Cofetel no debe ser ''botín'' de los partidos políticos: De Swaan

CIUDAD DE MÉXICO (26/FEB/2013).- Frente a la reforma del sector telecomunicaciones no se debe permitir que la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) se convierta en un "botín de los partidos políticos", señaló el presidente del órgano regulador, Mony de Swaan.

"Lo relevante es no perder el foco, es decir que lo importante son los proyectos y la eficiencia de las instituciones, no tanto su conformación y por otro lado, no convertir a la Cofetel en un botín de los partidos políticos, porque le ha costado mucho trabajo alcanzar un carácter preponderantemente técnico", expresó.

En entrevista enfatizó que siempre que se revisan los entramados de la regulación aparece un cierto riesgo y la preocupación de que la Comisión pierda su carácter técnico y se convierta en una entidad política.

De Swaan señaló que al margen de cómo han sido nombrados tanto los presidentes como algunos de los comisionados de la Cofetel, este órgano se ha enfocado a realizar un trabajo preponderantemente técnico y en la medida en que haya intenciones por partidizar sus tareas, en lugar de fortalecerla, se le estaría debilitando.

"Veo en el Pacto por México la posibilidad de tener una Comisión mucho más fuerte con un propósito específico, pero están ausentes los elementos necesarios para empujar y generar mayor competencia en el país, aún no conozco ningún texto en específico (de iniciativa de reforma)", apuntó el presidente de la Cofetel.

Comentó que desde la creación del órgano regulador "han pasado cinco presidentes y veintitantos comisionados y México sigue rezagado, con lo cual es evidente que las personas que han conformado la Comisión no han sido el problema", sino un marco institucional ineficaz, facultades insuficientes y la ausencia de proyectos e inversiones públicas y privadas en el sector.

Hoy la Cofetel, dijo, tiene un desempeño de carácter técnico, sí clama por una revisión del marco jurídico, que los objetivos que se le demandan sean consistentes respecto de las facultades que tiene, que las obligaciones por ley tengan los recursos humanos y materiales para cumplirlos", expresó.

Para la presidenta de Observatel, Irene levy, la reforma al sector telecomunicaciones tiene el riesgo de convertirse en un instrumento revanchista de los partidos políticos.

"Esto se está convirtiendo en un asunto de política y no veo por ninguna parte una reforma dirigida a beneficiar al consumidor, por más técnico que sea el tema de las telecomunicaciones, el objetivo de una reforma debe ser que más gente tenga los servicios", resaltó.

La especialista dijo que la autonomía del órgano regulador es un factor clave para el desarrollo del sector, pero se debe tener especial cuidado en el diseño.

"Sería suficiente con que se fortalecieran las facultades de Cofetel en la Ley Federal de Telecomunicaciones, se eliminará la existencia de la doble ventanilla y se creara un mecanismo de rendición de cuentas, hacer una reforma legal completa", apuntó.

Por su parte, el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (Idet) considera que entre los objetivos de la reforma de telecomunicaciones deberá estar el de fortalecer a la Cofetel para que regule, sancione y mejore las condiciones de competencia en el sector y no reemplazarla por un instituto autónomo.

Comentó que la intención de algunos partidos de crear un instituto ciudadano que reemplazaría a la Comisión Federal de Telecomunicaciones y al que se le otorgaría autonomía constitucional, "lejos de mejorar la eficacia en materia de regulación, la puede empeorar".

En tanto, el presidente ejecutivo de Telefónica México, Francisco Gil Díaz, se pronunció a favor de la creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones, que deberá contar con capacidad técnica, autonomía y sin presiones políticas.

"Crear un instituto con autonomía, capacidad y con las facultades que se le están entregando es una buena idea", aseveró en reunión con medios de comunicación.

El directivo subrayó la importancia de que se cuente con un organismo con capacidad técnica y no un lugar que esté más próximo a presiones políticas como puede ser una secretaría de Estado.