LONDRES, INGLATERRA.- El petróleo subía más de un dólar el jueves, con lo que frenaba una racha de seis jornadas consecutivas con pérdidas ante la persistente preocupación sobre el ritmo de una potencial recuperación económica mundial. Los precios del crudo cayeron en la víspera a un mínimo de siete semanas apenas por encima de los 60 dólares el barril, luego de que un informe del Gobierno estadounidense evidenció cuán débil sigue siendo la demanda en el mayor consumidor de energía del planeta. Las existencias estadounidenses de destilados, que incluyen al diésel y al combustible para calefacción, crecieron la semana pasada 3,7 millones de barriles, a un máximo de casi 25 años, según el reporte de la Administración de Información de Energía (EIA por su sigla en inglés). El crudo estadounidense avanzaba 1.06 dólares, a 61.20 dólares el barril, a las 13:03 GMT, tras haber perdido más de un cuatro por ciento el miércoles. El crudo Brent del Mar del Norte trepaba 1.30 dólares, a 61.73 dólares el barril. El petróleo era apoyado por un rebote de los mercados accionarios y un retroceso del dólar. Una divisa estadounidense más débil generalmente apuntala a los precios de las materias primas al abaratarlas para los tenedores de otras monedas. "Después de seis días de una liquidación incesante, el crudo está ahora sobrevendido", dijo el analista Edward Meir de MF Global. La caída de un 15 por ciento registrada por los precios del petróleo desde el fin de junio fue la más larga y profunda en lo que va del 2009. El crudo había estado subiendo desde febrero, más que duplicando su valor desde el mínimo de cinco años cercano a los 33 dólares registrado en diciembre, porque los operadores comenzaron a tomar en consideración una eventual recuperación económica. Pero muchos analistas han advertido que los precios treparon aún cuando la economía realmente no se ha recuperado. Algunos citaron el creciente desempleo y el persistente aumento de los inventarios mundiales de crudo. El frágil estado de la economía mundial es el foco de la cumbre anual del Grupo de los Ocho (G8), en la que Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Rusia reconocieron que aún hay riesgos importantes para la estabilidad financiera.