BEIJING, CHINA (08/MAY/2017).- China tiene con qué responder a su nuevo objetivo económico. El país asiático desarrollará la industria cultural hasta convertir al sector en pilar de su economía para 2020 a través de la creación de grandes grupos culturales, la apertura de teatros, complejos de ocio o librerías y otras medidas para impulsar la demanda.Así lo recoge un plan del Gobierno publicado por la agencia oficial Xinhua, que pretende situar a grupos empresariales culturales como líderes mundiales en cuestión de pocos años.El programa, que se enmarca dentro de la reforma del sector recogida en el último plan quinquenal del Gobierno (2016-2020), fomentará las adquisiciones y fusiones entre empresas, especialmente aquellas con dificultades.China, además, relajará los requisitos para la entrada de capital privado en el sector y favorecerá el desarrollo de compañías culturales que no sean de propiedad pública.Las autoridades tratarán de ayudar a crear complejos recreativos y culturales, distritos artísticos, librerías y pequeños teatros en ciudades de mediano y de gran tamaño, según el plan del Ejecutivo.“El país desarrollará un nuevo mercado cultural a través de internet”, subraya el documento oficial.También apuesta por crear gradualmente un sistema de comunicación moderno para 2020, animando a determinadas páginas web a salir a bolsa y crear “nuevos grupos e instituciones de comunicación convencionales”.En este último apartado, el Gobierno también advierte de “castigos severos” contra lo que considera rumores, información perjudicial o que se publica con la intención de extorsionar.Se acerca a JapónJapón y China acordaron profundizar su colaboración en los campos económico, financiero y de inversión.El ministro de Finanzas nipón Taro Aso y su homólogo chino Xiao Jie, así como representantes de los bancos centrales de ambos países se mostraron de acuerdo en la necesidad de abordar el exceso de capacidad y la deuda de China.Los titulares de Finanzas también coincidieron en la importancia de establecer un acuerdo monetario bilateral, aunque esta es una “cuestión política”, indicó Aso a dicho medio.Pese a su continuo crecimiento, China afronta una serie de retos estructurales que podrían repercutir en su vecino.Beijing es el principal socio comercial de Tokio, y su principal fuente de turistas extranjeros, por lo que cualquier problema en la segunda economía mundial tendría repercusiones inmediatas, incluida una apreciación del yen o una caída en el mercado de valores.Japón es, por su parte, una de las mayores fuentes de inversión extranjera directa y de experiencia en manufactura para China.Éste fue el primer encuentro de estas características entre los países vecinos en dos años.