Comprar una televisión a pagos fijos sube hasta 56 por ciento su precio

MÉXICO.- La “oferta” de pagar productos a plazos fijos semanales puede ser la peor opción para comprar un electrodoméstico, afirma la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

La dependencia realizó un análisis de las opciones para adquirir a crédito un televisor con tecnología LCD (cristal) de 32 pulgadas y encontró que los consumidores podrían pagar hasta 56% más del precio de contado.

Personal de la Dirección General de Estudios sobre el Consumo de la procuraduría realizó un ejercicio el 15 y 16 de febrero pasados para comparar como cualquier consumidor promedio las opciones disponibles en el mercado para adquirir un televisor LCD de 32 pulgadas. Encontraron que la facilidad para adquirir crédito a plazos, elemento que explica por qué en una tienda el Costo Anual Total para adquirir el mismo producto puede ir de 105.6%, en un plan de pagos mensuales, hasta 159.9%, cuando la deuda se cubre semanalmente.

En Salinas y Rocha el televisor Samsung de 32 pulgadas, modelo LN32B36, cuesta al contado siete mil 899 pesos, precio medio si se compara con el más barato, de seis mil 999 pesos en El Palacio de Hierro, y el más caro, de nueve mil 899 pesos en Sears, de los modelos encontrados en el mercado por la Profeco. Pero si se decide pagar en abonos semanales, el consumidor terminará pagando 12 mil 376 pesos por el mismo artículo, señala la dependencia en un comunicado.

Pese a la popularidad del crédito a pagos fijos, esta opción para adquirir bienes se caracteriza por incluir los intereses compuestos en su tabla de amortización, por lo que la Profeco recomienda comparar el precio de contado con la suma que se pagará una vez que concluya un crédito a plazos. La diferencia entre una y otra opción puede ser excesiva.

Ante esta variedad de opciones de compra de contado o a crédito, la procuraduría recomienda a los consumidores comparar antes de comprar y, si se utiliza crédito, exigir el porcentaje del Costo Anual Total (CAT) antes de contratar. Los establecimientos están obligados a decir a los consumidores el importe total que pagarán. Entre más elevados sean estos dos datos, el gasto también será mayor.