Caravana Mazda 3 llega a Tennessee

GUADALAJARA, JALISCO (02/MAY/2014).- Estados Unidos no es precisamente un lugar donde se vaya a probar los límites dinámicos de un automóvil, a menos que sea en una pista de pruebas. Pero luego de conducir por 873 kilómetros en un solo día, nos quedó claro que el Mazda 3 2.0, hecho en Salamanca, Guanajuato, el país norteamericano es un gran lugar donde estar por tantas horas.

Salimos de Dallas, en Texas, a las 9:30 de la mañana, rumbo al norte. El día de cielo claro y pocas nubes ayudó a la tranquilidad de la ruta que nos confirmó la estandarización del vecino del norte. Todas las ciudades se parecen, las tiendas, restaurantes y demás servicios son los mismos.

El primer bache sólo apareció cuando ya habíamos rodado cerca de 550 kilómetros, cuya monotonía sólo no era absoluta debido a la necesidad de sortear el paso de la que probablemente sea la mayor concentración de tráileres de todo el mundo. Y cuando uno va a 66 millas por hora intenta rebasar a otro que va a 65, es el momento de armarse de paciencia y disfrutar el buen estéreo del Mazda, que en la versión con sedán con caja automática que condujimos, era nuestro mayor aliado. Bueno, junto con el sistema de navegación, un accesorio no instalado en el auto, sino de estos que pegamos en el parabrisas para llevarnos a nuestro destino.

Paramos a comer en las afueras de Little Rock, en Arkansas, cerca de donde nació el ex Presidente William Clinton, y seguimos el rumbo.

En total fueron casi 10 horas de conducción, dividida entre dos personas. Poco después de llegar a nuestro destino, ya en el estado de Tennessee, pasamos por la salida a Graceland, el territorio donde vivió Elvis Presley. Pero resistimos a la tentación de desviarnos, puesto que por la hora, seguramente ya estaba cerrado.
Fue el tramo más largo de los seis días de prueba del nuevo Mazda 3 que hasta ahora, ha sido un gran compañero, del que lo único que tenemos que reclamar es el hecho de que sólo dos bolsas de aire frontales protejan a sus ocupantes.

Entonces agradecemos que en EUA no se pueda conducir a más de 130 km/hora, entramos a nuestro cuatro de hotel y escribimos este relato antes de caer rendidos para estar listos para más conducción mañana, ahora hacia Lima, en Ohio.

EL INFORMADOR/ SERGIO OLIVEIRA