en el aroma. De entrada no lo reconoce. Toma un chile, lo ve de cerca e insiste en olerlo. Sigue sin convencerse. “Está descolorido”, dice la señora, quien desconfía de su procedencia, a pesar de que está en esas tierras “flacas” que producen el mejor chile de árbol.

En el corazón de Yahualica el chile de la localidad se mezcla con el chino, hindú o de otras regiones del país —que cuestan la mitad— para satisfacer la demanda de los turistas, quienes lo buscan sin importar si es temporada de escasez, que es entre los meses de marzo y agosto, cuando inicia su ciclo de producción.

Las argucias comerciales ocurren en cualquier época del año en Los Altos y en todo México, entre comerciantes, torteros, taqueros y restauranteros, afirma el productor, Salvador Esquivia.

“Traen chile de Chihuahua, Zacatecas, de cualquier otro Estado, pero los revuelven con éstos y los venden como ‘Yahualicas’ (sic). Ojalá fueran únicamente del país, pero traen chinos, hindús que también los venden como ‘Yahualicas”, refiere Esquivia. “Además ahorita la ama de casa se está acostumbrando al chile que no trae el cabo que es de otro país, de China, sin saber que si se muele con todo y cabo da más consistencia y sabor”.

Los productores están cansados de la competencia desleal que enfrentan hasta en su propia casa. La solución que promueven es la Denominación de Origen.

El presidente del Consejo Estatal del Chile, Rigoberto Parga Iñiguez, refiere que con la Denominación de Origen del chile de Yahualica buscarán mayores controles de calidad para poder exportar. Actualmente el único producto que llega a Estados Unidos es a través de los paisanos de esta región del Estado, que cada vez que visitan a su familia se llevan su reserva.

De lograrla, ésta sería la segunda Denominación de Origen para Jalisco; la primera pertenece al tequila. Con ésta esperan negociar mejor precio y ofrecer una garantía de calidad.

La protección abarcaría 10 municipios de Jalisco: Yahualica González Gallo, Encarnación de Díaz, Teocaltiche, Mexticacán, Cuquío, Unión de San Antonio, Lagos de Moreno, Arandas, San Miguel El Alto y Cañadas de Obregón.

Parga Iñiguez señala que por cada 10 kilogramos de chile de árbol que hay a la venta sólo uno realmente es Yahualica.

El precio del chile importado es de 40 pesos por kilogramo, mientras que el chile de Yahualica se vende en 80 pesos, por lo que al mezclarse se bajan los costos y suben las ganancias.

El productor Salvador Esquivia considera que si no se hicieran importaciones de China, su producto podría alcanzar 200 pesos por kilogramo.

En el engaño caen los clientes que no están familiarizados con el aroma que cosquillea la nariz, ni con su fuerte pero fugaz picor, que no produce acidez ni taquicardia.

Rigoberto Lizarde tiene una tienda, una de las pocas en las que se puede encontrar el chile original en estos meses de escasez. Afuera de su local exhibe una canasta hasta el tope de chiles de un rojo encendido. “Se han llevado semilla de aquí a otros lados, pero no tienen sabor, ni enchila igual aunque sea la semilla de aquí”.

PERFIL
Un empleo de Sol a Sol


Alfredo Romero es un joven parco, pero dedicado en su labor diaria. A sus 19 años de edad hace la tarea más pesada de la cadena productiva del chile de árbol de Yahualica de González Gallo: siembra la semilla, deshierba los cultivos y después pisca.

Desde que sale el Sol hasta que se oculta recorre una hectárea en cuclillas, encorvado y con las manos enterregadas. En total son nueve horas de trabajo forzado. De nueve de la mañana a siete de la noche, con una hora para comer.

Este joven del poblado de Ahuisculco sólo pudo estudiar la secundaria y por la precaria situación económica de su casa ya no pudo continuar en la escuela. Desde hace cinco años es jornalero. Su paga es de 200 pesos por día. Lamentablemente no hay más.

Con una camisa de manga larga, un paliacate en la cabeza y un sombrero se protege del sol al que está expuesto todo el día en este trabajo artesanal.

“Es pesado, pero a todo uno se acostumbra”, dice Alfredo, quien explica cuál es su función en el ciclo del chile de árbol, sin distraerse, sin dejar de limpiar la tierra de hierba.

“Pues primero venimos a sembrar la semilla, empezamos la plantación, después venimos a limpiar para que no se tape la mata, no se haga fea, ya cuando están listos los chiles a piscar ahora sí”.

En una hectárea, Alfredo trabaja junto con doña Hortensia Barajas, quien a sus 42 años por primera vez es jornalera en un cultivo de chile. Hincada reniega. Dice que ha hecho todo tipo de trabajos en el campo, pero que la siembra de chile es la peor. Apenas tiene 15 días en esas tierras.

El sustento de las familias alteñas

En una buena temporada, la producción de chile de árbol en la región de Los Altos de Jalisco genera 425 millones de pesos de derrama económica, según datos del Consejo Estatal del Chile.

En cada uno de los 10 municipios productores existen en promedio 250 hectáreas de cultivo, por lo que hay al menos dos mil 500 hectáreas sembradas por ciclo y por hectárea se hacen hasta tres cortes de chile.

Cada hectárea produce en promedio dos toneladas de chile de árbol en seco y el costo por tonelada rondará esta temporada entre los 85 mil y 90 mil pesos al distribuidor. El precio al consumidor final es de 80 pesos por kilogramo.

El ciclo del cultivo tiene una duración de ocho meses. Una hectárea emplea en ese periodo a una familia de dos o tres miembros.

En abril se inicia con la formación de la plántula. En mayo se hace la plantación, y a mitad de ese mes empieza la floración. Los primeros chiles verdes aparecen en agosto. Entre septiembre y diciembre se cosecha. Una vez que se retira el chile de la planta se deja secar: un día en la sombra y dos semanas más bajo el sol.

“Es una fuente de empleo casi permanente y de empleo familiar. Genera mano de obra, derrama económica, permite a las mujeres y a jóvenes que tengan facilidad de trabajar.

“En una hectárea hay un cultivo familiar. En ocho meses por lo menos un miembro de la familia tiene siempre trabajo y hay etapas como la plantación que tienen que trabajar cuatro o cinco personas en casi un mes, igual en la cosecha”, explica Rigoberto Parga Iñiguez, presidente del Consejo Estatal del Chile.

Cada temporada es diferente y el año pasado fue una de las más malas que recuerden los productores de Yahualica.

La tonelada se vendió entre 40 mil y 50 mil pesos, señala Salvador Esquivia, quien dice que con este precio apenas salió “tablas”. Otros productores cosecharon únicamente perdidas. “Fue porque ingresó chile de otros países. La importación nos pega muy duro”.

APOYO DEL IMPI
En México “hay potencial”


En México se necesita promover más los productos con Denominación de Origen (DO), una indicación geográfica que distingue y forma un prestigio a nivel nacional e internacional, consideró el delegado regional del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Theodore Shultz.

El funcionario señaló que en el país sólo hay 14 DO, a pesar de que existe una gran diversidad de productos regionales.

“Es un proceso cultural, diría yo, que el mercado empiece a adquirir la preferencia a las denominaciones de origen. Los productores no han tenido esa visión. Por ejemplo, cuando uno compra una botella de vino español, chileno, de La Rioja se lleva un producto distinto, una experiencia”.

Theodore Shultz aplaudió el interés que tienen los productores de chile de Yahualica de González Gallo por conseguir la indicación geográfica.

La solicitud, que presentarán en el marco del 20 aniversario del Conejo Regulador del Tequila (CRT), deberá estar acompañada de argumentos científicos que soporten que sólo en esta región es posible su cultivo.

Una vez formalizada la intención, el IMPI publicará que este sector busca la DO para escuchar las voces que se opongan a que se les dé la indicación geográfica.

“Si alguien se opone, se le pide que argumente los motivos. Si todo va bien, el IMPI expide la DO”.

El delegado del IMPI aclaró que este proceso puede durar entre seis y ocho meses si no hay contratiempos y está debidamente sustentada la petición.

“No hay muchas denominaciones porque no se logra comprobar la diferenciación de los productos con el resto que hay en el mercado. Tiene que existir un argumento muy sólido de diferenciación”.

El presidente del CRT, Miguel Ángel Domínguez Morales afirmó que México tiene el mismo potencial de países como Francia- que tiene 79 denominaciones de origen sólo de quesos y casi 600 de todo tipo de productos-, para explotar este esquema comercial.

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